La Colonia Tovar, en
dialecto alemannisch
Creer que estar en Caracas no te ofrece muchas alternativas de disfrute y esparcimiento es mentira, sólo debemos traspasar nuestros límites con los estados Aragua y Vargas, para encontrarnos con un clima templado que traslada con mucha similitud a alguna región andina.
La naturaleza que nos bordea regala un oxígeno limpio sin matices del smog de la ciudad, una fauna silvestre que nos saluda y da bienvenida, desde ardillas hasta las aves que acostumbramos a ver en libros son parte de nuestro viaje hacia la Colonia Tovar, pueblo que a su llegada nos muestra una vista que parece de un pueblito europeo, tal vez en Irlanda o en el mismo país de origen de muchos de sus pobladores: Alemania.
Conocer este pueblo del estado Aragua resulta una experiencia inolvidable, en particular si se decide pasar un fin de semana en las múltiple posadas y casas que poseen decoraciones de coleccionistas o una infraestructura de hermosos acabados.
Hacer un recorrido por la ciudad para degustar de las ricas fresas con cremas que desde el camino ya se expenden, probar las ricas salchichas alemanas, los duraznos y fresas que por su gran tamaño parecieran ser de cultivos hidropónicos, nos obliga a llevarlas como recuerdo de este paseo.
Visitar su Iglesia, un lugar que caracteriza a la ciudad y siempre está presente en las postales; realizar una cabalgata a caballo en los espacios abiertos ofrecen una opción de foto para el recuerdo, y aún más: podemos tomar tours internos para visitar las plantaciones agrícolas de fresas y crisantemos a bordo de rústicos.
Todos los que vayan a visitar la Colonia Tovar deben tratar de mantener en buen estado este pedacito de Europa en Venezuela, y en lo posible evitar ensuciar, dejar nuestros vehículos en zonas que no interrumpan el tráfico automotor en estas angostas calles, evitar los radios a altos volúmenes y sobre todo no abusar de la ingesta de alcohol.
La Colonia es un lugar de disfrute y esparcimiento familiar, aquí los reencuentros familiares se pueden dar con más facilidad ya que el frío nos obliga a abrazarnos y besarnos para recordar ese calor de la infancia. Venir desde Puerto La Cruz a conocer y disfrutar nos hizo recordar lo importante que significa la unión familiar.
Navidad en dialecto alemannisch:
La consideran la noche más espectacular del año, en la que se puede observar un cielo despejado y adornado de estrellas. Las luces en las afueras de las casas, las chimeneas y el frío, como un ingrediente adicional, se conjugan para convertir a la Colonia Tovar en el mejor cuento de Navidad durante la Noche Buena.
En esta pequeña ciudad anclada en las montañas del parque Codazzi, al norte de Aragua, con tradiciones germánicas, heredadas de sus primeros pobladores, las costumbres alemanas y venezolanas se enlazan para generar una simbiosis que diferencia la celebración de la Navidad de la del resto de las poblaciones de la región central.
La parranda en dialecto:
Es el principal aditivo que resalta en medio de la celebración del nacimiento del Niño Jesús. Son grupos de personas nativas de este poblado de descendencia alemana que colocan el toque musical por las calles de la Colonia Tovar durante la noche del 24 y la madrugada del 25 de diciembre.
Además del furruco, el cuatro, la charrasca y la tambora ingrediente venezolano el violín y el acordeón se unen a la parranda traídos de Alemania. Quienes se encargan de colocarle letras a los ritmos, lo hacen en dialecto alemán-coloniero; una raíz del alemannisch, idioma que se habla en siete regiones del mundo, incluida la Colonia Tovar.
En la iglesia San Martín de Tour se concentran los grupos de parrandas y de coros para participar en la misa de Nochebuena, ceremonia a la que acude la mayoría de las familias colonieras.
Los coros se encargan de los villancicos y las tradicionales canciones de Navidad que se escuchan dentro del templo.
Una vez culminada la ceremonia que anuncia el nacimiento del Niño Jesús, los grupos de parranda se adueñan de la plaza principal y de las calles.
Van de casa en casa, a los hoteles y posadas para amenizar las fiestas familiares.
El Parrandón es uno de los grupos conocido en la zona.
Sus canciones en dialecto se refieren especialmente al pueblo de la Colonia Tovar. Quienes no pueden asistir al casco colonial también tienen en sus caseríos este tipo de música.
Hayden Collins, habitante del pueblo dice que, a diferencia de otras regiones del centro del país, en la pequeña Alemania se recibe la Nochebuena en la plaza, escuchando parranda.
Las patinatas también están presentes y se mantienen durante toda la festividad de Navidad y Fin de Año.
Salchichas con repollo fermentado:
Naturalmente es un plato fuerte que se acompaña con una buena cerveza…
Hallaca con cerdo ahumado:
La celebración de la Navidad para los colonieros tiene su importancia, porque representa la época de recogimiento y de compartir en familia. Por eso, todos se entusiasman a participar en la elaboración de las hallacas. Aunque este plato es muy venezolano, en la Colonia Tovar le colocan el toque alemán.
La hallaca coloniera tiene un ingrediente característico que le da un sabor muy particular, la carne de cerdo que va dentro de la masa es ahumada.
Otro de los aportes alemanes a la cena del 24 de diciembre es el stolen; un pan dulce que lleva como ingredientes nueces, frutas confitadas y especias; las galletas de canela y de chocolate que acompañan el dulce de lechosa, y la ensalada de gallina con manzanas y nueces en la mesa de Navidad.
El pavo y el pernil también están presentes, Collins explica que las hallacas se hacen los días antes de la Navidad. La noche del 24 de diciembre, los colonieros se reúnen desde temprano en sus hogares. Después de la cena y de la entrega de regalos, acuden a la misa y a compartir en la plaza.
Competencia de nacimientos:
La combinación del arbolito, el pesebre y la corona de adviento también es característica en las casas de los colonieros. Sin embargo, recalca Collins, el nacimiento, a pesar que es una tradición venezolana, ocupa un lugar importante en los hogares, porque en él está reflejada la llegada del Niño Jesús.
Desde hace ya algunos años la competencia de pesebres se convirtió en un atractivo para los colonieros.
Se premia la mejor decoración, tomando en cuenta la originalidad y el tiempo que le dedicaron para su elaboración. Durante el proceso de escogencia, aparte de participar representantes del gobierno local, consultan la opinión de los turistas, que van de casa en casa para observar los pesebres.
Elena Breidenbach recuerda que desde niña ayudó a sus padres a construir el pesebre.
Su familia es pionera en elaborar grandes nacimientos para el disfrute de los turistas.
La tradición que ha pasado de generación en generación lleva 100 años.
Sus nacimientos son ambientados con réplicas de casas, montañas y lugares de la Colonia Tovar, lo que los hace famosos entre los habitantes del pueblo. Este año la estructura ocupa todo el corredor de su casa.
Breidenbach cuenta que hace seis años la imagen del Niño Jesús traída desde Alemania desapareció del pesebre, lo que causó molestia entre los colonieros. “Al año siguiente, una persona llegó en diciembre a la puerta de mi casa y me regresó la imagen”.
La corona de adviento también es colocada en las casas. Es una tradición pagana germánica, pero asimilada al cristianismo. Es una corona de pino natural adornada con cuatro velas, cada una encendida los domingos antes de la Navidad. La noche del 24 de diciembre todas deben estar encendidas porque representan la llegada de la luz, con el nacimiento del Niño Jesús.
El 6 de diciembre los colonieros celebraron el Día de San Nicolás. De acuerdo con la tradición alemana, éste reparte dulces, frutas y chocolates a los niños del pueblo.
Gracias señora Colonia Tovar y hasta luego: danke Colonia Tovar, auf wiedersehen.
Por: Orquidia Flores
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