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    HomeVenezuelaSEBASTIANA BARRÁEZ: La batalla de los periodistas en Táchira

    SEBASTIANA BARRÁEZ: La batalla de los periodistas en Táchira



    Un grupo de comunicadores y directivos del CNP Táchira caminaron hasta la Defensoría del Pueblo por el respeto al ejercicio del periodismo .
    Un grupo de comunicadores y directivos del CNP Táchira caminaron hasta la Defensoría del Pueblo por el respeto al ejercicio del periodismo .

    Sebastiana sin Secretos


     

    REPORTEROS. Lo peor de ejercer el periodismo en Táchira siempre fue la presión de los políticos. Los adecos, menos que los copeyanos, eran demasiado susceptibles y delicados. Ah como usaban el poder. Y con el chavismo se repite esa historia. Los más osados íbamos a lo más recóndito de la frontera para oír a las comunidades y la vivencia con los peligrosos grupos irregulares y armados. Había un cierto silencio sobre esos temas espinosos. Por lo demás, el periodismo era más bien aburrido, la gente muy gentil y en un estado, donde todos nos conocemos, era difícil pasar desapercibido. Pero estos dos últimos meses han sido un posgrado de corresponsales de guerra para los periodistas tachirenses. Han debido sortear la agresión personal, cuando la ciudad de la cordialidad y ciudades adyacentes han librado duras y desiguales batallas. El ministro Rodríguez Torres y el gobernador Vielma Mora dicen, casi como una letanía, que tras las protestas lo que hay son paramilitares y terroristas. Ya hay un botín de guerra: un supuesto narco buscado por Interpol y quien estaría guarimbeando. Hay periodistas amenazados personalmente. O por teléfono. Otros por twiter. “Sabemos que tus hijos estudian en X escuela”. “Sabemos que tu esposo trabaja en X empresa”. “¿No es cierto que tu esposa se pinta las uñas en tal peluquería?”. El Ministerio Público no ha dado con ningún culpable aún. Ah, los únicos presos fueron unos twitteros porque habrían dicho cosas feas contra la esposa del gobernador. Ante un juez fueron presentados dos vecinos por retuitear mensajes contra la primera dama. A la periodista Anggy Polanco un policía Nacional le apuntó con un arma en la cabeza. Blanca Castejón de RNV amenazada por twitter por “ser una sapa cubana”. Las sedes de La Nación, TRT y VTV han sido atacadas. Periodistas del Diario La Nación ha sido amenazada por directores de la gobernación desde cuentas personales y oficiales. A Armando Hernández y Lorena Bornacelly lo amenazaron con lincharlos si no se retiraban de la zona. Y así decenas de casos. En Táchira el Foro Penal ha revelado que hay 22 privados de libertad por las protestas. ¿Y los periodistas? Ya aprendieron a usar cascos, chalecos antibalas, máscaras antigas, han visto por primera vez un arma de guerra, aviones sukhoi y helicópteros. Todo un curso en la vida real.

    BOSCÁN. Alexánder es periodista de televisión en Táchira. “La Av. Ferrero Tamayo, fue tomada por la GN y la Policía; una periodista del Diario Los Andes registra lo que pasa y es amenazada”. Se queja de que la fuente oficial está cerrada. “Ha sido muy difícil decir que la GN hable del balance y de las acciones a seguir. Al gobernador es difícil conseguirlo”. Confiesa que el abuso de poder de las autoridades es inaceptable. “Si te ven en la calle te gritan: qué haces aquí, vete a tu casa”. Destaca Boscán que los guardias que no son andinos, dudan antes de agredir. “Llegó un contingente de guardias de afuera que actúa distinto: parten vidrios, destrozan carros, se meten a la fuerza”. Supone que es porque no tienen apego por la región. “Pude presenciar en la avenida principal de Pueblo Nuevo cómo un GN le decía, a una señora de unos 60 años: ven, put…ven”. Narra cómo el día de una protesta frente a la Gobernación fue interceptado por 5 o 6 motos. “El guardia me obligó a irme”. Hay GN que se tapan las caras. “Aquí en San Cristóbal, es muy frecuente verlos encapuchados”. Niega haber escuchado a alguno de los uniformados con acento extranjero. Sobre los “colectivos” asegura que siempre andan entre 15 0 20 motorizados en pareja. “Se les ve por Genaro Méndez, Barrio Sucre, Santa Teresa”. Le insisto que me diga si ha visto gente extraña o a paramilitares entre los manifestantes. “No, no. Lo que he podido ver en las barricadas es a vecinos, muchachos que uno sabe que son estudiantes, muchachos que se criaron con uno. Si son paramilitares lo tienen muy escondido, porque yo no he visto nada de eso”. A veces ha aparecido alguien armado o con historia, pero los estudiantes los sacan de su grupo. “Si un paramilitar va a actuar, no es tirando piedras o molotov, como lo hacen los estudiantes”. Confirma lo dicho por otros periodistas: “Los políticos han perdido espacio, porque los estudiantes los han corrido diciéndoles que la protesta es de ellos y no de políticos”.

    AGREDIDA. Blanca Rodríguez es periodista. El domingo pasado unos funcionarios de la Guardia la agredieron verbalmente. Gracias a la actuación de los vecinos logró huir cuando los militares se le vinieron encima a quitarle su instrumento de trabajo. “Como ciudadana me siento insegura –dice- y siento que mis hijos tampoco tienen seguridad. Con tanta fuerza militar en la calle, en lugar de sentirnos seguros, estamos más inseguros. Hay helicópteros que sobrevuelan todo el día a muy baja velocidad”. ¿Blanca, qué ha causado eso en la gente? “Ah, está asustada, indignada. A todos nos tratan como paramilitares. Nos revisan el carro, los celulares, las carteras, parece que estamos bajo sospecha. Yo trabajo como periodista en la alcaldía de San Cristóbal y salimos en una inspección al Terminal de Pasajeros para constatar su funcionamiento; llegaron unos 120 militares. Al vernos con las cámaras el jefe del grupo que estaba ahí de la Guardia Nacional dijo: ‘a esos no les declaren porque son guarimberos’.  La ciudad está militarizada. En todas las avenidas hay militares; algunos de ellos están con fúsil en mano, son armas de guerra”.

    AJENO. Fue el escapulario con el que se lució la gobernadora del estado Falcón. La historia es así: el Instituto de Vialidad y Transporte del municipio Carirubana hizo posible que Punto Fijo adquiriera una serie de autobuses para el transporte público. Fue un arduo trabajo de trámites, conversaciones y diseño de rutas. Además, la alcaldía aceleró todos los créditos. Esos autobuses se compraron con dinero de la alcaldía y de Fontur. La gobernadora estaba en Caracas y se fue en avión privado para ser ella quien apareciera entregando los autobuses. ¿La excusa? Dizque así lo ordenó el presidente Nicolás Maduro y se haría un pase de transmisión, pero con ella. No sólo que la gobernadora se lució con una obra que no es suya, sino que además ordenaron colocarle a los autobuses una publicidad que dice: gobierno del estado Falcón. Esos vedetismos no son nuevos.

    CERNUDA. Es Luis, el poeta español que murió en 1963 a los 61 años de edad. Un día escribió: “¿Mi tierra?/ Mi tierra eres tú./ ¿Mi gente?/ Mi gente eres tú./ El destierro y la muerte/ para mi están adonde/ no estés tú./  ¿Y mi vida?/ Dime, mi vida,/ ¿qué es, sino eres tú?”

    En la notaría IV de Barquisimeto habrían detectado una notaría paralela.

    El capitán Bolívar confesó que mato a Adriana Urquiola “sin culpa”. Lo liberó Min-Prisiones.

    ¿Por qué estaba libre y tenía credencial.

    GUSTAVO. Es Rodríguez, el actor. Con él, pierde Venezuela uno de los más destacados actores. Escribo con mucha tristeza esta nota, que debí escribir antes, desde que supe que tenía cáncer de pulmón, pero la vorágine del conflicto diario en el país, hizo que la fuera posponiendo. Ahora ingratamente me sorprende su muerte. Conocí a Gustavo en San Cristóbal, hace años. Yo cubría la fuente cultural y asistía a los eventos, hacía notas de críticas sobre cada uno. Admiré su talento y la pulcritud de su trabajo. Ese hombre era excepcional en las tablas. Vivía con tanta pasión cada momento ante su público, que luego se colocaba frente a él y disfrutaba los aplausos como una cascada que le caía en tumultos y los recibía con cierta irreverencia de quien está seguro de merecerlos. Cada vez que fue al Táchira nos veíamos y nos dispensábamos unos minutos. Nos comunicábamos por teléfono. Distanciamos los encuentros y las llamadas. A veces me enviaba saludos con un hermano que es actor. Era un ser de gran calidad humana. Eso sí, sobre el escenario era perfeccionista. Y cada vez lo hacía mejor; en eso no tenía rival. No me cabe duda que hemos perdido a un señor de la actuación. Adiós mi querido Gustavo. Por siempre en mi corazón.

    *Sebastiana Barráez, Periodista del Semanario Quinto Día, egresada de la Universidad de Los Andes como licenciada en Comunicación Social. Ex jefe de prensa de la comisión de Finanzas del Senado. Con amplio conocimiento de la fuente militar y de fronteras. Publicaciones en varios medios de Venezuela y el extranjero. Conferencista en eventos nacionales e internacionales.

    Por: SEBASTIANA BARRÁEZ
    barraezperezsebastiana@yahoo.com
    @SebastianaB
    POLÍTICA | OPINIÓN
    OFICIALISMO | PSUV
    CIUDAD | TÁCHIRA/ZULIA
    domingo 28 de febrero, 2014

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