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    DENUNCIA ACOSO GUBERNAMENTAL: La versión de Mezerhane

    Despojado de casi todas sus empresas y del Banco Federal, desde su autoexilio Nelson Mezerhane hizo circular un dossier con sus argumentos y presentó una denuncia en la CIDH.

    “La existencia de laboratorios activos
     que crean rumores, es un hecho”

     

    En el canal de todos los venezolanos le llaman “el turquito”, con cierta sorna y suficiente desprecio. Y ese quizás sea el calificativo más blando que esgrimen algunos conductores de espacios en VTV contra Nelson Mezerhane, el empresario ahora ex banquero y socio de Globovisión.

    El 1 de julio la fiscal de la República, Luisa Ortega Díaz, informó sobre la orden de captura emitida contra Mezerhane por presuntas irregularidades en el manejo del Banco Federal -y su grupo- y anunció que se había hecho la notificación a la Interpol “para que pueda ser aprehendido donde esté”.

    Pero Mezerhane ya no estaba. Y ahora, perdido definitivamente el banco y amenazado Globovisión con sentarle en la directiva a Mario Silva como representante de las acciones de las que también ha sido despojado, desde un exilio autoimpuesto, el empresario esgrime argumentos en su defensa y ha acudido, incluso, a la Corte Interamericana de Derechos Humanos para presentar lo que considera ha sido una feroz secuencia de acciones en su contra, emprendida por el gobierno de Hugo Chávez como retaliación por la línea crítica que, pese a todo, aún mantiene Globovisión. En pocas palabras: un duro pase de factura.

    En algún lugar del despacho de Luisa Ortega Díaz reposa la denuncia presentada -el 23 de diciembre de 2009- por Mezerhane sobre la existencia de un “laboratorio oficial” encargado de minar la estabilidad del Banco Federal.

    El 17 de diciembre de 2009, el diario El Mundo-Economía y Negocios, publicó una entrevista con el empresario en la que éste asomó la posibilidad de que algunas personas relacionadas con el Gobierno estuvieran detrás de la creación de una “minicrisis” del sistema financiero. A la pregunta del reportero “¿El Gobierno está incluido en ese ataque?”, respondió: “No puedo decir que es el Gobierno. Hay personas que están vinculadas que han hecho su trabajo”.

    En su siguiente respuesta señaló: “Hay laboratorios activos que han creado rumores y los bancos son casas de confianza”. Y más adelante calificó como positiva la acción del Banco Central y los ministros de Economía ante la situación de crisis que se llevó por delante a algunas instituciones financieras.

    Dos días más tarde, el presidente Hugo Chávez en cadena nacional dijo estar sorprendido por esas declaraciones: “… el señor Mezerhane afirmó que la situación generada en varios bancos fue organizada por laboratorios, él tiene que explicar, además es un banquero, debe tener pruebas… y además es una situación creada por personas vinculadas al Gobierno… Yo voy a llamar a la fiscal más tarde para pedirle que abra un proceso de investigación a esas declaraciones… yo las considero sumamente graves e irresponsables, sobre todo que vienen de boca del presidente de un banco que ha tenido problemas graves. Aquí se acabó el tiempo aquel en donde venían instituciones públicas a auxiliar a bancos privados como el Federal”.

    Con esto, el propio Chávez -además de ordenar la investigación a la fiscal y al superintendente de Bancos- dejó sembrada la duda sobre la salud del Federal.

    Y en otra cadena, el 21 de diciembre, dijo más: “Uno de esos canales, por cierto, propiedad de este banquero que salió diciendo lo que dijo, que tendrá que aclararlo en los órganos correspondientes, si se va a meter a político que se meta a político (… ) entonces el banco échemelo pa’cá y usted vaya para la política… “.

    Y el coro dice:

    La denuncia presentada a Ortega Díaz incluye una relación de declaraciones y artículos de prensa que, a juicio de Mezerhane, “sí podrían considerarse constitutivos de eventos que distorsionarían el sistema bancario” y que tienen como protagonistas al ex vicepresidente y ex ministro de la Defensa, José Vicente Rangel, y a los conductores de programas en VTV, Mario Silva y Alberto Nolia; que datan de fechas anteriores tanto a la entrevista publicada en El Mundo como a las declaraciones del Presidente.

    “Un banco ligado a un canal de televisión está como el Titanic. ¡Alerta depositantes!”, publicó Rangel en su columna El Espejo, en el diario Últimas Noticias el 18 de mayo de 2009. Y sigue: “Un banco, cuyo medio estimula la desestabilización, no aguantaría una auditoría de Sudeban si el organismo se decide a hacerla. El hueco que tiene lo tapa con notas estructuradas chimbas… ” (25/05/09).

    “Banco en serios problemas: en el sector bancario aumenta la preocupación por lo que ocurre con un banco que está en serios problemas, cuyo dueño aparece involucrado en aventuras desestabilizadoras. El banco tiene huecos con las notas estructuradas que compró en dólares permuta poco antes de la reelección presidencial” (programa José Vicente Hoy, transmitido por Televen y reseñado por Informe21.com el 7 de junio de 2009); “(este banco) con problemas, que ha estado fuera de compensación en varias oportunidades, coloca a su propietario ante una situación crítica. Según se ha conocido próximamente se dictarán medidas de Sudeban sobre ese banco en cuestión y también está planteada una acción del Ministerio Público a un canal de televisión que se encuentra seriamente comprometido” (José Vicente Hoy, reseñado por la Agencia Bolivariana de Noticias el 13/12/09). “Por cierto, hay un banco que se ha salvado de chiripa. Dicen que se parece al queso Gruyer por la cantidad de huecos que tiene” (El Espejo, Últimas Noticias, 21/12/09).

    Además de otros contenidos atribuidos a Rangel y publicados en diversos medios, transcriben para la fiscal pasajes del programa La Hojilla que recogen expresiones como las de Alberto Nolia y Mario Silva el 9 de diciembre de 2009: “Banco Federal pésimamente administrado. El turquito está desesperado tratando de vender, lo que pasa es que el Banco Federal regalado es caro. Regalado es caro, porque usted compra ese banco y lo primero que tiene que hacer es llegar con una marusa, con una gandola de billetes a capitalizar un banco que está en una situación infernal. Al estilo cuarta república: banco quebrado, banquero multimillonario” (Nolia).

    La conversación entre ambos es larga y en ella Nolia aseguró que alcaldías ocupadas por figuras de la oposición y funcionarios del Gobierno “sucumbieron” al “aparato de chantaje de Nelson Mezerhane” para colocar depósitos en el Federal a cambio de comisiones. Y señaló que mensajes alarmistas sobre el sector bancario que circularon por correos electrónicos y celulares se originaron en “el servidor de Globovisión”.

    El 21 de diciembre de 2009, Mario Silva leyó en La Hojilla un texto de la columna Piedra de Tranca del anónimo “Marciano” y comentó, “estoy diciendo que al Banco Federal hay que vigilarle hasta los tuétanos, porque por algo este turquito quiere vender el Banco Federal”.

    Con estos y otros ejemplos, Mezerhane intenta ilustrar en su denuncia -recogida en un do-ssier llamado El Expediente 961- cómo se gestó una matriz de opinión contra el Federal.

    Pasa el banco:

    Ese dossier incluye la denuncia presentada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el 29 de junio de este año (por violaciones a su derecho a la libertad personal, a las garantías judiciales, a la protección de la dignidad, a la libertad de pensamiento y expresión y a la protección judicial), donde se hace recuento de las acciones del Estado contra Mezerhane partiendo del intento de vincularlo con el asesinato del fiscal Danilo Anderson (en 2005, con los episodios de Giovanni Vásquez y las actas forjadas) y culminando en el escenario actual: con orden de captura, sin banco y sin las empresas vinculadas al Federal.

    Y en el medio, despojado igualmente de sus inversiones en el hotel Puerto La Cruz, el sistema Teleférico de Caracas, el Hotel Humboldt y el Gran Hotel Caribe, entre 2004 y 2007.

    Otro documento incluido es el recurso contra la intervención del banco, admitido por el Juzgado de Sustanciación de la Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo el 27 de julio de 2010. Como se sabe, el Federal fue intervenido a partir del 14 de junio pasado por resolución de la Sudeban número 306.10, bajo el argumento de solventar su “grave situación económica financiera” y por otros dos motivos: que el banco no presentó un plan de recuperación y que no cumplió con los porcentajes mínimos de la cartera de créditos al sector turismo.

    Más allá de las enrevesadas discusiones contables, en ese recurso se exponen algunos argumentos que, en efecto, bien pudieran sugerir la existencia de otras motivaciones.

    El 19 de mayo de 2008 el Ministerio de Finanzas ordenó a los bancos desprenderse de las notas estructuradas emitidas por instituciones y empresas extranjeras.

    Eso dio pie a una serie de situaciones y de órdenes y contraórdenes en las que la Sudeban intentó obligar al Federal a ejecutar algunas acciones que, a juicio de sus directivos, crearían una brecha artificial en los balances del banco. De modo que el 15 de octubre de 2009, la Sudeban dispuso la imposición de medidas administrativas al banco y estableció la instalación de una oficina de inspección permanente encargada de supervisar todas sus operaciones.

    La intervención se produjo en ese escenario y -dice el documento- sin que se hubiera establecido la finalización del proceso de medidas y “sin que le impusieran (o informaran) las razones por las que -al parecer- la Sudeban consideró que dicho proceso resultó inadecuado, insuficiente o lo que sea”.

    En realidad, explican, las medidas no se decidieron por la “grave situación económica financiera” del Federal, sino “debido a supuestos incumplimientos de órdenes”, cosa que no contempla la Ley General de Bancos. “Así que mal habrían podido corregir situación alguna, cuando no fueron impuestas con dicho propósito”.

    La tesis final que defiende el dossier es que la intervención del Federal nació como un proceso viciado que, en todo caso, no debe ser ni sancionatorio ni penal, sino que es administrativo. Y que las sanciones impuestas a Mezerhane se decidieron sin permitirle ejercer su defensa.

    Lo que dice el recurso de nulidad:

    A la medida. “El proceso en cuyo seno se dicta la medida de intervención, es un proceso tan plagado de irregularidades, que parece simplemente fabricado con el único propósito de tomar posesión del BF y de todas sus relacionadas”.

    Así no. La Sudeban objetó, mediante oficio del 15 de septiembre de 2008, el que el Federal diera cumplimiento a la obligación de desprenderse de las notas estructuradas. Para la Sudeban el banco debió haber pedido permiso para cumplir con la orden del Ministerio de Finanzas.

    Así tampoco. También rechazó que las notas se desincorporaran a través de un mecanismo de permuta por “una serie de inmuebles que sirven de agencias u oficinas administrativas al BF”. E indicó que esos activos debían asumirse como improductivos.

    Sin sedes. El 27 de octubre de 2008 la Sudeban ordenó desincorporar los inmuebles adquiridos en la permuta y “sustituirlos por títulos valores con vencimiento a corto y mediano plazo”. La orden es calificada de ilegal porque nada impedía al banco hacer la transacción. Pero además “era una orden que suponía la extinción del banco”, pues la Ley del sector indica que en tal caso el banco debe desocupar inmediatamente los inmuebles que le sirven de sede. En febrero de 2009 Sudeban ratifica la orden.

    En menos. El 28 de mayo de 2009 Sudeban giró otra orden: que el Federal hiciera un ajuste negativo en su patrimonio por haber conservado a la fecha certificados de depósitos emitidos por instituciones internacionales. Ese ajuste, “creaba un desbalance artificial e ilegal en el patrimonio del banco”.

    Su plan. El 15 de octubre de 2009 se decidió la imposición de medidas administrativas por el incumplimiento de “una serie de órdenes”. El día 30, el Federal comunicó de manera formal a la Sudeban que acataría y ejecutaría las medidas y ajustes impuestos. “Y por tal razón el Banco federal, C.A., no presentó plan alguno distinto al cumplimiento inmediato de todo lo dispuesto por la Sudeban”.

    Recorte. El 15 de marzo de 2010 la Sudeban ordenó una serie de ajustes por más de 1.286 millones de bolívares y otro el 27 de mayo por más de 341 millones. “Evidentemente, con estos ajustes se obligó a castigar el patrimonio del banco, reduciéndose artificialmente”. El banco ejerció recursos de consideración ante esta “desproporcionada orden”. Pero llegó la intervención y no hubo decisiones.

    La razón. “El BF habría sido intervenido para castigar a los directivos de dicha institución financiera por la comisión de diversos delitos”.


    Por Oscar Medina
    Economia | Política
    EL UNIVERSAL

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