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    HomeActualidadNo temen a la crisis 200.000 venezolanos que viven en España

    No temen a la crisis 200.000 venezolanos que viven en España



    Al conocer los anuncios económicos de 2012 los españoles desempleados coparon las oficinas gubernamentales en busca de trabajo.

    Los venezolanos resisten expertos en
    capear temporales, crisis en España

     

    Eso nos da herramientas para capear el temporal. Dominamos el oficio de echar pa’lante”

    “Estamos entrenados para vivir con inflación, escasez y precariedad en los servicios públicos.

    A pesar del desempleo, cada vez mayor, y de la reforma laboral impulsada por el Partido Popular, la inmensa mayoría prefiere quedarse. “Las dificultades no son nuevas para nosotros, y aun en medio de grandes problemas la calidad de vida aquí es mucho mejor”, aseguran. Las colonias más numerosas de venezolanos están en Madrid, Barcelona, Islas Canarias, Galicia y Andalucía.

    Pesimismo y alarma. Los anuncios en materia económica hechos por el presidente del gobierno de España, Mariano Rajoy, hace un par de semanas pusieron a todos a correr: a los desempleados que abarrotaron las oficinas de empleo, a los dueños de pequeños negocios que recurren al ingenio para mantener las ventas, a los inmigrantes que buscan cómo ganarse la vida en ese país, a la clase política que debate en el Parlamento, a los gobiernos regionales que tendrán que cumplir severas metas de reducción de gastos y hasta a las autoridades de la Unión Europea, que hace pocos días enviaron inspectores a Madrid para que analizaran las cifras fiscales.

    El panorama para 2012 es desalentador: el desempleo rondará 25% ­cerca de 5 millones de parados­, la economía se contraerá 1,7%, el PIB registrará una caída de 2% al cierre del primer trimestre, 17% de las empresas públicas serán suprimidas y deberán recortarse 32 millardos de euros del gasto público (42 millardos de dólares, aproximadamente).

    No luce como la España de las oportunidades, ni para los nacionales ni para extranjeros, ni como ese trozo de primer mundo de habla hispana donde los latinoamericanos sueñan con construir una vida mejor que la que les ofrecen sus países. Aun así, sigue siendo el segundo destino de inmigración después de Estados Unidos. En un informe del Sistema Continuo de Reportes de Migración en las Américas 2011, Sicremi, auspiciado por la Cepal y la OEA, se indica que aproximadamente 1 millón de personas emigra cada año de América Latina, de ellos la cuarta parte se va a España pese a la crisis económica que comenzó en Europa en 2008.

    Venezuela aporta gran parte de ese flujo migratorio: el Sicremi reporta que en 2010 había 153.851 venezolanos viviendo en ese país, de los cuales 89.948 (58,5%) tenían la doble nacionalidad; esa cifra habría ascendido aproximadamente a 200.000 connacionales, y de ellos por lo menos 130.000 tendrían la ciudadanía española, según cálculos de Bernabé Aguilar Arigo, cónsul general adjunto de España en Caracas. Nada más entre 2009 y 2011 cerca de 15.000 venezolanos obtuvieron el documento beneficiados por la llamada Ley de Nietos, que extendió la concesión de la nacionalidad a los descendientes de españoles.

    Camino de piedras:

    Por qué emigrar a un país en crisis y con una población indignada que calienta la calle en reclamo por las políticas de la clase dirigente, por qué seguir allí a pesar de las oscuras perspectivas económicas y las condiciones laborales cada vez más desfavorecedoras.

    La reforma laboral del Partido Popular está pensada en el empresariado y no en los trabajadores porque abarata el despido: sólo pagan 20 días de compensación, si el empelado se enferma 9 días es causal de despido, si las empresas reportan bajas de los ingresos pueden reducir el sueldo o incluso despedir y abundan los puestos sin contrato.

    “Incluso con condiciones difíciles, la calidad de vida aquí es otra, y una vez que tienes eso es difícil olvidarlo. La gente se queda porque aun cuando todo se vaya al carajo, de donde venimos se fue hace años.

    Así que será horrible, pero las crisis no son nuevas para nosotros”, afirma una joven profesional de Acarigua que apostó por Madrid y vive allí desde hace dos años.

    Es una percepción a la que se le suman otros elementos: “La seguridad personal y la paz mental no tienen precio”, resume Raúl Álvarez, técnico de sonido que trabaja en un centro de enseñanza de imagen y sonido y coordina una emisora de radio en Vigo.

    Fernando Fernández, economista y docente del IE Business School, con sede en Madrid, cuenta que el acceso a la salud pública y a la educación básica universal sigue siendo mejor que en los países de América Latina y eso también es un factor que incide para tomar la decisión de emigrar o de quedarse.

    A su juicio, la población inmigrante, y dentro de ella la venezolana, ha resistido “bastante bien” la crisis. “Tiene una ventaja comparativa con los españoles: la movilidad funcional y geográfica los hace menos vulnerables de lo que parece, no tienen problemas en desplazarse de ciudad ni tampoco en cambiar de áreas de actividad.

    Trabajan en lo que hay”.

    Agrega que los extranjeros radicados en España no se verán más afectados por la contracción económica que los españoles. “Aunque estas personas dependen más del gasto público para las provisiones de salud, educación y ayudas, las perspectivas de aumento en la tasa de paro se refieren a la administración pública, que no es su caso”.

    “La mayoría de los venezolanos que conozco trabajan desde acá para Venezuela u otros sitios o tienen algún empleo por horas o días o trabajan totalmente `en negro’ (no declaran, les pagan en efectivo, no hay factura). Pero este es un país donde la inflación mensual es de entre 0,2% y 0,3%, y hay mucha oferta de todo, hasta los alimentos en vez de subir bajan de precio en temporadas”, expresa un caraqueño que tiene la nacionalidad española y trabaja desde Madrid para una página web con sede en Miami.

    Profesionales y emprendedores:

    A los venezolanos, a diferencia del grueso de otros latinos presentes en España, los favorece otra condición, además de ser expertos en sortear crisis: en general, son profesionales de clase media. “El perfil de los inmigrantes venezolanos es bastante alto, profesionales que luego de un tiempo logran dedicarse a oficios relacionados con su profesión.

    Hay otros que encuentran o crean oportunidades de desarrollo en otros ámbitos como negocios, el libre ejercicio de sus carreras y también los que hacen trabajos para los que están sobrecalificados”, señala Mercedes Reguant, secretaria de la junta directiva de la Asociación CatalanaVenezolana.

    Con ella coinciden compatriotas radicados en ciudades como Barcelona, Vigo y Madrid. Por experiencia propia, Raúl Álvarez afirma: “Son muy valorados los que tienen conocimiento y manejo de la informática, inglés y tecnología, e incluso de asuntos como el show business y el dominio de los medios de comunicación”.

    Mercedes Arconada es coordinadora freelance para una editorial en Barcelona, donde vive desde hace 11 años, y ella ha notado ese talante: “Hay una característica en los venezolanos que no he visto en otras nacionalidades, y es que suelen ser emprendedores. El que tiene años aquí y posee una pequeña empresa seguro la está pasando difícil, porque para mantenerse en pie incluso cobra la mitad de lo que cobraba, pero aun así se abren negocios todos los días. Es imposible negar la gravedad de la crisis, pero hay mucho empleo sumergido que permite cobrar en negro”.

    Para reducir costos, las empresas se han visto obligadas a despedir personal y contratar servicios externos. Allí los emprendedores han encontrado una buena oportunidad. “La informalidad y la precariedad son una epidemia en el mercado laboral en España”, afirma un periodista que estudia una especialización en Madrid y ve como una opción el trabajo freelance para aprovechar la demanda de contratos puntuales, por ejemplo, en marketing y comunicación corporativa. “Por otro lado, los venezolanos estamos entrenados para vivir en condiciones mucho más difíciles, con inflación, escasez y precariedad en los servicios públicos. Eso nos da herramientas para capear el temporal mejor que muchos autóctonos. Dominamos el oficio de echar pa’lante, y eso es una ventaja para aprovechar las pocas oportunidades que se presentan”, agrega con un dejo de orgullo.


    Por: INGRID ORJUELA
    iorjuela@el-nacional.com
    Economía | Opinión
    EL NACIONAL
    Miércoles 21 de Marzo de 2012


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