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    ARMANDO DURÁN: ¿En qué quedamos?



    ¿Entre el Chingo
    y el sin Nariz?

     

    Los hechos, tal como han ocurrido, son los siguientes:

    1.- Desde el mismo día de la elección de Henrique Capriles Radonski como candidato presidencial de la MUD, Hugo Chávez le reclamó a su contrincante que se comprometiera de antemano a respetar los resultados electorales que ofrecerá el CNE la noche del 7 de octubre.

    La respuesta de Capriles no se hizo esperar: él se sometería ese día a la voluntad soberana de los electores.

    2.- Chávez utilizó esta postura de su adversario, que ponía claramente en duda la credibilidad del CNE, para denunciar que la oposición tenía un Plan B que consistía, primero, en desconocer la autoridad del CNE para luego cantar fraude y de inmediato retomar el camino de la violencia golpista.

    En realidad, este fue uno de los leitmotiv de su campaña durante estos últimos cuatro meses.

    3.- Tanto fue el cántaro a la fuente que finalmente Capriles y su comando le propusieron a los otros candidatos firmar en el CNE un compromiso que garantizara la normalidad del proceso electoral, comenzando con el natural y teóricamente innecesario compromiso a reconocer los resultados oficiales, pero añadiéndole a ese tema recurrente del oficialismo la exigencia al CNE de prohibir el empleo de cadenas de radio y televisión presidenciales con fines político-electorales y el uso ilegal de los recursos del Estado como herramientas de propaganda partidista y electoral.

    4.- Los rectores del CNE declararon entonces que las cadenas eran un derecho presidencial amparado por la Constitución (?) y, tras purgar el texto de la propuesta Capriles para no incomodar a Chávez, invitaron a los otros candidatos a firmar otra propuesta, ajustada, esta sí, a los deseos personales del presidente-candidato.

    El nuevo contenido compromete a Capriles, pero deja a Chávez en libertad de seguir abusando de su poder con absoluta impunidad.

    5.- El pasado lunes 16 de julio, con motivo de una reunión del Comando Venezuela para fijar su posición institucional ante la invitación formal del CNE a firmar esa propuesta el martes siguiente, Armando Briquet, jefe del comando y hombre de la mayor confianza de Capriles, declaró que “propusimos un acuerdo para una campaña de altura y no firmaremos si se excluye el elemento de las cadenas.”

    6.- En la tarde del martes, Enrique Márquez, ex diputado masista y ahora diputado de Un Nuevo Tiempo, acompañado de Julio Borges y Juan José Caldera López, firmó el acuerdo purgado por el CNE, cuya verdadera finalidad es que los candidatos (léase, Capriles) se comprometan a “reconocer los resultados emitidos por el Poder Electoral, única autoridad legítima y competente” para pronunciarse sobre dichos resultados. .

    7.- Esa misma tarde, desde Santa Bárbara del Zulia, Capriles, ¿sorprendido?, señaló que el acuerdo, calificado esa misma mañana por Chávez con los adjetivos “estupendo y perfecto”, y firmado más tarde por Márquez, parecía redactado por el propio Chávez. Luego se preguntaba, ¿consternado?, qué había pasado con el compromiso que él había propuesto.

    8.- Quizá porque el responsable de armar la primera página de Últimas Noticias compartía la inquietud que importunaba a Capriles, cuando le llegó la hora de resumir la gran noticia del día, la tituló con una frase que lo dice todo: “Candidatos (en este caso, léase también, Capriles) por el carril del CNE.”

    9.- En el marco de este tira y afloja sobre el acuerdo, la firma que estampó Márquez en el documento se hizo confusa y polémica. Por eso Márquez se sintió en la obligación de minimizar los posibles daños causados por el gesto al declarar que esa firma no reflejaba blandenguería alguna ni equivalía a darle un cheque en blanco al CNE, porque a su juicio el Comando Venezuela no había dejado ni dejará de exigir que el Poder Electoral prohíba las cadenas presidenciales. “Por lo tanto”, afirmó, ¿satisfecho?, “no hemos cedido.”

    10.- Nadie lo ha insinuado, pero todo indica que la reunión para decidir si se firmaba o no el acuerdo CNE-Chávez dio lugar a algunas serias discrepancias internas, pues la declaración de Márquez de que se trató de “una decisión consultada entre el Comando Venezuela y el candidato”, contradice flagrantemente la rotunda declaración de Briquet, horas antes, al anunciar que “no firmaremos si se excluye el elemento de las cadenas.”

    11.- Mientras tanto, desde el Táchira, Capriles seguía el miércoles insistiendo sobre el tema: “Tenemos”, nos advirtió, “un CNE que no garantiza equilibrio.” En medio del desconcierto, cabe una pregunta que no me agrada para nada. ¿En qué quedamos? Chicha o limonada.


    Por: ARMANDO DURÁN
    Política | Opinión
    EL NACIONAL
    LUNES 23 de julio DE 2012


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