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    INÉS QUINTERO: “¿Y ahora qué hacemos con todas las caritas de Bolívar?”



    Inés Quintero afirma que la historia también debe mirarse desde la perspectiva femenina.

    “Bolívar y su hermana sólo
    compartían el apellido…”

     

    María Antonia Bolívar sólo compartía con su hermano, Simón Bolívar, el apellido. Desde el momento en que Bolívar decidió aceptar el título de Libertador y emprender su batalla de independencia, su hermana se opuso rotundamente a su causa, decisión que la llevó al destierro.

    “Su personalidad enérgica la llevó a armarle todo tipo de “zaperocos” a su hermano y a escribirle al rey de España en contra de Bolívar. Ella no entendía por qué tenía que cambiar su forma de vida, que en su opinión estaba bien, para entrar a un período de incertidumbre que era lo que ofrecía la Independencia; por eso estaba en contra de los ideales de su hermano. Además, para ella y para una gran parte de la sociedad latinoamericana, se podía convivir perfectamente con la monarquía”, comenta Inés Quintero, autora del libro La criolla principal.

    Esta venezolana, que no comparte el uso que le da Hugo Chávez al discurso de Simón Bolívar, afirma que un buen historiador debe ser ante todo crítico: “no concibo el ejercicio histórico de manera pasiva y complaciente. Si me pidieran hacer una biografía de Chávez, pero la plata para subsidiarla saliera del Gobierno, simplemente no aceptaría”.

    Para Inés Quintero la figura de Bolívar ha sido “distorsionada” para justificar el presente, y al discurso del prócer se le han dado contenidos que nunca tuvo.

    –¿Para qué sirve la historia? 

    -Para que no te metan coba; cualquier historiador lo puede hacer. Por eso hay que saber historia. 

    –¿En cuál página va esta? 

    -En primera plana, siempre. 

    –¿Una época semejante? 

    -Ninguna en la historia de Venezuela. 

    –¿Una oposición similar? 

    -Ahora hay varias oposiciones; se han equivocado y tenido buen tino. 

    –¿Y un proceso como este? 

    -Cada uno tiene su especificidad. 

    –¿Es religiosa la del actual? 

    -Hay más dogmatismo que religión. 

    –¿Cómo ven en España la revolución? 

    -No se refieren a “la revolución”. Se habla de “la situación venezolana” con preocupación. 

    –¿Lo inexplicable de la historia contemporánea? 

    -­­En la historia no hay incomprensibles, siempre hay explicaciones. 

    –¿Caudillos en el siglo XXI? 

    -Son una figura fuera de tiempo. 

    –Aun así, ¿le montarían estatuas en vida? ­­

    -Los estudiantes tienen la virtud de que las pueden tumbar. Pregúntale a Guzmán Blanco. 

    –¿Qué tipo de régimen impera en Venezuela? ­­

    -¡Una catástrofe! Sólo veo a un presidente que desde el poder utiliza todos los recursos del Estado. 

    –¿La historia de siempre? ­­

    -Una sociedad dispuesta a vivir en democracia. 

    –¿La escriben los vencedores? ­­

    -La pueden escribir, pero para eso estamos los historiadores. 

    –¿La historia inolvidable? ­­

    -(Risas) ¡Cónchale! La que nos mal cuentan en el colegio. 

    –¿Los excluidos recientes? ­­

    -Se pretende excluir los 40 años de democracia. 

    Imborrable. 

    –¿Qué le falta a una autocracia para llegar a dictadura? 

    -­El filito es muy delgado. 

    –¿Qué le quedó del San José de Tarbes? ­

    -Rigor, honestidad, perseverancia. 

    –¿Y de aquellas rumbas que montaba con su hermana Valentina Quintero en Chuao, allá por la década de los setenta? ­

    -La constancia de que mi hermanita y yo para lo que venga. 

    –¿La historia oculta? ­

    -No la hay. Puede que no se sepa, pero allí está. 

    –¿En cuál de los dos bandos? 

    -­(Risas) Lo que está a la vista no necesita anteojos. 

    –¿Qué deja un historiador adoctrinado? ­

    -De entrada, pierde la condición de historiador. 

    –¿Un prejuicio histórico? ­

    -Léase El relato invariable, que yo coordiné. 

    –¿Quién se equivoca más: la población o los gobiernos? ­

    -(Risas) Mitad y mitad. 

    –¿Un héroe del siglo XX? ­

    -No me gustan los héroes, sino los ciudadanos indoblegables, como Leoncio Martínez, que se enfrentó al dictador. 

    –¿El Leoncio de la Unidad Democrática? ­

    -¡Ufff! Hay muchísimos, indoblegables y ciudadanos. 

    –¿La revolución bonita? ­

    -(Carcajadas) Píntamela de colores. 

    –¿Se autocensura? ­

    -Igual, dejaría de ser historiadora. 

    –¿Un mito desmitificable? ­

    -Todos, incluido Simón Bolívar. 

    –¿Incluida su nueva faz? 

    -­¡Qué ociosidad! Querer imponer una sola posibilidad de dialogar con Bolívar. ¿Y ahora qué hacemos con todas sus caritas? ­

    –¿Una dura verdad para los fans del Libertador? 

    -­(Risas) ¿Una sola? 

    –¿Lo mató Santander? 

    -­¡Qué ocurrencia! 

    –¿Cómo llamarían hoy a Manuela Sáenz? ­

    -Manuelita, siempre Manuelita. 

    –¿Le lucía el uniforme? ­

    -Tiene su lugar en la historia, más allá del uniforme. 

    –¿Se lo pondría usted? ­

    -¡Para nada! 

    –¿El pecado de Páez? ­

    -Haber terminado su autobiografía antes de tiempo. 

    –¿Era Barbarita Nieves una barragana? ­

    -¿Barragana Barbarita? ¡Barragano era él! 

    –Como una de las cinco mujeres de la Academia Nacional de la Historia, ¿siente un patriarcado? 

    -­¡Para nada! La presencia femenina se siente. 

    –¿Líder? ­

    -Dominante, que es otra cosa. 

    –¿Un líder? ­

    -Prefiero los logros colectivos, como la lucha de las mujeres por sus derechos. 

    –¿Llora? ­

    -Mucho, con los finales terribles o sentimentales de las películas. 

    –¿Una historia de historieta? ­

    -La “Sacrada” de Cipriano Castro por los estudiantes. 

    –¿Una injusticia histórica? ­

    -La pena de muerte, siempre. 

    –¿Por qué esa sed de historia de algunos gobernantes? ­

    -El poder quiere perdurar y dejar huellas buenas o malas. 

    –¿Otra era de sentimentalismo presidencialista? ­

    -¡Ay! Guzmán Blanco. ¡Por Dios! Es la cursilería de los egos en su respectivo siglo. 

    –¿La locura histórica? ­

    -Pensar que la historia se reduce a señalar fechas. 

    –¿Qué tiene de profeta? ­

    -Ser profeta no me interesa. 

    Más bien hay que comprender el presente y saber que vamos hacia un futuro mejor. 

    -Parece una predicción… ­

    -No, es una convicción. 

    -¿Es admirable la campaña opositora? ­

    -Es un esfuerzo colectivo. Están haciendo una excelente campaña. 

    –Con la premisa de “pulverizar” al contrario, ¿se asemeja la oficialista a la proclama de guerra a muerte de 1813? ­

    -(Risas) Hay intolerancia frente a la posibilidad de que exista un contrario. 

    –¿Cuándo se torció el camino? ­

    -No se ha torcido. La vocación democrática está intacta. 

    –¿La historia necesaria? ­

    -Aquella que es crítica y plural. 

    –¿Hay miedo? ­

    -Está vencido. Hay inquietud por la inseguridad. 

    –¿Una inquietud histórica semejante? ­

    -La historia es irrepetible. Ha habido inquietudes distintas. 

    –¿Confrontación civil? ­

    -La dejamos en el siglo XIX. 

    –¿Un epílogo? ­

    -Toda historia tiene su final… 

    –¿Qué pasaría en Venezuela si la historia vuelve a repetirse? 

    -­Te respondo el 7 de octubre.


    Por: JOLGUER RODRÍGUEZ COSTA
    jolguerr@gmail.com
    Politica | Opinión
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    EL NACIONAL
    DOMINGO 29 DE JULIO DE 2012


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