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    SEXO SIN TABÚ: La frontera del placer solitario


    Alrededor de la masturbación se
    tejen todavía falsas creencias

     

    Las mujeres suelen incursionar en esta práctica después que los hombres, probablemente por la represión.

    Le dice Chester, pero no es un perro que destroza las sandalias cuando ella sale de casa. Cada vez que Wendy, abogada, soltera, 29 años de edad y una historia sentimental con atascos a causa de novios que no dan la talla, abre la puerta, piensa en su Chester Cheeky (línea de vibradores que popularizó Kate Moss), con el cual se sacude el estrés del tráfico capitalino, y que le hace olvidar la última discusión con el jefe.

    “No lo es todo, pero masturbarme en la bañera es como pasar un domingo en Los Roques”, admite, desbordada de sinceridad, quien hace tres años desconocía ese territorio de los placeres solitarios, al que hombres y mujeres acuden no sólo para aliviar la tensión sexual, sino como fórmula que reduce la ansiedad, frena las frustraciones cotidianas e, incluso, aclara la mente cuando un reto profesional le espera.

    “Se trata de un placer común pero que poca gente coloca en sus respectivos mapas, pues a su alrededor hay muchos tabúes y falsas creencias que le hacen ser evaluado como actividad inmoral, pecaminosa y hasta criminal, según la valoración en algunas culturas”, sostiene Roberto de Vries, psiquiatra, comunicador social y sexólogo, hoy dedicado a la investigación sobre imagen y poder.

    Aun cuando le quita la etiqueta de práctica exclusiva de los hombres, De Vries compara y reconoce que un porcentaje menor de mujeres se masturba. “Tienden a incursionar más tarde que ellos, entre los 30 y los 40 años de edad, aunque esto ha cambiado; pero la tardanza puede deberse a la represión sexual que la mujer ha sufrido a lo largo de la historia”.

    Juegos de manos:

    La masturbación es la estimulación de los genitales con el fin de obtener placer sexual, que puede llevar o no al orgasmo. Generalmente, se le define como práctica sexual hacia uno mismo, pero se habla también de la estimulación sobre los genitales de otro con iguales fines placenteros, como ocurre en la masturbación mutua.

    “Hay que dejar de culpabilizarla y pregonar que no provoca daños a la salud ni a la sexualidad posterior; pero hay que aprender a masturbarse, con todo el cuerpo y no sólo con el sexo, puesto que se trata de un acto sexual y, como tal, como cuando se está con otra persona, no debemos centrarnos sólo en los genitales ni en el hecho de eyacular”, explica Alberto Gómez Núñez, psicólogo clínico, especializado en adolescentes, y cuyo consultorio exhibe en la sala de espera la típica estampa de papás nerviosos con chicos, entre desaliñados y aburridos.

    Gómez Núñez es un terapeuta atípico. “Cuando un padre angustiado se sienta aquí para decirme que su hijo de 13 años se encierra en el cuarto para masturbarse, yo grito, a la manera de Arquímedes, ¡Eureka!… pero invito al muchacho a descubrir lo que hay detrás del placer de las caricias, como ejercicio para más tarde lograr una sexualidad satisfactoria”.

    Gómez Núñez va más lejos: “Considero que la forma de acabar con ese miedo sería informar detalladamente a chicos y chicas en el colegio”.

    ¿A qué se debe entonces la satanización? Roberto de Vries explica: “Las sociedades que no se podían enfrentar al sentimiento de libertad y autonomía que genera la práctica de placeres, comenzaron a estigmatizarla como mecanismo diabólico, destructivo de la salud física y mental de quienes la practicaran”.

    Pero aun en estos primeros peldaños del siglo XXI, la masturbación sigue encriptada, y es poca la información nueva o estudios actualizados. Apenas se menciona que ayuda a frenar el estrés, a prevenir cánceres como el de próstata o que sirve para disminuir la tensión arterial en cierto tipo de hipertensos, en especial, en los de tipo emocional.

    “Hay que hacer énfasis en los que relacionan la masturbación con enfermedades como el cáncer de próstata, frente a lo cual surgen resultados contradictorios: unos dicen que lo previene y otros que aumenta el riesgo. Hay trabajos que nos dicen que la masturbación en las mujeres pueden ser un factor que previene el cáncer cervical y algunas infecciones”, advierte De Vries.

    En todo caso, el reino de los placeres empieza con esta “declaración silvestre de independencia”, como dice la canción de Facundo Cabral, para quien la masturbación “es una antología sexual, una selección de los mejores coitos”.


    Por: ELIZABETH ARAUJO
    SEXO SIN TABÚ
    Salud | Sexo
    EL NACIONAL

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