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    Vladimir Villegas: “Vengo a hacer periodismo”



    Vladimir Villegas: El periodismo es como los restaurantes. Los hay buenos, malos, regulares. Para todos los gustos.
    Vladimir Villegas: El periodismo es como los restaurantes. Los hay buenos, malos, regulares. Para todos los gustos.

    El periodismo es hoy en día
    también es de lucha política

     

    Desde ahora Director General, Vladimir Villegas jura que asume su nuevo reto personal para ejercer el periodismo, y no para hacer de Globovisión un canal descafeinado porque, acota, “la cafeína es parte de la adrenalina que necesita todo periodista”. Cree que, como ocurrió con el postmaoismo, el postchavismo debe hallar su propio camino y actuar en medio de la realidad que le toca vivir. Aunque no lo ve fácil, asegura que si Maduro y Capriles llegaran a sentarse el país se ahorraría muchos problemas.

    –Entra a una nueva experiencia, algo alejada del quehacer periodístico, pero ya se sabe que los Villegas aceptan los retos según sus convicciones ¿Llega a Globovisión para apagar el fuego o para reimpulsar un canal emblemático del país?

    –Llego para hacer periodismo, que es mi oficio natural, y al cual le he dedicado alrededor de tres décadas, con todo y lo chamo que soy. Se trata de una tarea difícil, no lo niego, pero siempre he sido optimista y, como buen Villegas, no le tengo miedo a los retos. Y no se trata de una actividad alejada del quehacer periodístico. Es una aproximación al periodismo desde una perspectiva de mayor compromiso y responsabilidad, sobre todo en este momento político tan complejo.

    –¿En otras palabras, su ingreso ayuda a lograr un Globovisión descafeinado?

    –El café siempre será café… La cafeína es parte de la adrenalina que necesita todo periodista para salir adelante. Aunque sea más o menos tinto, el café siempre será café..

    –A partir del momento en que se siente en el sillón de la presidencia de Globovisión, ¿habrá que olvidarse del Vladimir Villegas periodista y del militante político?

    –El Vladimir periodista y el Vladimir político son una misma persona, indivisible. No tengo militancia partidista en este momento. Me separé silenciosamente de Avanzada Progresista. Entendí a fines del año pasado que mi rol tiene que ser otro, desde el periodismo, sin abandonar mis ideas, mis posiciones críticas y mi profundo deseo de que podamos construir un país para todos, sin exclusiones, sin persecuciones, sin sectarismo y sin odios.

    El periodismo es hoy en día un escenario en el cual también se da la lucha política. Si la sociedad está polarizada el periodismo también lo está, y va a seguir jugando un rol protagónico en Venezuela. Y no me sentaré en el sillón de la Presidencia de Globovisión. El presidente será el doctor Juan Domingo Cordero. Yo ocuparé la Dirección General, y tampoco me gusta mucho eso de estar sentado. Soy reportero, y los reporteros siempre queremos estar pateando la calle. En mi caso estaré caminando siempre dentro del canal para saber de primera mano lo que piensan mis colegas y compañeros de trabajo. Además es un buen ejercicio físico.

    –Desde esa perspectiva ¿cómo ve el país y cuáles cree usted deberían ser las salidas racionales a esta crisis política, que amenaza incluso la gobernabilidad de Maduro?

    –Veo el país con muchos problemas. Seguridad, inflación, falta de producción, crisis eléctrica, escasez de alimentos y otros problemas que obligan a que el gobierno entienda que por sí solo no está en capacidad de dar las respuestas que esta crisis amerita. Soy un venezolano convencido del diálogo, de que no tiene nada de pecaminoso que sectores de pensamiento distinto puedan sentarse para solucionar los graves problemas del país.

    Por el contrario, lo pecaminoso sería no sentarse. Y no se trata de que se sienten Nicolás y Henrique, sino empresarios, trabajadores, ONG, los estudiantes, las diversas congregaciones religiosas. Bueno, si Maduro y Capriles llegaran a sentarse creo que nos ahorraríamos muchos problemas, pero no lo veo fácil. Creo que más allá de las pasiones las experiencias históricas en Venezuela y en otras latitudes nos indican que la miopía política, la mezquindad, la sed de revancha o venganza y la prepotencia en tiempos de crisis puede que lleve a un desenlace que todos vamos a lamentar.

    Mejor es dialogar ahora, que hacerlo en el exilio, en la cárcel o después de pérdidas de vidas y cicatrices sociales que pueden evitarse. Maduro tiene que entender que el resultado electoral del 14-A, más allá de los reclamos de la oposición, es un mandato popular para el entendimiento y no para que una de las mitades ponga a la otra contra la pared o la ignore. Yo, en el lugar de Nicolás, estaría trabajando en la confección de una agenda para ese diálogo que tanta falta le hace al país.

    –Ya usted le regaló a Maduro, en su artículo de El Nacional una receta para serenarse. ¿Tiene preparada otra para Capriles?

    –La receta que yo le daría a Capriles es que no se deje tentar nunca por otro camino que no sea el electoral. Le ha ido bien en esa ruta. Alcanzó una votación, que en términos prácticos casi equivale a un empate técnico, más allá, repito, de la impugnación que se introdujo ante el TSJ.

    No puede correr el riesgo de quedar entrampado en la impugnación y así parece haberlo entendido. Debe sopesar muy bien lo que significaría apostar por la desconfianza hacia el CNE. Vienen las elecciones municipales e incluso hay quienes hablan de un posible referendo revocatorio contra los diputados. La historia está llena de presidentes que supieron esperar su momento y de candidatos que perdieron el rumbo por la impaciencia.

    Lula y Caldera son buenos ejemplos de ello. Y el bando de los impacientes es demasiado extenso como para nombrarlos. Otra recetica para Henrique sería que no caiga en la tentación de pasar de líder a caudillo. Ya hemos tenido suficiente de eso. Cada día creo más en las direcciones colectivas y estoy más lejos de las soluciones mesiánicas.

    –¿No cree que el postchavismo debería empezar por escribir su propia historia y no seguir fusilando el manual del Comandante?

    –El postchavismo tiene que encontrar su propio camino, tiene que actuar en medio de la realidad que le toca vivir. El postmaoísmo lo entendió así y por eso China logró crecer económicamente hasta convertirse en la potencia que es hoy. Si no es por las reformas de Deng Xiao Ping más de 300 millones de chinos habrían sucumbido a la pobreza.

    Nicolás Maduro y el chavismo están comprometidos en la idea de no traicionar el legado de Hugo Chávez, pero tal vez la realidad los obligue a flexibilizar sus posiciones, para intentar recuperar el espacio perdido. A veces la realidad termina siendo más fuerte que las promesas y los juramentos.

    –Políticamente hablando, usted ha estado en las dos aceras ¿Cuáles méritos destaca de la gestión de Chávez y qué de bueno halla en la oposición actual?

    –El mérito de Chávez fue haber logrado convertirse en el intérprete de los deseos y aspiraciones de los sectores populares, y el haber realizado una labor social que puede ser criticada pero nunca ignorada. Y la oposición haber logrado penetrar en esos sectores populares y tener resuelto en este momento el problema del liderazgo.

    –¿Se hace buen periodismo en Venezuela, o es de quienes piensan que solo el lead, cuerpo y cola hacen la noticia?

    –El periodismo es como los restaurantes. Los hay buenos, malos, regulares. Para todos los gustos.

    –¿Cómo son los cumpleaños de los Villegas? ¿Se sacan tarjeta amarilla por hablar de política?

    –En esos cumpleaños hay de todo menos tarjetas. Eso es en el fútbol, donde los problemas se resuelven a patadas. Nosotros nos queremos mucho y además recibimos un ejemplo paterno y materno de unidad familiar, amor y aceptación por encima de las diferencias. Cuando el PCV se dividió, mi hermana Esperanza se fue para el MAS.

    Yo le decía que era la oveja naranja de la familia, y todo se quedaba en una jodedera. Hoy pasa lo mismo. Pero la mayoría de las ovejas son rojas… jejeje. Y sin embargo ni Mario ni yo hemos sido trasquilados.

    –Cómo periodista ¿cuál ha sido la noticia más triste que tenido que dar?

    –Unas cuantas. Pero informé por el twitter sobre la muerte de mi madre. Esa es la noticia más triste que he dado. Mi madre fue una mujer de una vida intensa, luchadora, trabajadora y además periodista en los tiempos más difíciles, por ejemplo en la dictadura de Pérez Jiménez mientras mi padre estaba confinado en Maroa.

    –¿Venezuela tiene arreglo o a partir de ahora seguiremos siendo el país de las dos mitades?

    –Este país de las dos mitades va a unirse y tendrá arreglo. No me cabe la menor duda.

    –Una buena noticia para este fin de semana.

    –Este periódico se va a vender como pan caliente.


    Por: ELIZABETH ARAUJO
    Politica | Opinión
    Diario TalCual
    CARACAS, domingo 12 de mayo, 2013

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