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    MARIANELLA SALAZAR: La cuenta atrás

    Artillería de Oficio

     
    A los venezolanos se nos está negando el derecho de conocer con exactitud el diagnóstico y la previsible evolución de la enfermedad del Presidente de la República, con el único fin de evitar decisiones políticas que afecten la continuidad del proceso revolucionario, próximo a su extinción.

    El parte médico no puede estar en boca del paciente porque carece de toda credibilidad, mucho más si es un fabulador y mentiroso contumaz como Hugo Chávez. Tampoco califica como vocero médico el dictador cubano, Fidel Castro, con amplia injerencia en asuntos que no le son propios, como el destino de cada uno de los venezolanos. Según Castro, “el paciente ha librado una batalla decisiva que lo conducirá, y con él a Venezuela, a una gran victoria”, esas son palabras de parte interesada, de quien ve peligrar el futuro y la economía de Cuba si la evolución del enfermo no es favorable.

    Como paciente, Chávez ha tenido mala suerte por partida doble: en primer lugar, cayó en manos del doctor Chirinos, que lo expuso públicamente como su paciente ­y lo perturbó seguramente más de lo que estaba­ y ahora, se encuentra bajo la tiranía “científica” de Fidel Castro, que impúdicamente ejerce ilegalmente la medicina.

    La salud del Presidente es un asunto de Estado, un parte médico confiable ­de una junta médica integrada por prestigiosos oncólogos venezolanos­ acabaría con la angustia entre familiares y partidarios y con la incertidumbre que lleva a construir un muro de incomunicación y engaños, de allí que para algunos su enfermedad sea otra de sus grandes estafas. En algunas circunstancias el cáncer puede ser curable, de ser su caso, hay que exigirle que cumpla con su deber de gobernar en un momento en que el país se encuentra al borde de una explosión social. Si, por desgracia, el desenlace de su enfermedad no fuera la cura prometida por quien funge como médico de cabecera ­doctor Fidel Castro­, sino que se tratara de un proceso irreversible, incurable o terminal, sería totalmente injusto arrastrar con él a toda Venezuela.

    Hay que afrontar con frialdad este momento, el Presidente ha optado por decretar que vivirá; como dicen los psiquiatras, el paciente ha entrado en una etapa de negación. Así como niega tener células cancerígenas, también niega la posibilidad de ser derrotado en 2012.

    Por su parte, la Mesa de la Unidad tomó una decisión trascendental con la tarjeta unitaria, de cara al futuro inmediato que vamos a encarar. Es lógico que este importante paso haya desencadenado reacciones emocionales tan intensas en el oficialismo; saben que las condiciones políticas están dadas para un cambio definitivo y que el gobierno de Chávez ha iniciado su cuenta atrás.

    Tic tac:

    Cápsula de oxígeno: la semana pasada llegó al país una cámara hiperbárica semejante a la que usaron Michael Jackson y el papa Juan Pablo II. Fidel Castro, que también tiene una, se la indicó al Presidente de la República para mejorar su sistema inmunológico.

    Curso de piloto: Además del cadete que resultó muerto en Macarao, por impericia del comandante general de la Guardia Nacional, mayor general Luis Alfredo Motta Domínguez, fueron seis los cadetes y guardias nacionales que resultaron heridos y trasladados a la Policlínica de la GN en el Paraíso. Según informe de inteligencia, el general Motta “no pasó por los tiempos en el curso de pilotos, ni por protocolos instrumentales de seguridad, que dicen que primero debe ser copiloto antes de pilotar un aparato como el Bell 412, al que impactó con el fin de lucirse delante de una novia, una cursante presente para el momento del siniestro”.


    Por: MARIANELLA SALAZAR
    msalazar@cantv.net
    Política | Opinión
    EL NACIONAL

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