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    Periodista venezolano defiende soberanía del Paraguay



    Maduro: "Quizás debería aprovechar su larga experiencia como chofer de autobús.Y evitar caer en las troneras y cráteres"

    “Canciller Maduro, inmaduro canciller”

     

    Un periodista venezolano escribió un artículo de opinión donde defiende la soberanía del Paraguay y trata de perverso el régimen chavista.

    El comunicador Alexander Cambero, quien reside en Duca, una localidad venezolana, perteneciente al Estado Lara, ubicada en el Municipio Crespo y que trabaja en la gobernacion de Lara, escribió un artículo donde trata al régimen de Hugo Chávez de ser perverso y al canciller de su país Nicolás Maduro, de ser un peón del fanatismo de izquierda.

    A continuación el comentario de Cambero, que se titula : “Canciller Maduro, inmaduro canciller”

    Sabíamos que en la cartera de Casa Amarilla no contábamos con un verdadero estadista de la misión diplomática. Que su insuficiente preparación y talento, no daba para más allá de algunas frases aprendidas a la luz del apresurado caletre, y que repite en todas partes con singular travesura. Era un verdadero sacrilegio pensar que quien representa nada más y nada menos que la actual política exterior venezolana, tenga alguna coincidencia intelectual que lo acerque a verdaderos maestros del arte diplomático como el brillante Simón Alberto Consalvi, sin olvidar a don Arístides Calvani, un baluarte que dictó cátedra de cómo debe manejarse estos asuntos, que involucran un sinfín de intereses que deben operarse con guante de seda. Gracias a este caballero de la política exterior venezolana, se logró la anhelada paz en Centroamérica.

    Nicolás Maduro es un peón del fanatismo de izquierda. Esos dinosaurios que sueñan con volver a sus andanzas como si estuviésemos en el periodo mesozoico. Especímenes que se reúnen en el Foro de Sao Paulo, para recitar los valores de las brujas de ultratumba. Verdaderos parásitos que buscan contaminar la institucionalidad democrática nacional. Detrás del antifaz esconden al comunismo, la vieja encorvada que se cree una inocente doncella de quince años. La exhiben como si el feroz socialismo real pudiera decirle algo a la sociedad moderna después de haberle cavado la tumba a millones de inocentes.

    La grosera intromisión en los asuntos internos de otros países, así como su inocultable amistad con regímenes y grupos extremistas, de esos que apalean mujeres y sacrifican inocentes, representan su único activo que mostrar ante los gobiernos civilizados del orbe. Ni hablar de su contubernio con las FARC. Una zigzagueante relación que sufre Colombia y Venezuela, y que permite a Juan Manuel Santos, obtener jugosas sumas que alimentan las arcas de su administración.

    Haberse entrometido en los asuntos internos de Paraguay muestra de que está hecho. Un funcionario extranjero que violando toda norma del derecho internacional y hasta de la simple lógica, invita a unos militares de aquel país a que se alcen contra una decisión soberana de su congreso, en una abierta violación de los principios básicos de soberanía. ¿Qué dirían si algún funcionario norteamericano hiciera lo mismo? Seguramente estarían en una permanente cadena nacional, hablando de la grosera bota del extranjero mancillado el suelo sagrado de la patria. ¿Por qué no son patriotas o varones para defenderse de las presunciones de cubanos, iraníes y chinos que vinieron para vulnerar nuestra soberanía, robarnos hasta decir basta; y hasta horadar la dignidad venezolana?

    André Maurois, el magnífico escritor y ensayista francés, quien sirvió de interprete al Estado Mayor Británico en la I guerra mundial, dio una excelente definición del diplomático: “es el arte de exponer la hostilidad con cortesía, la indiferencia con interés y la amistad con prudencia”. Es decir tener la sabiduría suficiente para a través del dialogo lograr beneficios que ayuden a las dos partes en conflicto. Un funcionario de estos debe tener el equilibrio y la preparación suficiente para encontrar una salida. Sabemos que Nicolás Maduro es un hombre sin mayor capacidad para entender este mundo de sutilezas. Sus neuronas son huérfanas de idoneidad y sus ojos han recorrido pocas líneas de lectura especializada. Quizás debería aprovechar su larga experiencia como chofer de autobús.Imaginarse que ser canciller supone evitar caer en las troneras y cráteres, que debe esquivar un conductor en las calles de Venezuela. Ojala aplique el principio básico de evitar caer en huecos y salvar los cauchos de un desastre seguro. Que aprenda a no meterse en los motores ajenos.


    Por: Redacción
    Politica | Opinión
    Oficialismo | Psuv
    DIPLOMACIA | CANCILLERÍA
    PARAGUAY | ABC Color
    Sabado 07 DE JULIO DE 2012




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