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    DUELO: Falleció Hugo Soto Socorro

    Hugo Soto Socorro: “Los dictadores le temen al pueblo”

    Falleció Hugo Soto Socorro ex diputado y
    Secretario Gral. Seccional Zulia de AD

     

    ■ Hugo Soto Socorro: “le pidió a los venezolanos no bajar la guardia y luchar por la democracia en el país”

    ■ Al menos en cuatro cárceles del país estuvo detenido.

    Maracaibo, ZULIA.- En horas de la noche de este sábado, se conoció de la desaparición física del Ex Secretario General Seccional Zulia del partido Acción Democrática (AD), el ciudadano Hugo Soto Socorro. La Secretaria General de Accion Democrática Zulia y la Fundacion Raul Leoni, notificaron a esta redacción que falleció en la Ciudad de Maracaibo.

    Hugo Soto Socorro: la tortura por parte de la Seguridad Nacional no lo frenó. “Yo buscaba libertad para los trabajadores y respeto a la libertad de todos los venezolanos”

    Hugo Soto Socorro se inició en la política como sindicalista de la empresa Venezolana de Navegación. Siempre militó en Acción Democrática. Tras la caída de Marcos Pérez Jiménez, fue electo diputado del Congreso de la República en 1959, desde donde participó en el primer gobierno democrático del país, bajo la dirección de Rómulo Betancourt.

    Se desempeñó como Secretario General Seccional AD Zulia. También lo hizo como Secretario Sindical Seccional. Tres años fungió como diputado nacional. Luego, integró el Consejo Legislativo del Estado Zulia por una década.

    El Velorio se llevará a cabo el día Domingo 20 durante todo el día en la Funeraria Zulia, ubicada en la calle 84 entre avenidas 3H y 3Y, y Lunes 21 desde las 7:00 a.m. en la Sede Seccional de AD, en la misma ciudad. Se estima para la 1 de la tarde parta el cortejo hacia su última morada, que será en el cementerio Jardines de la Chinita.

    Esta redacción se hace solidaria con sus deudos y a la vez hace extensivas nuestras palabras de condolencias, a la vez que eleva rezos por la Paz a sus Restos.

    Los dictadores:

    “Desnúdese y móntese en ese rin”, le gritaron. El miedo no lo arropó. Obedeció. A las 8.00 de la mañana un militar lo sacó del calabozo y lo trasladó a uno de los patios de la Cárcel de Maracaibo. Sintió un planazo con un machete en su espalda. Lo golpearon porque colocó sus pies dentro del rin, y no en el borde.

    Cuatro días y tres noches estuvo parado, desnudo, aguantando calor y frío, encima del aro afilado. Las consecuencias: los pies abiertos en la mitad, una herida que lo obligó a pasar tres meses sin poder caminar y el dolor y llanto de la impotencia. La tortura fue el precio -en su caso- por hacer política en un país controlado por el brazo ejecutor de un dictador: la Seguridad Nacional.

    Hoy sus pies descansan en unas cómodas sandalias, aunque temblaron nuevamente al recordar el rin afilado que los rajó hace más de 53 años.

    La Policía política de Marcos Pérez Jiménez quería saber quiénes estaban detrás de Acción Democrática en Zulia y de las protestas sindicales que él también organizaba. Pero, no lo consiguieron. Ni una palabra pronunció Hugo Soto Socorro para delatar a sus aliados políticos. Ni minutos de planazos, ni horas sentado desnudo en el hielo, ni choques de electricidad en los testículos lograron que mencionara los nombres de Juan José del Pino y Jesús Ángel Paz Galarraga, quienes estaban detrás de la tolda blanca.

    “No llegué a hablar ni a entregar a nadie, porque era miembro de AD y tenía el principio de la solidaridad política. Además porque luché por un ideal que era defender la democracia. Creo que hice bien y correspondí con el país”.

    No le temía a la persecución. “Ya era natural que a uno lo detuvieran, ya era costumbre. Hay algo muy curioso, los planazos sólo duelen los primeros días, después tu cuerpo no siente nada”.

    Tuvo la oportunidad de no sentir el dolor de la tortura, la amargura de la soledad y el hostigamiento de la Seguridad Nacional, cuando fue expulsado dos veces a Colombia a principios de los años 50. Pero regresó. Prefirió ser víctima de la represión, que no acatar el llamado de los líderes de AD, quienes le pidieron que conspirara contra el Gobierno militar. “Combatí a Pérez Jiménez casi los 10 años que duró”.

    Soto Socorro tiene 89 años. Su mente ya no le permite recordar fechas exactas, pero no olvida que fueron 36 las veces que estuvo detenido durante el régimen del dictador Pérez Jiménez.

    Al menos en cuatro cárceles del país estuvo detenido. Conspirar allí era difícil. No le permitían leer periódicos ni escuchar la radio. Ansioso esperaba los domingos para que lo visitaran y le contaran lo que pasaba afuera. Esos eran los días que la impotencia le golpeaba el alma. Era poco lo que podía hacer desde la cárcel, en la que compartió con líderes políticos como Luis Hurtado Higuera, Luis Vera Gómez, Juan José del Pino y Américo Chacón.

    “De la lucha me quedan recuerdos. Cada día los recuerdo y a veces sueño con ellos. Para mí fueron momentos históricos. Yo buscaba libertad para los trabajadores, respeto para las familias venezolanas y respeto a la libertad de todos los venezolanos. No me arrepiento de nada”.

    El 28 de enero de 1958, día de la caída del dictador, no lo olvida. Llevaba un mes en la cárcel. El Gobierno olía la rebelión civil y tres días antes fue torturado para que delatara a los líderes de Acción Democrática, que orquestaba las protestas. Otra vez, no habló.

    Con la salida de Pérez Jiménez del poder y su huida a República Dominicana, recuperó su libertad. “Nos soltaron a los más de 60 dirigentes que estábamos detenidos y nos echamos a la calle con los estudiantes a festejar”.

    Ahora es peor:

    Hoy está convencido de que la libertad por la que luchó está amenazada. Cree que en el país hay una dictadura “peor” que la que vivió hace más de medio siglo. La razón: “ahora se usan las leyes para perseguir, vigilar, confiscar y expropiar”.

    “Esta es una dictadura atroz. Cuando Pérez Jiménez a uno lo perseguían e ibas preso, pero sabías lo que te iba a pasar. Ahora, usan las leyes y no sabes que va a pasar, porque te abren un proceso judicial manipulado”.

    Sostiene que las manifestaciones estudiantiles son importantes. Resalta que fue la presión de los universitarios lo que obligó al presidente Hugo Chávez a vetar la Ley de Universidades.

    La lucha en la calle -insiste- es la clave para contrarrestar al Gobierno rojo-rojito, porque al final “los dictadores le temen al pueblo”.

    Tras la dictadura:

    Hugo Soto Socorro se inició en la política como sindicalista de la empresa Venezolana de Navegación. Siempre ha militado en Acción Democrática. Tras la caída de Marcos Pérez Jiménez, fue electo diputado del Congreso de la República en 1959, desde donde participó en el primer gobierno democrático del país, bajo la dirección de Rómulo Betancourt.

    Tres años fungió como diputado nacional. Luego, integró el Consejo Legislativo del Estado Zulia por una década.

    Su activismo político no es con la misma intensidad de antes, pero no lo deja de lado. De vez en cuando se reúne con algunos dirigentes de AD para conversar sobre la situación del país.

    Sin lágrimas:

    “Ya no puedo llorar. No me salen las lágrimas por todo lo que lloré cuando él estaba preso”, cuenta con voz entrecortada Consuelo de Soto, esposa de Hugo Soto Rojas.

    Recuerda que a veces no le dejaban ver a su esposo en la cárcel y hasta un Guardia Nacional le propuso que se acostara con él para dejarla entrar, lo que rechazó tajantemente.

    La señora Consuelo tiene 86 años. Vive con su esposo desde que tenía 15. De esta unión tienen tres hijos.

    Hoy le pide a los venezolanos no bajar la guardia y luchar por la democracia en el país. Sobre el presidente Chávez resalta: “Yo no le pido a Dios que se muera, sino que se arrepienta de lo que ha hecho y se vaya del país”.


    Por: Redacción
    Política | Opinión






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