Niño Jesús no sé qué
hacer. Aconséjame
La semana pasada, Niño Jesús, en un ataque capitalista salvaje, de egoísmo, lujuria y blasfemia, le pedí una serie de deseos al principal rival de tu papá. No sé qué pasó por mi alma. Quizás fueron vapores de la fantasía que a veces dan a lo inaccesible cierto olor a lejía. Deseaba, Señor mío, mujeres, oro, comidas y licores, cosas que ningún hombre en su sano juicio quiere de verdad, verdad. Ahora sólo quiero paz, bondad. Así que allá te van mis deseos.
En primer lugar, te ruego que Diosdado Cabello y Elías Jaua hagan las paces. Se la pasan en una peleadera a ver quién de ellos hereda “la cosa”. Es más, mi Señor, todas las veces que Elías asiste a la Asamblea Nacional, el señor Cabello se ausenta, se va, huye. Y eso no puede suceder ni en las mejores familias.
Por otra parte, al señor ese que parece un monje atarantado y se la pasa hablando de economía, creo que se llama Giordani, dale luz y entendimiento, nos está arruinando a todos. Nos tiene amarillos, con ictericia financiera, en esa pedidera de real prestado a China, que anda ya por los 30.000 millones de dólares y sigue subiendo. Dicen que el monje piensa llevarla hasta los 60.000 millones, lo que sería un verdadero infierno y, evidentemente, mi Niño, es imposible que toleres la llegada del averno.
Por otra parte, en nombre de la familia venezolana, te lo rogamos Señor, ten piedad de nosotros, te lo pedimos Señor, danos tu sangre, tu carne y tu corazón para disminuir o eliminar totalmente la matanchina, la inseguridad. Que no se repitan los 150.000 asesinatos que lleva el innombrable en su gestión. Tú sabes gran Dios, que a Majunche no le importa si matan a 100 o a 100.000 mientras él tenga chance de ganar las elecciones con el voto de los miembros de las 20.000 bandas delictivas que hay en Venezuela.
También, mi Lord, está el asunto de los Castro, dos diablos que viven en Cuba. Son tus enemigos jurados, y el otro bichito de Nicaragua acusado de cosas horribles y de pecados mortales. Mándanos una señal clara de hasta cuándo van a estar ellos en el reino de los vivos (me refiero a la viveza, a la trampa, al engaño). Se están llevando el petróleo que es de tus hijos y de los hijos de María. (No confundir con María Corina Machado, por favor).
Atempera al hombre de Miraflores, que mientras más pasa el tiempo en el coroto, más agresivo, más violento, más vulgar se va tornando, si no lo detienen llegará al paroxismo del odio social. Dale paz a su mente y amor a su corazón.
Existe, Señor nuestro, una congregación religiosa muy abundante llamada “Los Hermanos de la Expropiación” que han dedicado años, meses, días, horas, minutos y segundos a rezarte, a implorarte que les devuelvan sus cosas.
Han hecho promesas de ir a una procesión del Nazareno cargando una cruz de 100 kilos cada uno, con una corona de cerca israelita y recorrer de Tucupita a Coro con rodilla en tierra. Y nada que sucede. Por el contrario, tu enemigo acérrimo, Satanás, va ganando la pelea y sigue aconsejando a Esteban que expropie empresas, tierras y edificios, y les quite el reposo a las gentes que tanto lo necesitan para adorarte y hacer el bien sin mirar a quien.
Bueno, me despido, mi adorado Niño Jesús, pidiendo unas Navidades tranquilas, unas primarias ejemplares, a las que acudan millones a votar y, finalmente y como cosa muy privada, si le puedes echar una mano a Henrique Capriles para ganar las primarias y las elecciones te lo agradeceríamos mucho. Como sabes, va punteando, pero tu ayuda nunca está de sobra.
Por cierto, Leviatán me respondió la carta de la semana pasada y aprobó todas mis peticiones. Ahora no sé qué hacer. Aconséjame.
Por: EDUARDO SEMTEI
esalvarado1000@yahoo.com
@ssemtei
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