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    HomeEconómiaESCASEZ: Se busca medicamento

    ESCASEZ: Se busca medicamento



    Carlos Osorio, inauguró la red pública de locales de Farmapatria, donde se venderan medicamentos a precios "accesibles".

    Este año, varios productos han
    desaparecido de las farmacias

     

    Eduardo Samán: “Fue un desabastecimiento intencional”.

    Aunque el desabastecimiento fue el argumento del Gobierno para crear Farmapatria, esa red atenderá sólo a 3% de la población.

    La escasez de Euthyrox, en especial, ha generado angustia entre los pacientes, que llegan a comprarlo a revendedores por casi 100 veces el precio oficial.

    Mariela Rodríguez se angustia. El diagnóstico de hipotiroidismo (niveles bajos de hormona tiroidea) hecho por su endocrinóloga va amarrado a otra noticia: “Debe tomar 100 mg diarios de Euthyrox, pero no se consigue”. La especialista, que sufre la misma enfermedad, lleva semanas sin encontrar el fármaco que receta. Una ironía.

    Es 8 de mayo. La paciente empieza a recorrer farmacias. Primero va por la avenida Francisco de Miranda, donde vive.

    Pasa por 10 locales, las respuestas en todas partes son casi las mismas: “No hay”, “Desde hace dos meses no lo tenemos”, “No nos llega”. Se dirige a otras zonas: va al centro, a El Valle. Igual situación. El medicamento no existe en los anaqueles de las farmacias. El récipe, inútil, se arruga en su cartera.

    Dos semanas después, el producto empezará a llegar de forma muy graneada a algunos locales. Gracias a un comentario en Twitter, Rodríguez logró adquirir en una cadena de farmacias la última caja que quedaba de las 12 que habían llegado ese día al establecimiento. Antes, la paciente se paseó por varias posibilidades, como comprarlo en Colombia o a revendedores.

    La escasez lleva, entonces, a la perversión del mercado, a la venta con sobreprecio. ¡Y vaya sobreprecio!

    @grupodeayuda:

    A falta de información centralizada y oficial sobre dónde adquirir los fármacos, Twitter se ha convertido en grupo de ayuda virtual para quienes buscan Euthyrox y otros medicamentos que escasean, como Glucofage (para personas con diabetes tipo 2 e hiperinsulinismo). Los pacientes se auxilian entre sí, se dicen en cuáles farmacias se consiguen, se intercambian cajas.

    También hay quien aprovecha el momento para revender. Por ejemplo, @Aquivendo retwitea ofertas de Euthyrox de 100 mg por 70 bolívares; 15 veces su precio, porque cuesta 4,4 bolívares.

    Como consecuencia de la crisis, no faltan las compras nerviosas y la especulación ha llegado a niveles más exagerados aún. El Euthyrox también es ofertado por Mercado Libre, a través de páginas que desaparecen a los pocos días. El 15 de mayo un usuario de San Cristóbal ofrecía Euthyrox, Glucofage, “bisutería y accesorios”, traídos de Colombia. El Euthyrox (fármaco bajo control de precios desde 2003) era vendido en la página web por 380 bolívares, 86 veces su precio original. Lo mismo pasaba con el Glucofage de 500 mg, que está controlado a 3,37 bolívares, y lo vendían a 490 bolívares: 145 veces su valor.

    Mientras un comprador solicitaba por Mercado Libre el Glucofage para su abuelo diabético, otro usuario, molesto por la situación, reclamaba: “¿Cómo comercian con un medicamento que es necesario para quienes sufren de la tiroides y no lo pueden dejar de tomar?”. La respuesta del vendedor fue que su producto era importado y no subsidiado.

    Los twitteros responsabilizan directamente al Gobierno de la escasez. La usuaria É @marynet50 expresa en un mensaje: “Persisten problemas para el suministro de medicamentos (Euthyrox y Glucofage habrá que buscarlos en las joyerías)”.É@chupulone reclama directamente al Presidente de la República en un tweet: “Epa @chavezcandanga seguro que a ti no te faltan medicamentos pero los que necesitamos Euthyrox y Glucofage nos estamos muriendo y es por tu culpa”.

    Muchos twitteros se dirigen directamente a las cuentas de las grandes cadenas de farmacias (Locatel, Farmatodo, Farmacias Saas, entre otras) para preguntar en qué sucursal pueden encontrar el producto que escasea. La respuesta de esas cadenas es la misma: la cantidad de cajas que les llega es insuficiente para la demanda y se agota en pocas horas.

    Otros usuarios buscan nuevos caminos para hacerse oír: escriben tweets a las cuentas que monitorean el tráfico en los distintos estados, que tienen muchos seguidores. É @Larezmar pide a través de @trafficMERIDA: “Buenos días x fa ¿alguien me puede informar en q farmacia de El Vigía hay Euthyrox?”. Mientras que É@ANFI3PL le pide a @trafficVALENCIA: “Requiero Euthyrox 100mcg, por favor indicarme donde lo consigo; es para mi madre, gracias”.

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    Versiones de la escasez:

    El “grupo de ayuda” del Euthyrox y Glucofage parece haber asumido a un líder, al menos lo parece por el número de personas que le solicitan auxilio: el twittero @LucioQuincioC, personaje virtual que se identifica como “general de generales”. Tiene más de 63.000 seguidores, y por sus polémicos mensajes de 140 caracteres sobre la salud del presidente Chávez ha sido cuestionado por el chavismo. Mario Silva, de Venezolana de Televisión, lo ha calificado de desestabilizador. Pero a diario decenas de personas le escriben pidiéndole Euthyrox, como si fuera una suerte de José Gregorio Hernández virtual, capaz de sacar de debajo de la manga el medicamento escaso.

    Él retwitea las solicitudes y logra conseguir la ayuda que los pacientes no encuentran por vía oficial.

    Así se lo agradece, muy ormal, el twittero @ dusechadus: “He podido conseguir el medicamento Euthyrox gracias a la gran labor del general @LucioQuincioC y de todos los centuriones”.

    El desabastecimiento de esos medicamentos (cuyos meses más críticos han sido, hasta ahora, abril y mayo) fue para el ministro de Industrias, Ricardo Menéndez, una invención de la prensa. En abril de 2012 afirmó: “No hay que atender las matrices de nerviosismo creadas por los medios de comunicación”. No obstante, el 2 de mayo las empresas farmacéuticas reconocían la escasez y alegaban que era resultado de los retrasos de la Comisión de Administración de Divisas, que habían propiciado deudas de la industria con los proveedores extranjeros.

    Había otros argumentos:

    El presidente de la Cámara Venezolana del Medicamento, César Casal, dijo en ese momento que las fallas en las medicinas para la tiroides y control de la glucosa se debían a los precios bajos y la alta demanda, pues pacientes de Colombia los compraban en Venezuela.

    Ahora, además de las fallas en el suministro de Euthyrox y Glucofage, las farmacias reportan ausencia de suero fisiológico, Povidine, Betadine, leche de magnesia, Glafornil (también para la diabetes) y recientemente Atamel en jarabe.

    Farmapatria ¿panacea? La respuesta a la escasez de medicamentos de este año la dio el ministro de Alimentación, Carlos Osorio, el 9 de mayo con una medida concreta. Mediante alianza estratégica con la Cámara Venezolana de Medicamentos y la Cámara de la Industria Farmacéutica fue creada la red de farmacias Farmapatria, que opera en los Pdval y Mercal, además de los 32 locales de la red Fundafarmacia (que funciona desde 1991 y pertenece a las cámaras que agrupan a los laboratorios nacionales e internacionales). Estará constituida por 172 locales y su “oferta socialista” es que tendrá descuentos hasta de 40%.

    El 15 de mayo se publicó en Gaceta Oficial el Decreto 8981, que crea Farmapatria adscrita al Ministerio de la Alimentación. El primer considerando del decreto reza: “Es compromiso del Estado venezolano poner al alcance de la población los medicamentos de calidad, a precios accesibles y prestar servicios de atención farmacéutica al público en general”. Se dice que la red se creó para combatir “la especulación propia de la economía capitalista”. Freddy Ceballos, presidente de la Federación Farmacéutica, sostiene que nada tiene de socialista una empresa en la cual son socios los laboratorios transnacionales, que pueden hacer descuentos porque se aseguran la propiedad de la producción y la distribución. “La situación es grave, el Gobierno promueve la ley antimonopolio, pero crea un monopolio farmacéutico. Se hace creer que el último eslabón ­las farmacias independientes­ es el que aumenta los precios, pero no es así”, subrayó.

    Para Ceballos, Farmapatria no es sino un “gran negocio”, porque además los puntos de venta se están colocando en lugares céntricos donde hay afluencia de gente, pero no llegan ni a los barrios ni a los pueblos, en los que hay mayores necesidades. Es decir, no ve el alcance social de la medida..

    Orlando Vizcarrondo, ex decano de la Facultad de Farmacia de la UCV, considera que la forma de abaratar el medicamento no es Farmapatria, una red que tendrá sólo 172 expendios, mientras que hay 5.000 droguerías privadas en todo al país. “No llegará a 3% de la población”. Se pregunta entonces si no debería ser papel del Estado planificar una política pública que reduzca el costo de las medicinas y las lleve al alcance de toda la población.

    Añade que el Estado “lo que debe garantizar es que las personas que no pueden pagar logren tener los fármacos”.

    Sostiene Vizcarrondo que los precios de los medicamentos (aun los que vende Farmapatria) siguen siendo costosos, debido al aumento de los productos que están liberados, que son la gran mayoría. “Lo que se necesita es que la seguridad social se ponga en funcionamiento, para que los pacientes accedan sin costo a las medicinas”.

    Es decir, destaca que la misma dificultad representa para un paciente de bajos recursos pagar un medicamento a 500 bolívares que a 375 bolívares.

    “Igual no puede, ese fármaco debería llegar a los asegurados de forma gratuita”.

    Edgar Salas, ex presidente de la Federación Venezolana de Farmacias, añade que las medicinas liberadas han aumentado en más de 75% en los últimos 12 meses. Entonces, se pregunta “¿sobre qué precio es entonces este descuento? ¿Quién pone los precios de los medicamentos liberados? “.

    Asimismo, Ceballos critica que Farmapatria esté adscrita Ministerio de Alimentación y no al de Salud “¿cómo va a ejercer la contraloría sanitaria un despacho que no tiene experticia en el campo médico?”.

    Se trató de localizar vía telefónica a Stefano Zampa, presidente ejecutivo de la Cámara Venezolana del Medicamento, pero no se logró el contacto. Sin embargo, él declaró sobre el tema en Venezolana de Televisión y aseguró que Farmapatria “va a promocionar el libre acceso a medicamentos para la población”. Los primeros días, de hecho, algunos fármacos fueron entregados de forma gratuita.

    Junto con Farmapatria, otra medida del Gobierno para evitar el desabastecimiento es la creación del nuevo Sistema Integral de Control de Medicamentos, para monitorear la producción, importación, distribución y abastecimiento de medicinas. En Gaceta Oficial del 23 de mayo se publicó la Resolución que lo rige. El ar tículo 1º establece que el sistema se basa en una guía única para la movilización, seguimiento y control.

    El sistema funciona así: laboratorios, droguerías y farmacias deben inscribirse en la web www.sicm.gob.ve, donde obtienen esa guía que deben imprimir, una vez aprobada.

    Sin ese documento no se puede hacer ningún despacho a los expendios detallistas. De acuerdo con lo que dijo a la prensa la ministra de Salud, Eugenia Sader, ese sistema permitirá identificar dónde hay deficiencias.

    Sin embargo, Ceballos considera que burocratizará el proceso: “Esta permisología excesiva va a retardar más la llegada del medicamento a la cadena de distribución”.

    Flor de un día:

    Cuatro días después de la publicación en Gaceta Oficial, se inauguró el primer Farmapatria en San José de Cotiza. Fue una fiesta. La euforia acompañó la apertura del local, que está ubicado dentro del supermercado Pdval. Hubo largas colas los dos primeros días. Había una razón: estaban regalando Euthyrox y Glucofage, que en el resto de las farmacias estaban aún desaparecidos.

    Tres semanas después de la inauguración, la sucursal de Farmapatria localizada a una cuadra de la avenida Fuerzas Armadas no tiene una demanda masiva. El martes 12 de junio, a las 9:00 am, aproximadamente cinco personas revisaban precios; otras, no encontraban el producto que buscaban. “¿Hay Euthyrox?”, preguntó un cliente. “No, no hay”. “¿Hay Glucofage?”. “Tampoco”.

    Cuatro empleados atendían a los clientes; ninguna era farmacéutica, ninguna sabía responder cuando un paciente preguntó por un remedio para la rinitis alérgica cuyo nombre olvidó. Uno de los vendedores lanzó algunos nombres de medicinas hasta que dio con la que buscaba el hombre. “Pero… no hay”, le dijo.

    Los clientes valoraban que estuviese expuesta al público la lista de precios con los descuentos. “Eso se agradece, porque uno anota, revisa, saca su cuenta”, dijo una compradora.

    Las ofertas son visibles:

    Por ejemplo, un antibiótico, Unasyn, cuyo precio de venta al público es 504 bolívares, está en 333 bolívares. Otro antibiótico, Macrodantina, tiene un precio de 75,6 bolívares y con el descuento baja a 50 bolívares.

    Las farmacias comerciales tienen descuentos similares, pues casi ninguna vende al precio que marca la caja. En una cadena farmacéutica, el Unasyn cuesta 370 bolívares y la Macrodantina 58 bolívares.

    Los precios de Farmapatria son menores, pero no tanto.

    Algunos clientes se daban cuenta de eso y se iban sin comprar. Una mujer (no quiso decir su nombre) sólo adquirió analgésicos porque el medicamento para la tos que buscaba (Bisolvon) estaba más caro en Farmapatria que en otros lugares. “No me cuadraron los precios”, alegó.

    Otras farmacias de San José, cuyos dueños percibieron la baja en las ventas el día que inauguraron Farmapatria, tienen actualmente el volumen de clientes habitual. “No nos afecta la competencia”, expresó la farmacéutica Judith Pellicer.

    ¡Llegaron! El 18 de mayo, justamente 3 días después de publicado el decreto que crea Farmapatria, un comunicado del laboratorio Merck indicaba a los pacientes que el Euthyrox estaría disponible la siguiente semana, y así fue. Sin embargo, desde el 21 de mayo el producto aparece y desaparece de los establecimientos. Los pacientes, desesperados, siguen preguntando por el fármaco a través de Twitter. Algunas páginas web lo siguen ofertando a precios más altos. Llega tan poca cantidad del producto a las farmacias que se acaba en un día y, luego, hay que volver a esperar un tiempo para su reposición. Como se ha vuelto un proceso cotidiano, Mariela Rodríguez tiene como rutina preguntar en cada farmacia que se topa por el camino: “¿Hay Euthyrox?”. La respuesta la conoce de antemano.

    Desabastecimiento intencional:

    Para el ex ministro de Comercio y farmacéutico Eduardo Samán, la falta de algunas medicinas en el mercado tiene una razón: beneficiar a los “factores de derecha dentro del propio Gobierno”.

    ” Soy revolucionario”, aclara antes que nada.

    Es su carta de presentación. “Revolucionario y seguidor del Presidente”, reitera Eduardo Samán, farmacéutico, profesor de la Universidad Central de Venezuela y ex ministro de Comercio, que salió del cargo en 2010 y fue conocido por crear las areperas socialistas y liderar la expropiación de los hipermercados Éxito y los supermercados Cada.

    Lo dice porque, tras la afirmación personal, no puede dejar de criticar la forma como el Gobierno ha actuado en el caso de los medicamentos. Lo dice como farmacéutico: “Y como revolucionario”.

    Todo, para él, se debe a “los factores de derecha que siguen operando dentro del propio Gobierno”. Samán tiene una espinita clavada: su salida del Gobierno el 13 de febrero de 2010 tiene relación con una información emanada dos días antes de la Embajada de Estados Unidos y difundida por wikileaks un año después, según la cual representantes de la Cámara Venezolana de Medicamentos alertaban sobre los riesgos para la industria farmacéutica de un proyecto de ley sobre propiedad intelectual que sustituía los derechos de propiedad intelectual por concesiones entregadas por el Gobierno.

    –¿Cómo explica el desabastecimiento de medicamentos?

    -El desabastecimiento tuvo como origen la decisión de Cadivi de racionalizar la entrega de divisas al sector farmacéutico. Sin embargo, no se puede explicar sólo así, porque se trata de un “desabastecimiento intencional”.

    –¿Por qué dice que es intencional?

    -Es claro por el patrón de la escasez. Si hay un problema en la asignación de divisas tiene que afectar el patrón de desabastecimiento.

    Desaparece todo. El patrón no es selectivo como en este caso.

    –¿Por qué el Euthyrox, por ejemplo?

    -El Euthyrox, que encabezó el desabastecimiento, es un medicamento monopolizado desde su producción. Es decir, no desapareció un producto que tiene varios fabricantes, sino un líder en el mercado que no tiene genérico.

    Negocio corporativo:

    De acuerdo con Samán, fueron tres los motivos para la escasez de fármacos de este año: la “derecha” que busca crear descontento en la población en tiempo de elecciones, ablandar Cadivi con el sector farmacéutico y propiciar la creación de Farmapatria.

    –Fuentes de la industria han dicho que el problema de los bajos costos de medicamentos regulados como el Euthyrox lleva a compras excesivas (incluso desde Colombia, donde el precio es mucho mayor). Piden revisar los precios.

    –La solución no es aumentar los precios. Esos son compuestos regulados, que quizás se vendan por debajo de los costos de producción, pero un laboratorio puede tener una cartera de 300 productos; es posible que pierda dinero en uno, pero el resto es ganancia. Las empresas no están perdiendo dinero por la regulación; todo lo contrario, el mercado venezolano es uno de los mejores de América Latina.

    Señala que el mercado del medicamento en Venezuela era de 2 millardos de dólares en 2002, y en 2010 el consumo aumentó a 6 millardos de dólares. “Se triplicó el mercado, pero no la población.

    Eso se debe al aumento de precio, no al aumento en el consumo”.

    –¿Farmapatria es una solución para el problema del acceso al medicamento?

    -No. Farmapatria, aunque haya sido creada por el Gobierno, es fundamentalmente la expansión de Fundafarmacia, un modelo de negocio de las corporaciones para llevar el producto al cliente, quedarse ellos con la cadena de distribución y garantizar la venta de sus medicamentos.

    –¿Y los descuentos de 40% no se pueden considerar una política social?

    -Comprar con descuento no es sinónimo de comprar barato. Debe haber una política pública para que lleguen a los pacientes los medicamentos de bajo costo. Por ejemplo, una infección puede curarse con un antibiótico que cuesta 5 bolívares, pero los laboratorios promocionan y los médicos prescriben el mismo medicamento (con algunas variantes, pero con el mismo principio activo) a 420 bolívares. Un descuento sobre 420 bolívares sigue siendo inaccesible para la población, que si tuviera la información, podría pagar apenas 5 bolívares. Es tarea del Estado regular esto.


    POR: MIREYA TABUAS
    MTABUAS@EL-NACIONAL.COM
    POLÍTICA | OPINIÓN
    SALUD PÚBLICA | ESCASEZ
    MERCADO INVESTIGACIÓN
    EL NACIONAL
    DOMINGO 17 DE JUNIO DE 2012


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    2 COMMENTS

    1. ATENCIÓN al Servicio de Atención al Soberano. con carácter de urgencia.

      Se necesita con carácter de urgencia TAZOPRIL en ampollas de 1.5 mg para el sr. Héctor Naveda quien se encuentra hospitalizado en el Hospital Alfredo Van Grieken de Coro. Cualquier institución o persona que tenga el medicamento, comuníquense por los teléfonos: (0426) 624 50 49- (0412) 079 40 35, (0426) 663 30 62

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