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    Freddy Rios Rios: Una mirada más allá del 5E rumbo a la “concertación” »

    La corrupción es para Chávez lo que la conducción
    de la guerra fue para Hitler, una estupidez.

    El Estado esconde los
    resultados de su derrota

    Raro, no fui temprano a votar con mi hijo, llegado de Londres a cumplir con lo que él definió como lucha por su pertenencia al país que ama, fui a desayunar a un tarantín, de esos no franquiciados, que debían estar boyantes en la extinguida brevedad de la ruta de la empanada. Aquí empezaron las sorpresas. No estaban los autobuses rojos, con listero en puerta, acarreando votantes del PSUV al centro de votación. Tampoco, estaban los parlantes y toldos rojos en los puntos de concentración, listos para el acarreo, engordado con “gabela y botella”, experiencias corruptas de la política cubana pre-fidelista.

    Solo – y para marcar diferencias- encontramos a un gritón de 30 dinares anunciando la extinción de los apátridas escuálidos. No oímos por cierto la diana cuartelera; los pelotones tienen reseco el estómago de promesas incumplidas. Mi hijo y los BB, dos generaciones que encontraron su mejor punto de contacto y complicidades en la 2.0: BB por la rapidez del messenger, la disposición al instante del e mail, esa maravilla del twitter que se convierte en peligrosa adicción, skype para el diálogo multifamiliar e internet, que hizo de la economía, la política y la cultura una fuente de desvelos permanentes y basura innecesaria.

    Así empezó el día largo del 26S que culminaría pasadas las primeras horas del 27 dada la incapacidad de las “cachidames”, o las instrucciones del comandante-presidente, que agotado en una larga campaña de violaciones a la legalidad democrática, como mal golpista con sus cuarenta ladrones, se metió en el trasero – bolsillo trasero – el Estado de Derecho y escondió los resultados de su derrota, hasta que las presiones o el litio, le aconsejaron un recule más.

    La Sala Situacional:

    Tenía compromisos políticos que cumplir ese día, la tarea era fácil, se podía realizar desde cualquier parte y Félix y Liss decidieron armar una sala situacional. Laptop, notebook, BB, televisores, scanners, se montaron en un dos por tres, para acceder a la información nacional e internacional; comenzaba a montarse el dispositivo. “Espacio Abierto” y “Gual y España”, las fundaciones políticas de orientación social demócrata y socialista o de izquierda democrática, con sus propias fuentes nacionales estaban abiertas.

    D´Paola, Fernando Rodríguez, Mayita y Freddy Núñez tenían a su cargo el análisis estratégico del rumor y el descarte de run runes y bolas provenientes del onanismo disociado. Todo estaba montado y planificado, menos la incompetencia, la otredad, el obedientismo, la insulsez de carácter y la banalidad de los rectores; al final nos pegamos un alumbronazo democrático, dándole felices la bienvenida al sol del 27S, que anunció al mundo la derrota clara del llorón, confirmando que la oposición era mayoría.

    Voté el 26S:

    Fue un voto diferente a todos los que he depositado en mi larga vocación de sufragante. Fue el más reflexivo, venezolanista, de izquierda y democrático que he depositado.

    Voté contra otra Internacional de las Espadas, aquella que desde la Academia de Chorrillos y amamantada por Odría arrasó con las incipientes democracias latinoamericanas que se abrían paso a finales de los 40 y principios de los 50. Voté contra lo que significó Pinochet y la Operación Cóndor y el rosario de operaciones militares que apuntaladas por el anticomunismo nacido al alba de la guerra fría, sembró de cadáveres, desparecidos y torturados la región, y en los exiliados que cobijó Venezuela y parecen padecer hoy olvidos desleales.

    Voté contra la corrupción y el nepotismo que padece el país a causa de lo que el profesor Héctor Malavé Mata metería – sin necesidad de martillazos – en la calificación y significado de los “extravíos del poder”.

    Voté contra la entrega de la soberanía del país a Cuba y contra el financiamiento de una cohorte de chulos políticos que viven a costillas de regarle el ego al coronel de carretera que descubrió el marxismo sin haber leído siquiera un Manual de la Academia de Ciencias Políticas de la URSS, y quiere imponernos un bolchevismo fascista a la cubana.

    Pero voté también por el cese del odio y el acondicionamiento pernicioso de la lucha de clases, voté por el reencuentro, sin impunidad. Voté para que se garantice a los venezolanos regresar vivos a sus casas después de la jornada laboral, por tener servicios públicos de calidad, porque la vida sea un “alumbrón”, y no un apagón, para que se acaben las cadenas, para que se entierre la lista Tascón, para que liberen a los presos políticos, regresen los exiliados, no cierren más plantas de TV y radio, para que cesen las confiscaciones, para que sea viable el país, económica y financieramente.

    Voté por mi familia y por mis amigos, por la Venezuela que quiero, un país del siglo XXI y no esta caricatura mala del siglo XIX.

    Ganamos:

    Haber ganado es un compromiso, no existe duda alguna que esta contienda electoral no fue para elegir diputados a la Asamblea Nacional. Fue un plebiscito y Chávez fue derrotado. Ayer, acobardado, pidió que le convocaran un referendum, cuyos resultados ya se conocen. 5.628.488 venezolanos le gritaron que no están de acuerdo con su “Socialismo del siglo XXI” y los 5.399.390 que votaron a su favor, a partir de hoy emigrarán como las aguas de las compuertas de la represa del Guri.

    Chávez, si la oposición llega a la concertación como política, comenzó a ser parte de un pasado ominoso y ladrón, que la historia, que no tiene paz con la miseria, recogerá como el más escandaloso fracaso de gobernante alguno del siglo XX, habiendo gastado más de US$ 1.000.000.000 suficientes para hacer un país más importante y moderno que cualquiera de los BRIC, de los nuevos miembros de la UE, o de los viejos y nuevos Tigres Asiáticos. El domingo se derrotó al militarismo ignorante, a la estupidez, la improvisación, la incompetencia, la incapacidad y la corrupción, que han constituido los frenos para insertarnos eficientemente en la mundialización.

    Política 2.0

    Estamos en la era 2.0, ya no es posible para un político, como decía Russell Baker en el prólogo de La Granja de Orwell, “Burlarse de tanta gente por mucho tiempo para mantener el poder”. Se debe, después de 12 años de mentiras reiteradas, rescatar la verdad como virtud. Orwell mantenía que era necesario decir la verdad, aún cuando la verdad fuese inconveniente, porque no es problema de vela y viento, de decirle a la gente lo que quiere oír, porque moralmente no es ético callar los males que deben ser denunciados.

    En la Asamblea Nacional se debe ab initio desmontar el mito chavista que los trajo al poder; son un atajo de ladrones, corruptos que pretenden moldear la identidad nacional como obediencia cuartelera, al ritmo de diana y redoblante. La corrupción es para Chávez lo que la conducción de la guerra fue para Hitler, una estupidez. Ganamos un round más, una batalla más, somos mayoría, demostramos al mundo el grado de corrupción del régimen falangista bolchevique, que sacando menos votos, obtuvo más diputados. Vale la pena volver a Russell Baker, el prologuista de Orwell, que acierta al decir que el pesimista yerra al no tomar en cuenta los factores de la estupidez e incompetencia de la gente que manda en los estados totalitarios.

    Pero no todo será legislación, proposición y debate. El trabajo más arduo será el forense, con sus hedores y sangre. Se debe usar la sierra y el bisturí a fondo, sin grima. La labor de control debe ser la base de una política decente, empecemos por PUDREVAL, los delitos de corrupción y crimen organizado son imprescriptibles, en el tiempo que viene habrá que gritar “HAYA yay”.

    Cien soluciones para la gente:

    La MUD llega a la AN 2011 con un programa definido de trabajo legislativo contenido en “100 soluciones para la gente”. Una hoja de ruta mediante la cual la Unidad Nacional propone un camino para “vivir y progresar en paz”. No es realismo mágico, sino un conjunto coherente de propuestas programáticas que va más allá del comeflorismo recalcitrante de los extremos. Apunta a la política en grande y a dar respuesta a los grandes problemas nacionales, a partir de un análisis FODA, si se quiere, en términos técnicos.

    Fortalecer el país:

    Es necesario que las voces bajen a un nivel más seguro, vivible, y para ello es necesario “Reconciliar al país y fortalecer la institucionalidad democrática”, a partir de la reivindicación y cumplimiento del proyecto establecido en la Constitución de 1999, que tanto estorba al proyecto militarista decimonónico. En resumen, acabar con el mito de la nobleza del socialismo chavista, constituyendo un Estado de instituciones democráticas con poderes independientes, para terminar con los sueños disparatados que señalara Orwell;”Todos los animales son iguales, pero algunos más iguales que otros”. Más allá de lo que el mismo llamara apropiadamente “un cuento de hadas”, o como “El Cándido” de Voltaire, o en la traducción de las “Fábulas de Esopo” que deben apuntar al desmontaje del cinismo y del odio que predica Chávez.

    Remozar el poder público:

    Es necesario vigorizar y remozar el poder público a partir de la autonomía e independencia de lo que deberá constituir el ejercicio del Estado de Derecho, garantizando su imparcialidad e independencia, sentar las bases para una reforma integral de la administración pública al servicio de los ciudadanos, volver a la descentralización a partir de la promulgación de una Ley de la Administración Central, que complemente y desarrolle la normativa que rige la materia, para evitar que mediante la decretomanía se desarticule el Estado, para ponerlo al servicio del partido.

    Una sociedad productiva:

    Es preciso sentar las bases jurídicas para “Construir una sociedad productiva y de progreso” que se inserte en la globalización, que cree riqueza y empleo, que atraiga con garantías la inversión extranjera, creando un marco para la reindustrialización del país, con crecimiento sostenible y baja inflación, que promueva el desarrollo de las ventajas comparativas, en un pacto político intersectorial, de los sectores públicos, privados y laborales. Es de urgencia acabar con la discrecionalidad administrativa y rescatar la meritocracia, para promover y asegurar los derechos constitucionales de la propiedad privada, la inversión y la libre iniciativa, donde haya tanto estado como sea necesario, para garantizar a los ciudadanos bienes y servicios de calidad, y en un mercado abierto, desmontando las restricciones arbitrarias que entorpecen el comercio nacional e internacional, a partir de una valoración conceptual del apuntalamiento de las empresas básicas y la industrialización aguas abajo. Es necesario hablar claro y duro, y cuando sea necesario decirle a la gente lo que no quiere oír.

    El papel de la oposición:

    La oposición en la Asamblea Nacional siendo minoría, tiene el reto de pelear para sentar las bases, que permitan “construir una sociedad productiva y de progreso”. El mercado no puede ir por la libre, como expresa Tony Judt, sumergido en las virtudes redentoras de la desregulación del Estado y hacerlo raquítico y sin músculos y con una baja imposición, según los lineamentos del “Consenso de Washington”, o también como el proyecto denominado “Agenda de Lisboa” alentado por los franceses y alemanes en la Unión Europea, que vienen a constituir en la economía un nuevo “penseé unique”. No se debe olvidar que en la crisis mundial bancaria del 2008 los cruzados de Milton Friedman y la Escuela de Chicago se devolvieron a ponerse los zapatos viejos de John Maynard Keynes.

    La construcción de la sociedad que el país quiere, implica que la Asamblea Nacional debe discutir el andamiaje intervencionista disfrazado de legalidad formal, promocionando con incentivos la inversión productiva, cumpliendo los mandatos constitucionales referidos a los derechos económicos. Reordenando la economía, estableciendo el control presupuestario, devolviendo la autonomía al Banco Central, promoviendo el sistema nacional de innovación y desarrollo tecnológico y especialmente pleno respeto a los compromisos contraídos en el acuerdo de Marrakech mediante el cual se creó la Organización Mundial de Comercio.

    Deberes parlamentarios:

    Los parlamentarios de la unidad deben denunciar y desmontar el populismo mentiroso del pueblo empoderado. Es necesario cancelar la deuda social que trajo y se llevara a Chávez. Se deben relanzar los programas sociales desde una óptica operativa descentralizada, con financiación oportuna, mantenimiento preventivo, para garantizar su continuidad con mas alta calidad, es la hora de motivar y legislar sobre la necesidad de “Participar para progresar”. Lo cual tiene trama y urdimbre en la creación de “trabajo digno y productivo”, que minimice la economía informal, capacite a la mano de obra y despolitice la capacitación y acceso al trabajo y especialmente a la búsqueda de la estabilidad laboral, con seguridad social efectiva y pensiones dignas de una Venezuela vivible, sin miedo, con “integración cultural y deporte como parte del progreso” y no como voluntarismo ideológico, populismo y regimentación fascistoide.

    El cumplimiento de esas premisas, será el piso para construir la victoria del 2012. La unidad debe “proyectar y promover, confianza, respeto y prosperidad en el mundo” acabar con el turisteo presidencial, y la corte rasputinesca que lo acompaña. Volver a la política de integración, participar en la verdadera creación de una Comunidad Latinoamericana de Naciones, revisar el ingreso al Mercosur, renegociar el regreso a la Comunidad Andina, establecer de nuevo el Grupo de los Tres incorporando a Chile, consolidar un tratado con el Sistema de Integración Centroamericano y sobre todo revisar ese barril sin fondo y contenido que es el Alba.

    El trabajo de la fracción parlamentaria de la unidad será largo y tedioso; va a ser estresante en un clima de montonera agavillada, generalmente inculta e incompetente para abordar los problemas que agobian la cotidianidad. Garantizar “Seguridad y vida para todos”, sin necesidad de guardaespaldas, carros blindados, residencias electrificadas. Es necesario plantear el debate de la educación liberadora en su concepción integral, volver al montaje de verdaderas políticas públicas con “Salud con calidad y para todos”, haciendo énfasis comparativo en los éxitos de la descentralización. Doce años después de promesas y fracasos voluntaristas, en un régimen huérfano de trabajadores, que desmontó el fruto de sus negociaciones laborales contractuales, es necesario avanzar con rapidez hacia “Una Seguridad Social, Efectiva y Universal”. En el mismo sentido promover en la Asamblea Nacional programas serios, tangibles y realizables para la edificación de “viviendas confortables” y nada debe quedar al azar. La empresa de reconstrucción de Venezuela es tarea de todos y allí el chavismo democrático tiene su espacio para el trabajo creador. Estamos cerca del inicio de la cuenta regresiva para un intento fallido de una montonera sin principios, que se acerca a su fin, es hora de cambiar, todos, especialmente la política, que debe ser para siempre piedra fundamental del futuro. No más inventos indecorosos y apuesta a la búsqueda del poder por cualquier medio.


    Freddy Rios Rios.
    friosrios@gmail.com
    @doserre

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