La Planta continúa en toque de queda
■ El despacho de Servicio Penitenciario anunció que habrá traslados.
■ La ministra Iris Varela “negó” que hubiese enfrenamiento entre uniformados y presos.
■ Vecinos: “Tenemos cuatro días presos en nuestras casas sin saber lo que está pasando y la Ministra achacando culpas a los medios”.
■ Desde hace cuatro días se escuchan disparos y explosiones en el internado judicial de El Paraíso. Ayer a las 4:30 am el ruido fue ensordecedor y los vecinos temieron una tragedia de grandes proporciones. Aunque todavía no se tiene información oficial de lo que ocurre adentro, se reportó un muerto: Edward Colmenares, de 27 años de edad.
Maribel Revete confirmó la muerte de su sobrino Edward Colmenares, de 27 años de edad, recluso del retén de La Planta, donde estaba desde hacía 2 años por homicidio frustrado. Indicó que compañeros de la víctima les notificaron ayer a las 5:38 am lo que ocurrió: “Lo mató un funcionario de la Guardia Nacional que estaba en una garita”.
“Están matando a la gente y el llamado es para que no siga ocurriendo. Afuera quedan otras madres. Por favor, hagan algo”. Colmenares murió ayer a las 5:00 am, cuando hubo un intercambio de tiros entre la GN y los reclusos. Al parecer, los uniformados intentaron entrar al penal.
Un vocero de los presos dijo que no han hecho acuerdos con las autoridades. Al mediodía, los reos exhibieron por una ventana una pancarta en la que se señala que adentro hay cuatro muertos y ocho heridos. Sin embargo, esto no lo confirmaron autoridades ni parientes. “Queremos paz porque sabemos que hay gente que reside en los alrededores”, dijo el preso. Señaló que en platabanda de edificios hay francotiradores.
Un segundo tiroteo se registró ayer a las 8:45 am y duró 15 minutos. Las detonaciones hicieron que los familiares de los presos corrieran a la parte norte de la avenida Páez. Al cesar el tiroteo, los uniformados lanzaron lacrimógenas al penal.
Otra comisión de familiares volvió a Miraflores a pedir la mediación del presidente Chávez en el conflicto. Temen que en La Planta haya un desenlace como el de Rodeo.
Todo en calma:
Mientras esto ocurría, la ministra de Servicio Penitenciario, Iris Varela, informaba en contacto telefónico con VTV que “hay tranquilidad en La Planta y las mesas de diálogo con los presos y sus familiares continúan su trabajo”.
“La GN en ningún momento han accionado sus armas contra los reos. Desde sus inicios, la intención de este ministerio siempre ha sido y será garantizar un trato digno y humano a todas las personas que se encuentran recluidas en las cárceles”, dijo. El despacho anunció que el lunes habrá traslados voluntarios a otros penales.
Reacciones:
Luego de que los familiares de los presos se enteraron de que Varela desmintió la situación en La Planta, hicieron pancartas para refutar su posición. Yohana López, vocera, dijo que hacía un llamado a la ministra Varela “a que instale una mesa de diálogo, aunque varias veces se han hecho y no quedan en nada”.
Mayelca Useche denunció que quitaron los servicios de luz y agua en La Planta, y que los presos no tienen comida: “No sabemos si los van a matar, pero ha habido plomazón.
Queremos justicia”. Las mujeres pidieron la presencia de fiscales del Ministerio Público que garanticen la vida de los presos.
Familiares de los reclusos rechazaron la presencia de un equipo de VTV que se fue del sitio luego de ser agredido.
Un vocero dijo que el túnel detectado el viernes pasado en La Planta tiene más de un mes, y tendría conexión con una tubería que tiene salida en un sector alejado del penal.
La GN continúa rastreando el Guaire y redobló la vigilancia detrás de La Planta, en la autopista Francisco Fajardo.
El informante señaló que por el túnel habría escapado un número no determinado de presos y que algunos hasta hicieron dieta para poder introducirse en él.
Antonio Ecarri, dirigente de la Unidad, y vecinos de El Paraíso exigieron a la ministra Varela, el desalojo inmediato de La Planta por el grave peligro para habitantes y transeúntes. Propuso la creación de un parque musical.
Tienen cuatro días en toque de queda:
Han dormido de manera intermitente con el ruido ensordecedor de las ráfagas de disparos. Algunas balas han llegado a sus hogares, el efecto de las bombas lacrimógenas los ha acompañado en la agonía.
Así han transcurrido las últimas horas de los vecinos de El Paraíso que viven en las adyacencias de la cárcel de La Planta. “Tenemos cuatro días presos en nuestras casas sin saber lo que está pasando. Esto no es vida. Esperamos que las autoridades solucionen la situación”, manifestó una de las vecinas que vive en el edificio Villa Soila, ubicado al frente del retén.
La bala que alcanzó el apartamento de al lado de la casa de Marco Guevara ayer en la mañana lo obligó a hacer maletas para irse de su hogar mientras continúe el conflicto en el retén. Guevara vive a dos edificios del penal, en la avenida Páez sector Puente Hierro, junto con su esposa y su hija de un año y medio de edad. El hombre siempre ha presenciado situaciones irregulares, pero no está dispuesto a seguir exponiendo la seguridad de sus parientes.
La familia Guevara vive en el piso 9 del edificio Mi Rancho II y por primera vez, ese nivel del conjunto residencial fue alcanzado por una bala.
“La casa de mi hermana está en la plaza Madariaga. Allí se escuchan los tiros de la cárcel, pero no llegan a los hogares.
No podemos continuar aquí mientras continúe esta situación. ¿Cuántas noticias no se escuchan de balas perdidas que matan a niños?; no quiero que ocurra eso con mi hija”, dijo el hombre.
Explicó que cada vez que escuchan ráfagas de disparos se resguarda en la cocina junto con su familia, debido a que es el lugar del apartamento que está más apartado del penal. Desde el balcón puede apreciarse parte de las instalaciones de la cárcel: “A veces nos sentimos más seguros en el pasillo del edificio, pero como nos enteramos que varios presos se han escapado, nos da temor que se metan en las residencias”.
La hija de la conserje cuida a su bebé de 10 meses en el cuarto de los Guevara, pues desde en el primer piso del edificio las bombas lacrimógenas le hacen daño al menor.
En esa edificación, que desde algunas áreas el paisaje está integrado por La Planta, no faltan testimonios de vecinos que aún mantienen en la casa las huellas de balas perdidas. Silema de Oliveira vive en el piso 1 y hace aproximadamente un año pasó un susto cuando una bala perforó la ventana de del cuarto de su hija y posteriormente impactó en la sala.
“Estamos despiertos desde las 4:45 am. Esto pasa siempre, lo que sucede es que a veces se normaliza y la prensa no se entera. Cada vez que hay tiros nos lanzamos al piso”, destacó.
Al otro extremo:
En la misma avenida Páez, pero en dirección a la plaza Madariaga, hay varias familias que también viven en zozobra. Al igual que en todas las edificaciones, en las Residencias Victoria, que albergan a 400 familias en 5 torres, los vecinos no pudieron salir a trabajar debido a que los accesos estaban restringidos.
El conjunto residencial está a una cuadra y media del centro penitenciario. Ayer a las 9:00 am todos los residentes tenían paños con vinagre para contrarrestar los efectos de las bombas lacrimógenas.
A esa hora la mayoría de las personas se resguardaba en su casa, mientras se escuchaban detonaciones en la cárcel, pero otras personas ayudaban a los vigilantes a evitar que los familiares de los reclusos entraran en los edificios.
Yuleixi Velásquez vive en las Residencias Las Flores y al igual que sus vecinos, teme que los parientes de los presos ingresen de manera violenta al conjunto residencial.
“Si las esposas de los presos corren porque escuchan disparos o les lanzan bombas lacrimógenas, tratan de meterse aquí y eso no nos conviene. En la madrugada obligaron a un vigilante, supuestamente con una pistola, para que les abriera. Él salió corriendo porque ni armado está. No he dormido desde las 4:00 am porque los nervios me tienen mal”, puntualizó la mujer.
Por: SANDRA GUERRERO
sguerrero@el-nacional.com
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EL NACIONAL
MARTES 01 DE MAYO DE 2012
