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    Narco-Estado: Makled y El Aissami…

    El hermano del ministro de Interior puede ser una de las piezas que ayuden a armar el rompecabezas del caso Makled. A la Fiscalía le recomiendan averiguar cómo pagó algunos vuelos privados.

    SOLICITAN INVESTIGAR AL
    HERMANO DE EL AISSAMI

     

    ■  Ahora que Walid Makled viene a Venezuela, hay quien levanta la voz para solicitar una investigación en contra del ministro de Interior y Justicia, Tarek El Aissami. Y más aún a su hermano, Feras El Aissami.

    Ya el propio Makled había señalado al hermano del ministro como socio en algunos negocios. El ex director de Seguridad Ciudadana del gobierno regional de Mérida, Gerardo Regardiz, parte de ese y otros casos para preguntar cómo es que un estudiante de derecho obtenía los recursos para alquilar aviones.

    El hermano del ministro puede ser -a juicio de Regardiz- una de las tantas piezas que faltan para armar el rompecabezas del caso Makled. Lo dice tres años después de que se le viera en radio, televisión y cuanto medio le abriera las puertas, para denunciar que el Estado venezolano deportó y llevó a la cárcel sin orden judicial alguna al dueño de una agencia de viajes, que en aquel momento no le cumplió al entonces estudiante universitario Feras El Aissami.

    El caso indica que el dueño de la agencia Global Tour de Mérida, Yim Pinto, fue deportado cuando aseguraba estar de viaje en Colombia e, inmediatamente, apresado en Venezuela por haber suspendido un vuelo, que el hermano del ministro y otras 79 personas habían contratado para noviembre de 2007.

    Fue tal el despliegue, que justo en los días en que el presidente de la República, Hugo Chávez, llamaba a mover 10 batallones a la frontera, el Ministerio de Interior y Justicia por un momento hizo un alto en la retórica de la guerra, para pedir a Colombia que colaborara con la detención del dueño de la agencia de viajes.

    Hace ya mucho de este incidente y apenas fuera una anécdota o un mero caso doméstico olvidado entre tantas noticias, sino fuera porque las actas del juicio dejan ver que el hermano del ministro coordinó, o al menos participó, en algunos vuelos charter que en esos momentos salían de Venezuela con destino al Caribe.

    Se trata de una situación que Regardiz -quien fue director de Seguridad en el gabinete del ex gobernador Florencio Porras- trae a estos días, para recordar las mismas dudas que ya señalaba en aquel momento. “¿Para qué alquilaba aviones?”, pregunta. “¿De dónde sacaba el dinero?”.

    La cita de Valencia:

    De entrevista en entrevista, como si se tratara de una novela por entregas, Makled ha ido anunciando documentos, videos y facturas que lo vinculan con militares y altos funcionarios del Gobierno. “Yo se muchas cosas porque vamos a estar claros: de esas empresas comía mucha gente”, aseguró a RCN en la primera entrevista que lo mostró tras caer preso en agosto de 2010.

    Así se presentó el empresario venezolano que tanto se disputaron Washington y Caracas. Y para que no quedaran dudas, dejó claro ante la cámara que se refería a peces gordos: “Gente del alto Gobierno”.

    Desde entonces Makled no ha parado. Al general Clíver Alcalá, comandante de la 41 Brigada Blindada, lo señaló de haber vendido bazucas y municiones a la guerrilla colombiana. Sobre el comandante general de la Armada, Carlos Aniasi Turchio, dijo que mantuvieron una relación comercial y entre tantos trailers de una película que no termina de proyectar, también enfiló baterías contra el hermano del ministro El Aissami, a quien asegura haber pagado el equivalente a 100.000 dólares.

    Fue en Valencia. Feras El Aissami acudió al encuentro en el apartamento de Walid Makled, donde el anfitrión ofreció 100.000 dólares a cambio de colocar a un comisario de la policía científica en un puesto clave del estado Aragua. “Le deposité esa plata en una cuenta en Margarita”, dijo desde la cárcel de Cómbita, en Colombia. “Yo tengo la copia del vaucher”, agregó en una entrevista que el periodista Casto Ocando publicó en octubre del año pasado.

    Aunque asegura que hubo otras oportunidades, nunca como esa. Ya Makled había enviado pagos a Feras El Aissami a través de terceros, pero la reunión de Valencia fue la única que los puso a hablar de tu a tu. “Me comentó que si yo tenía alguna otra cosa más, algún otro negocio, que le dijera, que él estaba a la orden porque necesitaban dinero”, recuerda.

    Así quedaron. De seguro se dieron la mano y paradojas de la vida, dos semanas después el ministro de Interior y Justicia, Tarek El Aissami, anunció el 13 de noviembre de 2008 en televisión el decomiso de armas y casi 4 toneladas de cocaína en la finca que Makled tenía alquilada en Tocuyito, estado Carabobo.

    “El Turco”, “El Árabe” o a quien algunos medios se han referido como “el traficante que dice saber demasiado” pasó a partir de ese momento a ser prófugo. Años después, desde prisión, ha venido dando testimonio de una supuesta relación con el hermano del ministro, que para Regardiz debe ser cuando menos investigada.

    El proceso judicial:

    La primera vez que Regardiz denunció al menor de los El Aissami lo hizo por abuso de poder. Señala que de no ser por palancas y contactos, en la República Bolivariana de Venezuela no hay manera de que deporten y encarcelen a alguien en cuestión de 48 horas.

    Ni siquiera por el peor de los delitos; mucho menos por un caso de estafa, en un cheque sin fondos que rebotó los 125.000 bolívares necesarios para pagar el vuelo que nunca despegó de Maracaibo con destino a Panamá.

    No es casual, para Regardiz, el vínculo de Feras El Aissami con sus hermanos Tarek y Haifa, quienes entonces se desempeñaban como viceministro de Seguridad Ciudadana y fiscal del Ministerio Público, respectivamente. No encuentra otra manera de explicar cómo es que al dueño de la agencia de viajes, Yim Pinto, lo metieron preso en la cárcel de Mérida antes de que se emitiera una acusación fiscal en su contra.

    “Fue un secuestro”, concluye. Pero ahora que las partes llegaron a un acuerdo y que el Circuito Judicial Penal del Estado Mérida está a punto de cerrar el caso, insiste que tras esta historia se vislumbra una red que negociaba con los cupos Cadivi en las narices del Gobierno. De otra forma, no puede entender que el estudiante universitario, Feras El Aissami, pagara los pasajes y el resto de los paquetes turísticos a cada uno de las otras 79 personas que iban a viajar.

    De acuerdo con el expediente judicial LP01-P-2008-000172 de los tribunales penales del estado Mérida, el hermano del ministro sacó dinero de su bolsillo y tuvo que esperar tres años para recuperarlo en partes. “Hay allí la comisión de ilícitos cambiarios”, afirma Regardiz. “Nadie responde por un vuelo privado para fianciar los pasajes de otros de a gratis”.

    Hubo, de hecho, otros vuelos que asegura que alquilaron; señala que Feras El Aissami reservó tres con la agencia Global Air de Mérida. “Creo que existen suficientes elementos para investigar el caso”, insiste. “Sería interesante que los organismos del Estado le dijeran al país cómo se articuló esta suerte de aviones privados DC-9, que viajaban a Panamá y el Caribe”.

    Un vuelo charter requiere de dólares preferenciales y permisos especiales, para aterrizar y despegar dentro y fuera del país. ¿Quién habrá organizado tanto viajes en esos meses de 2007 en los que un buen contingente de venezolanos quería salir a raspar su cupo Cadivi?

    La reacción oficial:

    Desde que Makled ha enfilado sus baterías contra él, Feras El Aissami ha preferido por la prudencia, y esta semana no fue la excepción. Aunque se intentó una respuesta sobre las denuncias que desde el año pasado lo han venido vinculando con quien asegura haber sido su socio, no ha sido posible conocer su versión.

    Su abogado Ángel Sánchez, advierte de cualquier manera, que nada tiene que ver Makled con la demanda que su cliente había emprendido contra una agencia de viajes que no cumplió con un servicio cancelado. Agrega, además, que se trata de un caso que ya está por concluir: “El hombre pagó, admitió los hechos y está a la espera de la audiencia final”.

    En el Ministerio de Interior y Justicia, por su parte, tampoco hay respuestas sobre el tema. Hace dos meses que no responden a los llamados que solicitan precisiones sobre Makled y todos los casos que en Venezuela se siguen en su contra. Esta semana tampoco atendieron los llamados; ni siquiera tratándose de un tema que relacionaba directamente al hermano del titular del despacho.

    A finales del año pasado, sin embargo, Tarek El Aissami desestimó los supuestos sobornos que Makled asegura haberle hecho a su hermano. Forman parte de “una ola de descalificaciones”, respondió. “No se trata de otra cosa que de una nueva embestida de los medios”.

    Y para que quedara claro de dónde salió la especie, recordó que Makled era un prófugo de la justicia venezolana, que desde el año 2008 había sido solicitado en los tribunales del país, por la presunta comisión del delito de tráfico ilícito de drogas y legitimación de capitales provenientes del narcotráfico.

    El ministro El Aissami añadió que el Gobierno nacional no iba a ceder ante chantajes y amenazas. “Nosotros sabemos que esta campaña forma parte de una ola de descalificaciones”, dijo. “Sabemos que detrás de ello lo que pretenden es tratar de frenar nuestra resolución firme de combatir y seguir combatiendo el narcotráfico y estas organizaciones criminales”.

    A lo alto del Gobierno, varios han insistido en que lo de Makled es una campaña que busca llevarse por delante a funcionarios honestos. Pero al otro lado, Regardiz -quien acompañó al Presidente en el golpe del 4 de febrero de 1992- advierte que el Ministerio Público y el resto de los organismos del Estado tienen ahora que Makled será extraditado al país, una buena oportunidad para llegar hasta el final.

    “No me corresponde determinar responsabilidades, pero en un país serio ese vínculo tiene que precisarse”, dice. “¿Por qué Makled, una vez allanada su finca y encontrada una cantidad importante de cocaína en paquetes, dice: ‘Tarek, acuérdate que tu hermano estaba tomando café con migo?'”. Allí está la clave, dice.


    Por: Joseph Poliszuk
    jpoliszuk@eluniversal.com
    EL UNIVERSAL | EXPEDIENTE
    domingo 17 de abril de 2011


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