“Chávez es minoría,
está enfermo…”
Y el pueblo está alzado y el régimen ya no puede imponer sus mentiras.
Como en la dictadura cubana, de la que depende y admira, Hugo Chávez ha optado por el ocultamiento, la represión, la mentira y la censura informativa para silenciar las violaciones, corrupción e ineptitud de su gobierno. Amparado en su popularidad, al principio bastaban sus insultos para enardecer a las masas contra quienes demostraban que su presunto amor por los pobres solo era afán por eternizarse en el poder. Con el tiempo y la enormidad de problemas que no soluciona, ha ido creciendo el desencanto social, así que Chávez decidió controlar el espectro informativo a través de la confiscación de numerosos medios de comunicación, el otorgamiento de cientos de señales a medios “comunitarios” que no son tales, la aprobación de leyes restrictivas de la libertad de expresión, negar la renovación de las concesiones radioeléctricas y amenazar con nuevos cierres si no privilegian la visión propagandística oficial. A través de los poderes que controla, Chávez intensificó la persecución a los medios y a los disidentes que denuncian los abusos oficiales, como prueban los ataques de esta semana a Globovisión y el intento de allanar la inmunidad del diputado William Ojeda.
El secretismo sobre la enfermedad presidencial y el fallido propósito de ocultar la barbarie de El Rodeo I y II con un saldo de muertes muy superior a la declarada oficialmente, demuestran que la realidad del país ha cambiado y que ya el régimen chavista no puede ocultar la verdad. Por mucho que amenace, reprima y censure, los hechos brotan a gritos por boca de los familiares de los presos, divulgados por los medios independientes. Saltan las contradicciones oficiales sobre la supuesta mejoría de la enfermedad presidencial, a la par que accedemos a los reportes sin censura de la prensa internacional. Imposible ocultar las protestas de millones de venezolanos por los apagones de hasta 30 horas y el descaro oficial de aumentar las tarifas eléctricas; o los paros médicos, magisteriales, profesores y obreros de Guayana en reclamo de salarios justos; o la falta de 750 productos de los 4 mil que deberían estar en los mercados; o las trancas de los damnificados porque las viviendas prometidas no aparecen. Dentro de cuatro días se cumple el plazo de conclusión de 75 mil viviendas y las edificadas (y hasta confiscadas) ni siquiera llegan a dos mil.
El Gobierno endilga sus errores a las víctimas de las erradas políticas oficiales y a los opositores y medios que las divulgan. El régimen de Chávez es el responsable del horror de las cárceles del país, no los opositores y ONG por denunciarlos. ¿Por qué El Aissami silencia que ” hace una década por lo menos que la Guardia Nacional no hace una requisa en las cárceles por instrucciones de funcionarios de su ministerio y de militares que tienen a su cargo la orden de mando? Siempre hay una excusa para no hacer las requisas: que si las elecciones, que si las encuestas, etc.”, documenta la colega Sebastiana Barráez en Quinto Día: “El Pran (preso que manda en la cárcel) tiene tanto poder que hace llamadas a altos funcionarios y militares activos y éstos obedecen, porque es un “negocio” conjunto que mueve $ millones al año en drogas, armas (hasta de guerra) licor, juegos ilícitos, secuestros, delitos planeados desde el interior del penal y el impuesto a los internos (Bs. 50 y 100) que reparten con los funcionarios (… ) El Pran tiene casi siempre la fuerza para remover a los Directores de los Penales, tiene los teléfonos de los Directores Generales de Servicios Penitenciarios del MIJ”. ¡Y ahora Defensa culpa a oficiales “retirados” de introducir las armas en las cárceles!
Los rojitos abren una investigación en la AN sobre los crímenes ocurridos desde 1960 a 1998 y “olvidan” los 19 mil asesinados por el hampa en 2010, la corrupción de Pdvsa, de la CVG y de los militares activos y funcionarios chavistas responsables de que los Pranes tengan armas de guerra y drogas en las prisiones. Los últimos sondeos revelan (Keller) que el 85% se queja del desabastecimiento; 83% defiende a la empresa privada y 70% pide al Gobierno que la respete, a la par que está en contra de las “expropiaciones” urbanas y rurales; el 76% rechaza un gobierno conducido por militares; 66% clama por la descentralización; 88% porque el régimen concilie con el sector privado y 82% porque escoja a sus funcionarios por su capacidad y no por su filiación política.
La sesión parlamentaria en la que la unanimidad opositora impidió la eliminación de la inmunidad del diputado William Ojeda demuestra que el Gobierno está como los músicos del Titanic: actuando en pleno hundimiento como si nada ocurriera. Y ocurre mucho: Chávez es minoría, está enfermo, el pueblo está alzado y el régimen ya no puede imponer sus mentiras.
Por: MARTA COLOMINA
mcolomina@gmail.com
OPINIÓN | EL UNIVERSAL
domingo 26 de junio de 2011 12:00 AM
