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    MARTA COLOMINA: Las botas delatoras del comandante »

    ¡Oh sorpresa!, una cámara mostró las limpísimas
    botas presidenciales sin una molécula de barro…

     

    Desde aquel “por ahora” en el que posponía su frustrado golpe de Estado para otra oportunidad más favorable (tan propicia como ganar la elección presidencial para luego destruir la democracia desde el poder) Chávez siempre ha sido un showman que vio en la TV el instrumento ideal para simular como hechos verdaderos, lo que han sido burdos simulacros. En su hábil teatralización de la política, el pueblo nunca ha sido el centro de sus preocupaciones, sino una coartada para perpetuarse en el poder. El “soberano”, como denominaba a los sectores masivos cuando le convino aprobar la Constitución, siempre ha sido un decorado “legitimador” de su inexistente condición democrática y de su falsa preocupación por erradicar la pobreza e incorporar al pueblo a las decisiones políticas y sociales. Por eso vemos que los Consejos Comunales primero y las comunas ahora, no tienen autonomía pues están controladas por el Presidente y han sido creadas para sustituir a una AN con diputados incómodos.

    Las Misiones -aunque algunas de ellas funcionaron al principio- no se originaron en la “filantropía” de Chávez a favor de los más pobres, sino en claros propósitos electorales. La incapacidad y corrupción han hecho desaparecer virtualmente las misiones (la ubre seca de Pdvsa ya no las financia) y disparado la inseguridad, inflación, desempleo y crisis de los servicios de agua y electricidad. El crimen mayor, cuyas destructivas consecuencias estamos sufriendo, ha sido el inocultable fracaso oficial en la construcción de viviendas tantas veces prometidas y nunca edificadas, mientras Chávez ha dilapidado más de cien mil millones de dólares en apoyos para sus protegidos externos y en la compra innecesaria de armas de guerra. Las inundaciones muestran descarnadamente la diferencia entre el Chávez que, a casi doce años de gobierno, jura a los miles de damnificados en cadena nacional que su primera prioridad es la construcción de viviendas, y el Chávez culpable de haber engavetado desde 1999 los magníficos proyectos de Rehabilitación de Barrios y el Plan Nacional de Vivienda dirigido al 90% de la población, emprendidos por la arquitecta Josefina Baldó, nombrada por Chávez presidenta de Conavi. Los expertos testifican que de haber emprendido esas obras, incluida la construcción de albergues, y de haber mantenido carreteras, autopistas, represas y puentes, cosa que nunca hicieron, buena parte de esta tragedia no habría ocurrido. Afirman también que con el promedio anual de 12.500 viviendas construidas por el Gobierno hasta ahora, tardaría 160 años en resolver el déficit habitacional.

    Chávez teatraliza de nuevo el horror del cual es el principal culpable, acusando al capitalismo y al Imperio de los daños causados por las lluvias y por 12 años de negligencia oficial. Se presenta inmoralmente como el salvador de los damnificados y el restaurador de la Venezuela por él destruida. Los gobernadores llevaban días clamando por la acción urgente del Ejecutivo mientras Chávez vociferaba desde el Salón Elíptico su deseo de tener una FAN de extrema izquierda y de inhabilitar a los diputados opositores. Apareció en escena el décimo segundo día de lluvias y lo hizo seguido por las cámaras de VTV, sin las cuales no hay performance, en un barrio de Caracas y poco después, en traje de campaña, sobrevolando Higuerote en helicóptero y gesticulando como si hubiera estado en el fragor del barro y los derrumbes. Pero ¡oh sorpresa!, una cámara, ¿realenga?, de VTV mostró las limpísimas botas presidenciales sin una molécula de barro y anudadas primorosamente con cordones rojitos. El contraste mediático fue inevitable: en los más de doce días que Capriles Radonski llevaba luchando contra las aguas en Miranda y ayudando a los miles de damnificados, le había crecido la barba, estaba cubierto de lodo y había perdido varios kilos en tan dura tarea. Mientras las botas delatoras del histrión lucían impolutas, las del gobernador estaban irreconocibles del barro. Otra vergüenza más: los militares no permiten el acceso de los funcionarios de Miranda a los refugios de Guarenas y Guatire para llevar comida, medicinas y otros insumos a los damnificados, quienes tampoco son atendidos por Miraflores.

    Como el viejo divo que arremete contra el joven porque se ha llevado los aplausos, así Chávez insulta enardecido a Capriles Radonski porque ha conquistado el respeto de quienes vemos barrios, caseríos y galpones convertidos en campos de refugiados arruinados y hambrientos, mientras que ni el Gobierno central, Pdval o Mercal distribuyen los alimentos necesarios, a la par que confiscan los donativos de particulares. Baja el telón y las pitas y abucheos recaen sobre quien se creyó el único y primerísimo actor .


    MARTA COLOMINA | EL UNIVERSAL
    mcolomna@gmail.com
    Domingo 12 de diciembre de 2010

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