“El cancer de Chávez desfiló
como un fantasma al acecho”

En el pueblo de Boca de Uchire no celebraron el 5 de Julio. Tampoco en Clarines ni en Valle de Guanape. Puede decirse que Venezuela no celebró el bicentenario de la Independencia, a menos que todo se refiera al peregrinaje que hicieron por la Plaza Bolívar de Caracas los Cancilleres invitados y el concierto de la Orquesta Sinfónica de Venezuela dirigida por Dudamel y por supuesto el desfile cívico militar en la avenida de “Los Próceres”.

Tan solo en Maracaibo el gobernador del Zulia realizó un acto transmitido por los medios en forma muy escueta. Del resto, la celebración de los doscientos años de la Independencia fue un acto secuestrado por el gobierno y el PSUV que excluyó al resto de la sociedad venezolana.

Me hubiese gustado ver a los gobernadores de Táchira, Carabobo, Miranda, Lara y Nueva Esparta al frente de sus Estados dando discursos, invitando oradores y exponiendo posiciones civilistas sobre el país, pero pasaron agachados desaprovechando el momento: una falta de presencia imperdonable-diría yo-. Igualmente, los Alcaldes de oposición se fueron a la playa con su caja de cervezas-pensé nuevamente-.

Las franelas rojas regaladas por el gobierno a sus seguidores abanderaron las concentraciones en la Plaza Bolívar y un periodista de una televisora privada o comercial por poco es linchado por la multitud cuando trataba de hacer su trabajo en el lugar y fue “corrido” por las masas ingobernables que lo persiguieron por dos cuadras hasta que el profesional con sus asistentes se embarcaron en un vehículo con destino desconocido.

Tan solo el canal del Estado desplegó sus cámaras como las negras detrás de las mantuanas trás de los dirigentes psuvistas, quienes redujeron la magna celebración a una vulgar romería roja, que cortó con dos inmensas tijeras la participación de una población variopinta.

Igualmente, la enfermedad del presidente Chávez desfiló como un fantasma al acecho en todas partes. Era inevitable, porque estaba en el ambiente como un hecho inesperado y lamentable que tiñó de tristeza y controversia la celebración y así quedará para la historia..

La diputada María Corina Machado se presentó en el desfile –quizás para poner en evidencia la marginación de la oposición- y fue maltratada por la turba que por poco y hace parrilla bajo el sol del mediodía con ella: francamente patético. Esto me hizo pensar en la curiosidad de saber en dónde estaban los diputados de oposición ese día. “tal vez están en la playa o viendo los actos como cualquier hijo de vecino desde su casa”-pensé-.

Entonces, pensé que la Mesa de la Unidad se queda en el aparato a la hora de tener presencia en el escenario público, cuando hay alguna actividad política de interés nacional. Toda la música salió del gobierno sin un plan “b” de la oposición política: No entiendo –me dije-. Ni siquiera el diputado Ismael García, muy dado a opinar desaforadamente salió a decir algo cuerdo y con sentido.

Este bicentenario me dejó un sabor amargo y todavía no se por qué.

Por: Luis ALFREDO RAPOZO
luisrapozo@yahoo.es
@luisrapozo