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    SOCIEDAD: El auxilio que se pidió por Twitter



    La doctora Alida Yépez publicó un tuit de emergencia: una niña llegó sola y herida de bala al hospital. Las redes sociales dieron detalles sobre el asesinato de Spear y Berry.
    La doctora Alida Yépez publicó un tuit de emergencia: una niña llegó sola y herida de bala al hospital. Las redes sociales dieron detalles sobre el asesinato de Spear y Berry.

    Un SOS de 140 caracteres

     

    La web también es un módulo de auxilio, aunque la privacidad se convierta en un valor frágil.

    El primer mensaje pidiendo ayuda para Maya Berry ­hija de Mónica Spear y Thomas Berry- y el primero confirmando el buen estado de salud de la niña fueron publicados en las redes sociales.

    En menos de un día la cuenta en Twitter de la doctora Alida Yépez creció más de 1.000 seguidores. El 7 de enero publicó un tuit de emergencia: había llegado una niña herida, de 5 años de edad, al Hospital de Adolfo Prince Lara de Puerto Cabello donde trabaja como médico residente de Pediatría.

    No iba acompañada por un familiar, estaba sola y aturdida.

    Después, publicó otros mensajes dando más detalles: el nombre de ella, de su mamá y, escuetamente, su estado clínico. Los mensajes, que ya han sido mencionados con profusión esta semana, fueron la primera señal pública de una noticia que traería consecuencias en el biorritmo del país y hasta en las tácticas de su conducción política: el asesinato de la ex Miss Venezuela y actriz Mónica Spear y de su ex esposo, Thomas Berry, delante de la niña que la doctora Yépez recibió el 6 de enero en la noche.

    El 8 de enero, Daniel Spear, tío de la actriz, publicó la primera imagen que daba fe de vida de la niña en su cuenta en Facebook. “Mi sobrina Maya fuera de peligro”, decía la fotoleyenda que acompañaba a una sonrisa de dientes pequeños. Las dos noticias más relevantes sobre la condición de la única sobreviviente del doble crimen habían sido conocidas a través de las redes sociales.

    En twitter la doctora fue "acusada" de buscar publicidad con la noticia.
    En twitter la doctora fue “acusada” de buscar publicidad con la noticia.

    Alida Yépez quería pedir ayuda. Solo eso. Pero no fue solo eso. Además del crecimiento vertiginoso de seguidores ­a los 3 días del suceso la cuenta @ draalida sumaba más de 2.500 seguidores-, la pediatra fue perseguida por el juicio express de los fiscales del teclado. “¿Qué médico con ética profesional publica por Twitter el estado de sus pacientes? Sólo por buscar publicidad. ¡Por Dios!”, reclamó en su cuenta Diana De Oliveira. La mayoría, sin embargo, fue más conciliadora.”Mis respetos, la doctora hizo muy bien en utilizar la red social para informar.

    Supo darle utilidad a esta herramienta”, escribió el usuario JJGG. Ella reaccionó en la misma plataforma. Primero, con tranquilidad: “Buenas noches. Es bueno saber que la labor de todo mi equipo fue reconocida, a quien le parezca poco ético lo que hice, se nota que no ha trabajado en nuestro medio hospitalario. Pido disculpas si fue un error hacerlo. La fama que busco es que mis pacientes sanen”.

    Después, con menos paciencia: “Por favor, no me pidan mas información. Y sí considero tener mi ética intacta, no soy ninguna artista, soy un médico 100% venezolano”.


    Hacer el bien:

    Yépez relató a este diario que Maya Berry fue llevada al hospital por la policía de Carabobo. Ya los canales institucionales para contactar a los familiares de la niña estaban activados. Sin embargo, la doctora tomó la decisión de buscar auxilio por las redes sociales. “El papel del médico es, primero, que se cumpla la atención al paciente y, luego, tratar de conseguir a los familiares a través de las autoridades del hospital y del Ministerio de Salud, máxime si, como en este caso, parecía que era una situación delictiva. No sé decir si el uso de las redes sociales son las ideales para estos casos, sin embargo, no me parece una falta a la ética de la doctora, sino un modo de búsqueda de familiares. No tienen por qué acusarla, pero eso no le correspondía exactamente a ella sino a las autoridades del hospital”, señala el doctor Alfredo Castillo Valery, del Centro Nacional de Bioética.

    Juan Carlos Carreño, psicólogo y profesor de Psicología de las Redes Sociales de la UCAB, cree que cada situación debe evaluarse por separado y que es un tema en el que todo está por definirse. “Es importantísimo que esa discusión tenga como directriz central el principio básico de no hacer daño, que está dentro de la normativa hipocrática. Incluso, antes de ayudar, piensa en no hacer daño. Trata, como profesional, de ver si lo que vas a hacer puede terminar potencialmente haciendo más daños que beneficios. Al final, no tendremos un libro, sino cada profesional tendrá que incluir en su proceso de desarrollo de competencias saber decidir dependiendo de las circunstancias. ¿Qué perdía publicando esa información? El derecho a la privacidad. ¿Qué ganaba? La posibilidad de encontrar a los familiares”.

    Las redes sociales son una condición cultural ineludible.

    Normarlas es como intentar normar el duelo o la euforia.

    El propio hermano de Spear, Ricardo, puso en su timeline una invitación al velorio y al entierro que llega al infinito: “Están todos invitados. Libres de compartir este momento con nosotros”. Todos y libres podían ir al cementerio de La Guairita, donde no había espacio para tanta libertad, como suele suceder en el mundo 1.0.

    “El tema central es cómo nos vamos a adaptar a las redes sociales, porque no hay todavía unas reglas claras. En esta primera etapa es una buena noticia que todavía no haya reglas, porque aunque puede sonar peligroso, estas deben surgir de la discusión y el uso. Los cuerpos colegiados de médicos y psicólogos, por ejemplo, pueden unirse al debate de las ventajas y desventajas del uso de las tecnologías de la información, que van volando y nosotros no vamos tan rápido”, recalca Carreño.


    Por: Laura Helene Castillo
    Lcastillo@el-nacional.com
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    domingo, 12 de enero de 2014

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