22.7 C
Caracas
Thursday, March 28, 2024
No menu items!
More

    DATANÁLISIS: Encuesta sobre candidatos habilitados

    ¿Quién de los opositores habilitados tiene más...

    IBÉYISE PACHECO: MINERÍA: el régimen suma nuevos muertos…

    “Mientras los presos políticos languidecen…” “La mina “Bulla...

    GUSTAVO TOVAR-ARROYO: ODIO, la palabra como bala (Epis: 4)

    No es tiempo de líderes, es tiempo de...
    HomeElecciónesARMANDO DURÁN: Un país hecho pedazos

    ARMANDO DURÁN: Un país hecho pedazos


    ¿Vuelve la crisis eléctrica?
    Los indicios abundan…

     

    Sólo durante esta semana, apagones en Nueva Esparta, Portuguesa, Táchira y Falcón, y nuevo colapso del Metro de Caracas. Estos sucesos desmienten bien a las claras a los voceros oficiales que hace menos de una semana anunciaron que la reciente emergencia eléctrica había sido superada. Un falso optimismo que el ministro Alí Rodríguez Araque se sintió obligado a matizar. Si bien enfatizó en que el Gobierno había restablecido 1.033 megavatios del sistema eléctrico nacional, añadió que se estaba tramitando la compra de energía a Colombia “mientras se resuelve el problema”. Por supuesto, no aclaró a qué “problema” se refería, ni su magnitud ni mucho menos de cuánta energía por comprar al Gobierno colombiano hablaba. La enigmática razón de esta sinrazón nos la ofreció este diario en su edición del pasado viernes: “No se hicieron las obras para superar la emergencia eléctrica”. Obras para las que teóricamente iban a destinarse 15 millardos de dólares.

    Algo muy parecido ha ocurrido en la industria petrolera. Tras años de negar las cifras de producción y exportación de crudos que registran los irrefutables informes de la OPEP y de la Agencia Internacional de Energía, a Pdvsa ya no le ha quedado otro remedio que admitir la debacle. Se reconoce al fin que la producción es mucho menor que la pregonada a los cuatro vientos por Rafael Ramírez, y que las exportaciones a Estados Unidos, prácticamente el único cliente de Venezuela que paga el precio real del mercado y además al contado, siguen declinando peligrosamente. Mientras tanto, la deuda que Venezuela debe pagar a China con petróleo a futuro y precios muy preferenciales, ha crecido de manera alarmante y alcanza hoy el astronómico monto de 28 millardos de dólares.

    Por su parte, a Hugo Chávez se le ha cansado el dedo de tanto querer tapar el sol contrarrevolucionario de la corrupción. De poco le ha servido el esfuerzo. Poco antes de emprender su último y costoso viaje al sur del continente denunció que ese impúdico cáncer se había infiltrado en las filas de su partido Socialista Unido de Venezuela. Y que así, bramó, la revolución no iba a ninguna parte.

    Estos son apenas tres hechos concretos de lo que bien podríamos llamar el desmantelamiento sistemático de Venezuela. El paraguas protector de este afán por demolerlo todo ha sido el cuento de cerrar filas en torno al proyecto de convertir a Venezuela en un Estado socialista y comunal para salvar a la patria amenazada. Sólo que para darle impulso a esta ilusión de “unidad” totalitaria el propio Chávez se ha encargado, quizá el único éxito de su liderazgo, de partir al país en dos mitades irreconciliables. De un lado los patriotas, del otro los traidores. Aquí los amigos, allá los enemigos. En esta trinchera, aunque Chávez prefiera no mencionarlo, la nueva y floreciente burguesía nacional, en la de allá, los excluidos de siempre, eso sí, cada día más pobres.

    Muchos venezolanos se toman esta situación a risa. Hecho en socialismo, parafrasean burlonamente la poco original y desacertada consigna del régimen. Aunque bien miradas las cosas, en cierta medida tienen razón. Ahí tenemos, por ejemplo, la muy asombrosa referencia astrofísica de Chávez sobre la causa de la desaparición de la vida en Marte.

    Sin embargo, Chávez no es hombre de bromas y hasta su inaudita denuncia contra el capitalismo solar, risible en apariencia, es un argumento de gran seriedad dialéctica dentro de su razonamiento “revolucionario”. Si la intromisión del imperio más allá de los límites espaciales de la Tierra con la finalidad de implantar en un planeta distante las leyes insaciables del mercado fue capaz de provocar tamaña devastación, ¿cuáles no serían las consecuencias de una intromisión similar en Venezuela si la revolución bolivariana no defiende con patriótica firmeza la soberanía nacional y el socialismo a la cubana? Lo cierto es que Venezuela se deshace en pedacitos, y no son el imperio, el capitalismo ni alguna siniestra conspiración internacional los culpables de semejante tropelía. La culpa de esta auténtica catástrofe nacional la tienen Hugo Chávez y sus acólitos, quienes en apenas doce años, con la complicidad activa o pasiva de innumerables actores de la vida nacional, casi han concluido la perversa tarea de hacer pedazos a Venezuela. Ahora, ante la mirada todavía desenfocada de tantos presuntos adversarios suyos, y con la militarización total de la sociedad, el régimen sencillamente se dispone a redactar el acto final de la tragedia. Para eso, no para construir un país sino para destruirlo, es que sirven los inmensos ingresos fiscales del Gobierno y los dólares chinos.


    Por: ARMANDO DURÁN
    Política | Opinión
    EL NACIONAL

    Advertisements
    ÚLTIMAS NOTICIAS

    Últimas noticias:

    Comentarios Recientes: