Transformar, a juro,
el centro de Caracas
■ Se acumula basura en Libertador por conflicto laboral.
■ Alcaldía recomienda seguridad privada a negocios del centro.
■ La medida se debió a que los dueños de negocios no habían cambiado las santamarías por puertas microperforadas.
Caracas.- Unas 40 tiendas fueron cerradas en el centro de Caracas por la Alcaldía de Libertador por no haber cambiado las santamarías que tenían instaladas por rejas microperforadas ordenadas por el Ayuntamiento.
Se trata de locales comerciales ubicados cerca de la Plaza El Venezolano, la plaza Bolívar y junto a la avenida Univerisidad, entre ellas el establecimiento La Gran Señora, varias piñaterías, ventas de tela, farmacias, ventas de ropa y zapaterías.
El Palacio de Las Medias, en la esquina La Marrón, es uno de los negocios emblemáticos sancionados.
Ayer, algunos propietarios estaban cambiando apresuradamente sus portones porque tienen miedo de que los cierren indefinidamente.
Además, la Alcaldía procedió a la remoción este jueves de las estructuras metálicas de avisos de las fachadas e hizo hincapié en que los negocios que había cerrado no podrán abrir hasta que no cambien sus santamarías por las puertas microperforadas
A estos locales que cerró les pegó en la entrada una calcomanía que rezaba “Infractor Urbano” y señalaba que la sanción se aplica “por dilación de las ordenanzas de regulación urbana”.
En el edificio Víctor Mendoza, un minicentro comercial ubicado entre las esquinas Gradillas y San Jacinto, cerraron 10 locales. En esa cuadra está situado Fogade.
En la parroquia Santa Teresa la alcaldía cerró otros 20 locales pasadas las 4 pm.
Seguridad privada a negocios:
Los comerciantes denuncian que ya hay establecimientos que han sido víctimas de robo por la escasa protección que brinda el nuevo modelo de rejas propuesto por la alcaldía para embellecer y uniformar la ciudad.
“A un negocio en Sabana Grande, ubicado frente al Gran Café, que decidió instalar las puertas microperforadas lo saquearon hace poco”, dijo.
Otro comerciante recordó el caso del Café Venezuela (frente a la plaza Bolívar) que fue asaltado poco días después de su inauguración.
Entre el auditorio surgió una duda que Bello no supo responder: ¿por qué la Tienda Alba, que pertenece al Gobierno, y que se instaló recientemente al lado del edificio La Francia, aún no adoptó el nuevo modelo de rejas microperforadas? Al igual que el Café Venezuela, la tienda Alba tiene su nombre expuesto en la fachada, lo que no ocurre con el resto de los establecimientos, cuya publicidad ya fue retirada.
Ante la pregunta insistente de los comerciantes sobre si la alcaldía responderá por su patrimonio en caso de saqueo, Bello les recomendó contratar vigilancia privada e instalar cámara de seguridad.
“Los del casco histórico están en una posición aventajada frente a los de la avenida Baralt o los del Cementerio porque al encontrarse aquí la Asamblea Nacional y otros poderes públicos esta es una zona de seguridad”, alegó Bello.
Sin embargo, esta condición no ha impedido que a Fabiola Jiménez le hayan robado su negocio tres veces. “Solo empezamos a dormir tranquilos cuando además de las dos santamarías le añadimos una puerta blindada”.
Otro comerciante, que reservó su nombre, dijo que hace dos meses las tres santamarías blindadas de su comercio fueron violentadas y le desvalijaron ocho cajas registradoras.
Por casos como este, las nuevas rejas son vistas por los comerciantes como una guillotina, equivalentes a colocar una cortina para resguardar el patrimonio de toda una vida. Le temen sobre todo a las invasiones que, a su juicio, son focos de inseguridad.
Costos altos:
Entre Bs. 30 mil y Bs. 45 mil cuesta la instalación de las santamarías microperforadas, con la empresa Urbanismo 360, quien tendría el monopolio del negocio.
– Los comerciantes están dispuestos a contribuir económicamente en la recuperación del casco histórico.
Los negocios del centro cierran sus puertas a las 6 pm por temor a la delincuencia.
Una sola empresa se ocupará del aseo en Libertador:
Proyecto encuentra resistencia por parte de trabajadores que se niegan a migrar.
Desde hace algunos años, la alcaldía de Libertador emprendió un proceso lento pero constante para sacar del juego a las empresas privadas de recolección, pero en el camino la calidad del servicio no ha hecho sino empeorar.
Ahora está en marcha un proceso para crear una sola empresa que agrupe los esfuerzos que por separado realizan ahora las corporaciones de servicio de Libertador y Distrito Capital y el Ministerio de Ambiente.
Sin embargo, la iniciativa ha encontrado mucha oposición por parte de los trabajadores, que se niegan a migrar a esta empresa porque solo se les ofrece un contrato y perderían la antigüedad. José Vicente Colmenares, del sindicato de la corporación de Distrito Capital, dice que otro factor que conspira contra el buen servicio es el terrorismo laboral que impera en todas estas instituciones.
Asegura que en la Corporación de Servicios del Distrito Capital amenazan a los trabajadores que asisten a las asambleas para discutir un contrato colectivo que se introdujo en el Ministerio de Trabajo hace tres años. Los patronos se niegan a discutir las 32 cláusulas económicas restantes.
“Lo que aquí ocurre es grave, aquí hay todo tipo de irregularidades y nadie nos quiere hacer caso. Hemos entregado cartas a la Asamblea, Vicepresidencia, a la Defensoría, y no pasa nada”, dijo Colmenares.
Por: Redacción
Política | Economia
jueves 23 de junio de 2011
EL NACIONAL
