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    Manuel Malaver: Mandela en las elecciones de hoy domingo



    Nelson Mandela

    “Siempre parece imposible
    hasta que se hace…”

     

    Aunque todo el mundo democrático se ha volcado a recordar y a homenajear a Nelson Mandela tan pronto se conoció la noticia de su muerte, creo que su ejemplo tiene una especial significación para los venezolanos que hoy tienen la responsabilidad de contribuir de manera decisiva en el rescate de la libertad y la democracia en un país que, pienso, hizo suya su inspirada frase: “Siempre parece imposible hasta que hace”.

    Mandela, en efecto, luchó y se impuso en condiciones increíblemente adversas a uno de los experimentos sociales más monstruosos de que tenga memoria la humanidad, como fue aquel apartheid salido de la perversidad de una minoría blanca extranjera que por dos siglos ocupó Sudáfrica, arrebatándoles a sus habitantes el derecho a ser libres, y gobernarse de acuerdo a las ideas que una mayoría de su pueblo asumiera.

    Un colonialismo, en definitiva, de la peor especie, ya que los sudafricanos no solo fueron convertidos en extranjeros en su patria, sino que las inmensas riquezas naturales que les pertenecían, les eran brutalmente saqueadas por los usurpadores y los poderes extraterritoriales que los apoyaban y protegían.

    En esas condiciones nació Mandela, un 18 de julio de 1918, y lejos de amedrentarse por el sistema de terror y opresión que ahogaba a la reprimida oposición nacional, desde muy joven se incorporó a las luchas por la libertad y la independencia que 60 años después pondrían fin al apartheid para convertir a Sudáfrica en uno de los países emergentes más democráticos, libres y equitativos del siglo XXI.

    Pero no terminó ahí el aporte de Mandela a su país, y al conjunto de la sociedad contemporánea, sino que, con una nobleza sin par, se opuso a toda retaliación, odios, resentimientos y venganzas contra cualquiera de sus conciudadanos en razón de su color, ideas políticas, y religión, y hoy, el más sureño de los países de África, es una estación de tolerancia, pluralidad, diversidad e inclusión.

    No quiero, desde ninguna perspectiva, hacer una comparación entre la Sudáfrica del apartheid y la Venezuela que lleva 15 años luchando contra un puñado de politiqueros de inspiración stalinista y castrista, totalitarios de nuevo cuño, que se camuflaron bajo una presunta vocación democrática para llegar al poder a través de un proceso electoral, y después, ir despellejando las instituciones democráticas una a una y pedazo y pedazo.

    Pero si insisto en destacar la vocación autoritaria, autocrática, personalista, intolerante y excluyente del proyecto chavista y postchavista, que los convierte en militantes de la escuela o cofradía que sostiene que la sociedad no puede marchar si una mitad, no destruye a la otra.

    Igualmente, juzgo comparables la voluntad de los sudafricanos que con Mandela a la cabeza concluyeron derrotando a la apartheid, a la de los venezolanos que, desde que se instauró la neodictadura, no han dejado un solo día de enfrentarla y luchar por su derrocamiento.

    La gesta de hoy, que se inscribe de nuevo en el ejercicio de nuestro derecho al voto para seguir avanzando hasta la victoria final, es parte esencial de esta decisión, que podrá ser boicoteada por el uso y abuso del ventajismo oficial, desestimulada con amenazas de fraude para favorecer la abstención e, incluso, con señales de que no se reconocerán los resultados, pero sin que ello incida en que mayoritariamente los electores de la oposición le den su aporte a una batalla que es de todos.

    Y que transcurre en un contexto en el cual, a la más profunda crisis económica sufrida por el país en el siglo pasado y el actual, se une el asalto a los poderes del Estado de una camarilla de civiles y militares corruptos, ligados a las mafias políticas y la delincuencia organizada internacional y que, como otros de sus congéneres, agitan las banderas de la revolución y el socialismo para granjearse algún tipo de legitimación popular.

    Objetivo que se ha vuelto cada día más inalcanzable, puesto que, las pruebas de la catástrofe nacional están a la vista y la sufren todos los venezolanos y no hay engañifa que evite conocer cuáles son las políticas y los autores de semejante desastre.

    Ayer fue el teniente coronel, Hugo Chávez, quien en su delirio decimonónico por ser el primer dictador vitalicio del país, mientras fungía de líder de una revolución colectivista nacional y continental, dilapidó los ingresos del último ciclo alcista de los precios del crudo (2004-2008) dejando las finanzas públicas prácticamente que en la carraplana.

    Ha sido la herencia que ha recibido de su antecesor, el ex activista sindical, Nicolás Maduro, contaminado, al igual que Chávez, de gestos y verborrea marxista, sostenido por una claque de militares que operan casi en el anonimato y son una suerte de avanzada de la ocupación cubana, que tal como ocurrió en Sudáfrica con la minoría blanca racista, se han apropiado de nuestras riquezas, dirigen la política y diseñan los programas de represión y exclusión de la oposición democrática.

    De modo que, la batalla que hoy se expresará en la decisión mayoritaria de los venezolanos de votar contra Maduro, la ocupación cubana, y un sistema autoritario que se cubre de falsa palabrería socialista, tiene igualmente un contenido anticolonialista y de liberación, porque hay unos extranjeros que expulsar del país y un rescate de la libertad, la soberanía, la democracia y la dignidad nacionales traicionadas por unos títeres a los cuales no cabe otro calificativo que el de cipayos.

    Y frente a los cuales, no es solo que la Venezuela democrática no va a rendirse, sino que pondrá en juego todo su coraje, valentía, y dignidad para que el país vuelva a hacer el centro de la libertad y la democracia en América Latina y el mundo.

    Tal como lo logró Mandela y el pueblo de Sudáfrica en su lucha contra el apartheid y para los cuales las dificultades no fueron sino estímulos para que la luz de la independencia alumbrará con su mejor brillo.

    Ya lo había dicho el Madiba:

    “Siempre parece imposible hasta que se hace”.


    Por: Manuel Malaver
    @MMalaverM
    Politica | Opinión
    Domingo 08 de diciembre, del 2013




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