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    Edit.TalCual: Los que ordeñan a Venezuela



    “Chequera petrolera compró
    política exterior…”

     

    Desde que el presidente Hugo Chávez llegó al poder en 1998 su intención no sólo fue consolidar la revolución en el país, sino también en el escenario internacional. Para hacerlo utilizó el petróleo como palanca de negociación.

    Para el exembajador venezolano Fernando Gerbasi, la política exterior de estos últimos 14 años se fundamenta en la colocación del primer mandatario, como principal líder ideológico del contexto mundial. Bajo esta lógica, “la política exterior del país obedece al proyecto personalista y autoritario del Presidente y no a una política del Estado venezolano”.

    Durante el seminario “Venezuela frente a la Geopolítica Regional y Global”, organizado por el Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (Ildis), Gerbasi explicó que existen tres etapas de la política exterior durante la administración de Chávez. La primera, desde 1999 hasta 2004, “que se caracterizó por obtener reconocimiento global para fortalecer la soberanía nacional. La segunda, desde 2004 hasta 2007, cuando se establece que el interés internacional consistía en establecer relaciones basadas en un intercambio político-ideológico, por encima de los intereses económicos, con países que compartiesen una postura antiimperialista. Y la tercera, desde 2007 hasta la actualidad, en la cual la idea es fomentar relaciones de integración política y cultural como la ALBA, Unasur y Petrocaribe para construir un bloque latinoamericano de poder”.

    Por lo tanto, es a partir de 2007 cuando Venezuela gira radicalmente su política exterior y se conocen sus verdaderas intenciones. No es casualidad, explica la internacionalista Elsa Cardoso, que en ese mismo año el gobierno emita el Proyecto Nacional Simón Bolívar (Primer Plan Socialista), donde se establece que además de Latinoamérica y El Caribe como principales aliados, “también serán estratégicos países como Irán, Siria, Bielorrusia y Rusia”. Para Cardoso desde 2007 el objetivo fue uno solo: “consolidar la alianza política integral emergente con base en los intereses comunes antiimperialistas”. Es así como Venezuela se acercó a Irán, Libia y Siria. Solo por razones ideológicas.

    Una relación desequilibrada:

    Tanta politización en materia internacional trajo como consecuencia el descuido en áreas comerciales estratégicas que le traerían beneficios al país. A pesar de esto, el objetivo de Chávez se cumplió: proyectarse mundialmente a punta de petróleo, explica Gerbasi.

    Sin embargo, esta proyección no quiere decir que sea beneficiosa para los venezolanos. Demetrio Boersner, profesor de la Universidad Central de Venezuela, explicó, durante su intervención en el referido seminario, que China “ha sabido aprovecharse de la tendencia venezolana al gasto dispendioso y al endeudamiento, y ha logrado un acuerdo sumamente desventajoso para el país, de otorgamiento de créditos a cambio de suministro de petróleo a largo plazo y a precios bajos”.

    Destacó que el país oriental “se muestra sordo ante intentos venezolanos de establecer una relación ideológica socialista e insiste en que sus intereses son puramente pragmáticos”.

    Con respecto a Brasil, aunque los intercambios con este país vecino han crecido “existe un carácter de desequilibrio”, que unilateralmente beneficia al país vecino”, explicó Boersner. Lo mismo pasa con Rusia, que a juicio del académico, es otro aliado “por ser la gran suministradora de armas al gobierno venezolano”. Además, a su juicio este país se estaría aprovechado “de la amistad venezolana como elemento de presión o de irritación en su juego estratégico con Washington”.

    Gerbasi opina igual. Para el especialista “la motivación del Presidente es esencialmente ideológica y responde a la intención de crear polos multilaterales que quebranten la hegemonía imperialista norteamericana”. Estima que esta visión forma parte esencial de su política exterior. “Con base en los recursos financieros derivados de los altos precios del petróleo, a partir de 2003, el gobierno bolivariano ha fomentado la creación de nuevos mecanismos regionales, pero no tanto con la intención de cooperar e integrar sino de imponer una visión ideológica en las relaciones internacionales y utilizar dichos mecanismos como apoyo para su proyecto revolucionario”.

    Después del 7 de octubre:

    Ante este contexto, Venezuela tendría diversos retos para recuperar el norte de la política exterior. Cardoso explicó que dentro de los primeros retos de un eventual nuevo gobierno “se debe entender que la prioridad es tener políticas internacionales que beneficien al pueblo y no a una sola persona”.

    Para esto, Boersner sugiere que en relación a los convenios con China se “deberían seguir aumentando y diversificar los intercambios, pero es imperativo que se revisen los onerosos acuerdos de créditos a cambio de petróleo a futuro. Además de tener una relación no ideológica”.

    Este académico sugiere también que Rusia “debe seguir siendo un activo socio comercial en la futura Venezuela democrática, pero ésta seguramente pondrá fin a la desmedida compra de armamento ruso y revisará los contratos suscritos en esa materia. En lugar de esto, podría tener interés en desarrollar la cooperación venezolano-rusa en el ámbito energético”.

    En relación con Brasil, para Boersner Venezuela “debería establecer un sano equilibrio geográfico de sus intercambios con las diversas subregiones de Latinoamérica, volviendo a la CAN, dando nueva vida al G3 e impulsando relaciones con la Alianza del Pacífico para disminuir la dependencia relativa de un socio poderoso como lo es Brasil”.

    Por último, el especialista recomienda que “la futura Venezuela democrática debería fortalecer grandemente sus relaciones con Sudáfrica, no sólo por las oportunidades económicas que ofrece, sino ante todo por el respeto y la influencia de que disfruta en ese continente”.

    Por último, Gerbasi explicó que un nuevo gobierno debe “convertir a Venezuela en un factor de cohesión e integración regional sin anteponer los intereses partidarios del gobierno de turno ante los de toda una sociedad”.


    Por: MARISELA CASTILLO APITZ
    Diario TalCual
    sabado 16 de junio de 2011




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