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    PORTUGUESA: Oficialismo sin planes de siembra y producción de caña de azúcar

    La central azucarera Río Guanare es manejada por Pdvsa-Agrícola desde hace dos años.

    Gestión de factorías privadas llena
    expectativas de agricultores

     

    ■ Fallan planes oficiales para fomentar siembra y producción de caña de azúcar

    ■ En las centrales estadales se atrasa el aporte de insumos, la molienda y los pagos a cañicultores

    A pesar de las prédicas gubernamentales sobre la eficiencia en la producción y el apoyo a los campesinos, en Portuguesa la experiencia ha demostrado que las centrales en manos del Estado no han logrado las metas de fomento de la siembra de caña, molienda y producción de azúcar.

    Esas factorías tampoco han sido diligentes y oportunas en el pago del arrime de la cosecha, mientras que los montos ofrecidos por grado de azúcar no son rentables.

    La producción de caña y su transformación en azúcar en Portuguesa es una actividad bandera que permite satisfacer por lo menos 30% del mercado nacional. En la entidad existen cuatro centrales azucareras, la Río Guanare y Santa Elena, que están en manos del Estado; la Portuguesa y la de Tolimán, que son privadas.

    Central Río Guanare:

    Un ejemplo de los problemas de la gestión estatal es la central azucarera Río Guanare, manejada por Pdvsa-Agrícola desde hace dos años.

    La factoría se había proyectado resembrar 4.000 hectáreas entre Guanare y Papelón con la idea de mejorar las cañas y elevar los rendimientos.

    Esto generó grandes expectativas en los productores, pero el primer año no se cumplió ni 10% de la meta.

    En el segundo año la planificación bajó a 2.500 hectáreas por resembrar, lo que se cumplió en poco más de 60%. Los productores debieron buscar financiamiento privado para salir adelante con sus cultivos y subsistir.

    Pdvsa-Agrícola anunció además un plan para repotenciar el central con una inversión aproximada de 35 millones de bolívares para que el ingenio llegara a moler más de 550.000 toneladas. Este objetivo tampoco se logró y sólo molieron alrededor de 290.000 toneladas de caña en la zafra 20102011 porque las reparaciones al ingenio no se pudieron hacer dado que los equipos llegaron tarde.

    Ezequiel Pérez, presidente de Socadulce, sostiene que en teoría son muy positivas las políticas gubernamentales, pero en la práctica no se realizan. Critica que la zafra 20102011 no se inició en noviembre sino en enero y que esto obligó a dejar mucha caña diferida; también se queja porque se han atrasado hasta tres meses en pagar los arrimes de caña, no se están garantizando los fertilizantes a tiempo y en cantidad suficiente, y porque el financiamiento prometido fue muy bajo.

    Otra realidad:

    Quienes muelen caña en las centrales privados de la entidad viven otra historia. Obtienen financiamiento directo para sus siembras a fin de garantizar un arrime significativo de caña, les pagan a tiempo sus corridas y reciben por grado de caña por lo menos 1 o 2 bolívares más que los productores que trabajan con las centrales estatales.

    El productor Oswaldo Hidalgo relata que en la zafra 20102011 cultivó 136 hectáreas de caña y arrimó 9.000 toneladas entre las centrales Río Guanare y Tolimán, cerca de 4.500 por cada factoría.

    En Río Guanare recibió un anticipo de 60%, pero le reprogramaron el arrime de caña y le quedaron 36 hectáreas en el campo sin cortar, a pesar de haber sido financiadas por Pdvsa-Agrícola. Sobre los pagos posteriores, se queja porque de cuatro corridas sólo le han pagado una completa y el resto a medias.

    Con la central Tolimán, Hidalgo cumplió el cronograma de corte a tiempo, molió la caña pautada, le pagaron 50% de anticipo y todas las corridas a tiempo. Actualmente sólo le adeudan una diferencia del aumento del valor del grado de azúcar, porque hubo un monto inicial de 17,5 bolívares y terminó en 18, es decir, casi 1 bolívar más que en la Río Guanare, donde el grado de azúcar se fijó en 17,1 bolívares.

    Agrega que la central privada financia y apoya al productor sin trámites burocráticos. “Para obtener los fertilizantes sólo dan una orden, uno pasa por la tienda y le entregan el insumo; con el central estatal hay que entregar una carpeta que dura semanas para recibir la aprobación y si falta un documento devuelven el proceso”, Hidalgo añade que las centrales privadas dan respaldo a los productores a través del mecanismo de la retención.

    “En mi caso, cuando tuve que reparar el motor a un camión la central Tolimán pagó en el taller todos los gastos y luego, cuando tocó cancelar la corrida, descontaron el monto de la reparación, cosa que solicité hacer por la central Río Guanare y fue imposible”, asevera.

    El productor también resalta que obtuvo un mejor rendimiento económico con la factoría privada que con la estatal, con un diferencial de 60.000 bolívares en el pago del arrime total. “Gracias a los pagos de la central Tolimán he estado solvente con los créditos y con el salario de los trabajadores”, dice.

    Rafael Piñero, quien tiene 15 hectáreas de caña sembradas, manifiesta que es necesario que se revisen los procesos en las centrales y organizaciones agrícolas estatales, porque el trabajo es muy rígido y el apoyo no llega a tiempo al productor debido a los controles.

    Cuenta que en la central Río Guanare sólo aportan fertilizantes para los productores que tienen contrato de financiamiento con ellos. El resto debe resolver por su cuenta.

    Los productores consultados coinciden además en que la banca pública no está abierta a apoyarlos. Comentaron que el Banco de Venezuela les ha negado financiamiento porque los precios del azúcar no daban garantía de retorno.

    Política errada:

    El presidente de Socadulce, Ezequiel Pérez, reprocha que Pdvsa-Agrícola financiara este año la siembra de 2.500 hectáreas de caña a nuevos productores en Ospino, con la esperanza de que una central de etanol que están construyendo en ese municipio esté lista este año, meta que Pérez pronostica que no se cumplirá.

    Señala que no se justifica el financiamiento de caña en una zona donde no hay una central azucarera, mientras se deja de lado a 400 productores que necesitaban recursos para sembrar caña en una zona como el Sistema de Riego Río Guanare, donde hay una central instalada y la tierra tiene vocación para el rubro, lo que garantiza buenos rendimientos.

    Le preocupa que en la zafra venidera los nuevos cañicultores de Ospino no tengan dónde moler su caña y querrán arrimarla a la central Río Guanare, lo que le quitaría espacio a los productores locales y los obligaría a dejar toneladas de caña diferida.


    Por: DANIEL ESPAÑA
    PORTUGUESA | GUANARE
    LABORAL | ECONÓMIA
    EL NACIONAL

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