El esbirrerío del chavismo:
“La vejación sexual..“
■ La sevicia demostrada por las fuerzas represivas ha horrorizado a la sociedad.
Cierta parte de la población ha optado por no ver lo que tiene delante o por culpar a las víctimas de la crueldad de sus verdugos. Y no falta quien, al sentirse rebasado por las atrocidades, tienda a exculpar a los perpetradores de violaciones de derechos humanos, diciendo que en Venezuela no se veía tal ensañamiento y que, de seguro, son los cubanos que Chávez instaló en las instituciones quienes masacran venezolanos, torturan estudiantes, persiguen a los disidentes y entran a los edificios a saquear apartamentos con la amenaza de que si no abren la puerta las derribarán y quemarán vivos a quienes estén adentro (como hicieron en la urbanización Palaima, Maracaibo).
El informe de Amnistía Internacional (AI), presentado este martes en Madrid, con el título “Venezuela Los derechos humanos en riesgo en medio de protestas” despeja toda duda con respecto a la violencia que castiga al país; y a la participación de las “fuerzas del orden” en connivencia con los escuadrones de la muerte financiados por el Gobierno.
-Amnistiía Internacional -dice el dossier- ha recibido decenas de denuncias de torturas y otros tratos crueles inhumanos y degradantes por parte de oficiales de las fuerzas del orden contra detenidos [que] parecerían tener como objeto castigarlos por su participación, o supuesta participación, en las protestas.
“Entre las denuncias recibidas, se incluyen casos de palizas por parte de funcionarios de las fuerzas del orden, con puños, patadas y objetos contundentes, como cascos, incluso cuando la persona se encontraba restringida en el suelo en el momento de la detención. Asimismo, se han recibido denuncias de detenidos a los que se habría obligado a permanecer de rodillas o en pie durante largas horas en los centros de detención, abusos o amenazas de violación contra jóvenes detenidos. Entre las denuncias recibidas se incluyen además casos de amenazas de muerte, incluido un caso en el que se habría rociado de gasolina a un joven”.
La ignominiosa relación documenta casos conocidos y otros menos divulgados, como el de Daniel Quintero, estudiante de 21 años, detenido en Maracaibo tras participar en una manifestación contra el Gobierno el 21 de febrero. Este bachiller habló a AI de las torturas a que lo sometió la GNB. ‘Lo primero que recibí fue patadas en la cara, golpes en la cara, patadas en las costillas, cachazos en la frente. Les decía que me dejaran y me insultaban: ‘cállate maldito, cállate, móntate en la moto y me seguían golpeando’, contó Daniel. En motocicleta, lo llevaron a un vehículo blindado donde se turnaron para golpearle. ‘El piloto de la tanqueta me dio latigazos con una especie de cuero en el hombro izquierdo. El copiloto daba media vuelta y me daba golpes con la escopeta en la frente. Un funcionario encendió su celular en forma de video y se lo pasó a un amigo y se me colocó encima a hacer movimientos sexuales obscenos, me rozaban las piernas con los rifles, así como tocándome, me dijeron: ‘ay, se afeita las piernas, te van a violar en el Marite, y si te violan te van a matar también’.”
El informe está en Internet. Allí puede verse hasta dónde llegó la monstruosidad contra Daniel Quintero, esposado por 9 horas en un calabozo, en ropa interior, sin poder dormir y constantemente bajo la amenaza que parece constituir la obsesión del esbirrerío del chavismo: la vejación sexual.
El informe de AI no menciona las palabras: cubano, Cuba, extranjero. Ninguna de las víctimas ni sus familiares supone o da a entender que los crímenes fueron cometidos por no venezolanos, digamos así.
Insisto en este hecho, no por creer que los cubanos estén exentos de culpa en los desafueros de las últimas semanas (están aquí para sostener al régimen aplicando en Venezuela los métodos brutales que han administrado en la isla), sino para detonar desde ahora esa tendencia a atribuir todos los yerros y crímenes del chavismo a los cubanos, exonerando, de paso, al propio Chávez, a Maduro y a los otros perpetradores.
Ya la especie ha comenzado a extenderse, quizá como adelanto de lo que vendrá después… cuando se pretenda atribuir todas las arbitrariedades a los cubanos ya en desbandada.
Desde ahora lo decimos: las tropelías certificadas por AI y las que faltan por acreditar, esas no son cubanas. Los responsables están entre nosotros, son venezolanos y no deben tener coartadas.
Desde luego, los cubanos tienen también sus expedientes.
*Milagros Socorro; Periodista y escritora venezolana, su obra va de la narrativa breve, pasando por la literatura testimonial, a la novela. Premio Nacional de Periodismo y columnista de El Nacional.
Por: Milagros Socorro*
@MilagrosSocorro
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Politica | Opinión
Caracas, viernes 24 de enero, 2014
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