¿Cómo se siente hoy?
■ Faltando apenas horas para cumplir con algo tan determinante como demostrar que nos importa Venezuela…
¿le asombra el silencio? ¿prende la televisión y busca desesperadamente una imagen, una sola, de libertad y alegría? ¿se para en la puerta de su edificio, escruta los espacios vacíos que no están permitidos llenar con algo más que motos rugientes y mujeres amenazadoras y rostros de histeria y odio? ¿en qué se parece este día de hoy a los que antecedían eventos similares con banderas, caravanas, concentraciones compartidas con una pantalla compañera de luchas proyectando el esfuerzo único de cada uno y todos, motivando la participación y el entusiasmo?
No hay sino una información y es la del poder. Ella acusará y condenará, inventará y seguirá un guión de atajos, engaños y arrogancias.
Lo único que puede desmontar esta Venezuela de silencios, botas y opresión es que ratifiquemos nuestra votación y demostremos que la ignorada impugnación es cierta y justa.
Éste es el momento de poner de lado miedos y dudas, confrontaciones inútiles y titubeos. Porque solo nosotros, los venezolanos que estamos sometidos a vejaciones y abusos, los que vivimos en ultrajes y agresiones todavía tenemos sueños y derechos en esta tierra de todos. Podemos soñar con rescatarla, en deponer el militarismo infectado de rencores y servilismo, con el espíritu civil conduciendo seguro, con ideas claras y desarmados los brazos que hoy recogen venezolanos asesinados por improvisaCión y entrenamiento casi delictual para desconocer al ser humano tras el objetivo fijado por mentes enfermizas buscando eternizarse en el poder.
No somos Chile. Ni siquiera Honduras. Como declarara Vicente Dïaz, rector del CNE, ésta es la jornada electoral más ventajista que se ha realizado. ¿Y quién puede negarlo?
Sobre principios fracturados, insultos, amenazas y este muro de contención que es esta Venezuela, lo único vivo es la actitud del venezolano frente a su decisión.
Hemos llegado hasta aquí. Y no nos vamos a arrodillar frente a este horror. Lo que tenemos es que demostrarlo con nuestra cédula en mano. Cédula y voto. Esas son las armas.
¡Tenemos que salvar a Venezuela!
Por: Isa Dobles
@IsaOropeza
Politica | Opinión
Caracas, sabado 07 de Diciembre, 2013
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