En manos del ilegítimo la
suerte de la nación..
■ La mayoría oficialista en la Asamblea Nacional ha hundido el cuchillo en el alma de la patria.
Sus ansias de mantenerse en el poder hicieron que cometieran la peor agresión que pueda sufrir la Constitución: Saber que sus preceptos quedan bajo el estrado de los pies del monarca intemperante. Es decir, una Carta Magna vuelta añicos por aquellos que juraron honrarla. Cuando alzaron las manos para perpetrar el crimen, colocaron en el ataúd los sueños de la democracia. De la mano del desaguisado legislativo nace el espiral de saqueos en las calles. Una crisis inducida por el Gobierno para encender al país y tratar de crear un clima de zozobra que evite las elecciones del próximo ocho de diciembre. Utilizan la necesidad de los pobres para hacerles creer que sus penurias son culpas del sector privado. Lo venden como responsable de sus múltiples problemas. Con ello el régimen se libra de culpa y se las endosa a factores económicos que son vistos como enemigos del proceso revolucionario. La otra parte de la estrategia es decirles a los humildes que tienen derecho a obtener los productos ya que ellos son el corazón de la revolución bolivariana. ¿Quién los aguanta con electrodomésticos de última generación a precios bajísimos?, es como la oportunidad de oro de sentirse como ricos en los ranchos rodeados de malandros. No importa si los establecimientos quiebran, ya tengo mi televisor para ver al Dr. House. Los vándalos revolucionarios escucharán decir a sus instigadores que en el mundo burgués crear el caos es una opción válida. Observamos con estupor pobladas enfebrecidas, envenenadas por un arrebato consumista que contradice los supuestos principios socialistas. Ya veremos cómo quiebran los establecimientos comerciales al tener que vender a pérdida. Crecerá el desempleo hasta niveles insospechados y la crisis se acentuará de manera dramática. Los electrodomésticos serán un trofeo manoseado, mientras el hambre campea en su estomago vacío. Allí quedará el recuerdo de acciones en donde se vulneró el derecho de empleadores llevados al sepulcro económico. Cerrarán los establecimientos comerciales y tendremos una mayor crisis en todos los órdenes. Este régimen putrefacto es la peor administración en la historia nacional. Han sembrado el odio como mecanismo para dirimir ideas a sabiendas que será muy difícil recomponer la estabilidad de la nación cuando existe una profunda división en el seno de la misma.
La aprobación de la Ley Habilitante hará que el usurpador tenga mayor poder para seguir destruyendo la patria. Quien no tiene la preparación para administrar una nación con los controles normales que genera el equilibrio de los poderes. ¿Cómo será teniendo la autorización de ley para actuar a sus anchas? Ahora seremos más dependientes de Cuba y China. El hombre sin nacionalidad definida, irá a recibir orientaciones de esos países que lo controlan de manera permanente. Por eso haberle dado una habilitante que le da facultades especiales es una locura. Asimismo acentuará nuestro secuestro por parte del comunismo internacional. El petróleo venezolano seguirá financiando aventuras de trogloditas que aspiran liquidarlo todo en nombre de un socialismo absolutamente primitivo y soez.
La nación del caos se presenta en nuestras vidas. Han colocado en el corazón del pueblo un elemento que puede arrasarnos a todos: el odio profundo. La historia humana está llena de ejemplos de sociedades que fueron enterradas por resentimiento entre sus ciudadanos. Ahora la única salida que tiene este gobierno es utilizar la necesidad para poner a pelear a pueblo contra pueblo. Ante su decadencia prueban con la receta cubana. Mientras Nicolás Maduro sigue disfrazado de presidente.
Por: ALEXANDER CAMBERO
alexandercambero@hotmail.com
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EL UNIVERSAL
miércoles 20 de noviembre de 2013
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