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    BBC: Venezuela la paradoja de vivir con el dólar paralelo disparado


    DIVISAS, Venezuela la paradoja de vivir con el dólar paralelo disparado

    Venezuela en agonía…

     

    Para salir de compras en Venezuela hay que estar al tanto de las noticias económicas del día.

    Interpretar el costo de las cosas en Venezuela es como leer un texto religioso: cualquier análisis depende de quién lo haga.

    El desgaste político de Maduro podría acelerar el desmoronamiento de su gobierno y abrir las puertas a una reestructuración de la oposición interna, según fuentes consultadas.

    La crisis económica, el creciente descontento popular sobre la gestión del presidente venezolano Nicolás Maduro y el fortalecimiento de la represión están abriendo más grietas de las que ya se creía en las filas del ‘chavismo’.

    Caracas.- Una botella de agua de litro y medio, por ejemplo, cuesta 15 bolívares, una cifra que puede equivaler a US$2,3, US$1,3, US$0,3 o US$0,08, según la tasa de cambio que se use (hay tres oficiales y una paralela o extraoficial).

    Durante los últimos dos meses, la tasa del dólar libre del mercado negro se ha disparado, llegando a ser 28 veces más alta que la tasa oficial más baja.

    Desde entonces lo primero que hacen los venezolanos cuando se levantan es mirar si el paralelo bajó o sigue disparado: piensan, se preguntan, especulan sobre si deben cambiar, esperar o guardar sus bolívares. Saben que los dólares son un refugio ante el vaivén cambiario.

    Otro ejemplo: una hamburguesa Big Mac en McDonald’s cuesta 245 bolívares, que puede ser entre US$38 y US$1,4. Pero mañana, por la continua devaluación, puede que cueste US$1,2.

    Y si se lleva esto a la macroeconomía -a las importaciones, las inversiones o las compras de un apartamento, un carro o un seguro-, paliar con este embrollo es un trabajo de tiempo completo.

    Quizá este dato le ayude al confundido a esclarecer el asunto: el billete de mayor denominación en Venezuela, el de 100 bolívares, vale menos de un dólar, a la tasa paralela.

    La abismal diferencia entre el oficial y el paralelo afecta a unas personas y beneficia a otras, pero deja claro que, ahora más que nunca, Venezuela puede ser un país caro -carísimo- y barato -baratísimo- al mismo tiempo.

    Añádase a la ecuación una de las inflaciones más altas del mundo, precios regulados de ciertos productos y una economía importadora y dependiente del petróleo, que con la caída de su precio ha significado menos ingreso de divisas para Venezuela.

    Delincuentes destrozaron cajero en San Martín, Caracas, Venezuela

    Muchos venezolanos escogen la opción “otros montos” cuando van al cajero; la posibilidad de mayor cantidad
    es apenas 600 bolívares. (foto: Delincuentes destrozaron cajero en San Martín, Caracas, Venezuela).

    Por qué hay mercado negro:

    Desde que el presidente Hugo Chávez instauró el control de cambio en 2003, además de las divisas oficiales que los venezolanos le compran al Estado existe un mercado paralelo de divisas.

    La tasa oficial ha sido devaluada seis veces desde entonces, y hoy los venezolanos cuentan con tres tipos de cambio oficial -Cencoex (6,3 bolívares por dólar), Sicad I (10,5) y Sicad II (49)- que se adjudican dependiendo de si se trata de medicinas y alimentos, manufactura o turismo, entre otras.

    Aunque en cualquier país hay demanda de divisas, Venezuela tiene algo de especial: es un país que importa la gran mayoría de lo que consume(hasta el 70%, sólo en el sector de alimentos, según la Confederación de Productores Agropecuarios).

    “Si bien hemos visto una caída en la liquidación de divisas, la madre de los desequilibrios es el déficit fiscal del sector público financiado con la impresión de bolívares”, le dice a BBC Mundo Jessica Grisanti, de la consultora Ecoanalítica.

    El gobierno central, afirma la economista, ha mantenido su gasto público con billetes impresos por el Banco Central que no están respaldados por reservas en divisas.

    “Y esto presiona los precios con mayor demanda y, a falta de dólares oficiales, permite que la gente esté dispuesta a pagar precios altos por los dólares negros”, dice Grisanti.

    Es imposible saber, exactamente, cuántos dólares se cambian en el mercado negro.

    Según cifras oficiales, en el primer semestre de 2014 se asignaron US$6.635 millones para importaciones y se registraron US$17.351 millones en importaciones no petroleras. Es decir: 40% de las importaciones fueron con dólares oficiales.

    Y el 60%, asumen los observadores, se hace con dólares negros.

    No obstante, el presidente Maduro dijo el lunes que el 99% de las importaciones es con dólares oficiales.

    “El dólar paralelo en la realidad económica venezolana no existe, que nos lo quieren imponer como instrumento de guerra financiera, monetaria, psicológica, política”, aseguró Maduro.

    Una guerra, dijo, que busca “desestabilizar al país” y “generar una hambruna”.

    Lea también: ¿Cómo y quiénes calculan el dólar paralelo en Venezuela?.

    Por qué el repunte:

    La disparada del dólar paralelo tiene varias causas: alto endeudamiento público, reducción del ingreso petrolero y una sensación de incertidumbre política y económica.

    Asimismo, diciembre suele ser una época de alta demanda de dólares y mucha liquidez monetaria, impulsada por los aguinaldos de fin de año.

    “Pero además cuando el dólar paralelo está disparado aparecen dos sujetos que no suelen cambiar en este mercado”, le dice a BBC Mundo un cambista ilegal.

    “Aparecen los nerviosos, que cambian porque no saben qué va a pasar y quieren proteger sus ahorros, y los especuladores, que hacen negocio cuando el dólar sube cada día”, explica.
    Les perjudicados

    La mayoría de los venezolanos se ven afectados por el aumento del dólar paralelo, porque con ello suben los precios y los bolívares pierden valor.

    Luis Correa* es uno de los afectados: fue despedido de una importante compañía privada y quiso cambiar su liquidación antes de que siguiera perdiendo valor.

    Tras 15 años empleado, recibió 750 mil bolívares, lo que para muchos venezolanos es una fortuna: 153 salarios mínimos mensuales.

    El Sicad II, que le podría transformar su liquidación en US$15.000, no le respondió su solicitud de dólares, así que cambió al negro, y obtuvo US$8.000.

    Jimena Marroquín* lleva cinco años importando muebles, pero desde que el dólar se disparó, dejó de hacerlo y vende lo que consigue comprar en bolívares.

    “El problema cuando estás importando con dólares paralelos es que no sabes qué precio final poner a los productos, porque lo más probable es que cuando vayas a reponer el inventario los dólares estén más caros”, explica.

    Compro la TV hoy, mañana o dentro de un mes

    “¿Compro la TV hoy, mañana o dentro de un mes?”, se pregunta
    el venezolano en medio de la volatilidad económica.

    Los beneficiados:

    Sin embargo, no son pocos los que se benefician de la subida del paralelo: los que ganan en dólares, los que tienen depósitos afuera o reciben plata de sus familiares y, claro, los cambistas.

    Tal es el caso Virginia Alfaro*, que visitó Caracas hace unos días desde Argentina.

    Se quedó en un hotel de lujo, donde la noche cuesta 16.000 bolívares, lo que equivale a tres salarios mínimos mensuales.

    La noche en el hotel pudo haberle costado a Alfaro US$2.500, pero al comprar bolívares en el paralelo pagó US$94. Comió en restaurantes finos, hizo compras de ropa y anduvo en taxi privado todo el tiempo.

    No se gastó más de US$1.000 en una semana.

    En 12 años de control cambiario, hay sectores como los bienes raíces o el turismo que se han dolarizado parcialmente en busca de estabilidad.

    Por ejemplo, para salir de Venezuela en avión hay dos opciones: o pagar en dólares a una aerolínea internacional un boleto que va de US$500 a US$15.000, dependiendo del destino, o viajar con una de las aerolíneas nacionales, a las que se paga en bolívares pero cuya oferta es más limitada y por tanto los cupos son más difíciles de conseguir.

    Los billetes de baja denominación solo pueden comprar los productos regulados.

    “Los billetes de baja denominación solo pueden comprar los productos regulados.

    “Foco de corrupción”

    Comprar dólares oficiales y después venderlos al negro para después volver a empezar es un negocio que puede tener hasta 1.000% de rentabilidad.

    Aquellos “vivos” se conocen en Venezuela como los “bolichicos”: personas que tienen contactos en las entidades de asignación o que, con una empresa fantasma, solicitan divisas para una operación que no hacen.

    El ex ministro de Planificación de Chávez Jorge Giordani, quien tras su salida del gobierno en junio escribió una dura carta en contra de Maduro, admitió que el control de cambio -del cual fue artífice y defensor- había sido un “foco de corrupción”.

    Según varias denuncias -entre ellas una de la expresidenta del Banco Central, Edmée Betancourt-, se perdieron US$20.000 millones de dólares solo en 2012 a través del control de cambio.

    Los beneficiados de esas operaciones ilegales son conocidos en Venezuela como los “nuevos ricos”.

    Aunque también están los “nuevos pobres”, esos que con la inflación y la devaluación del bolívar han visto como su poder adquisitivo y sus ahorros son cada vez menores.

    Es por eso que los precios de las cosas en Venezuela, más que en cualquier parte, dependen de cómo se miren.

    Venezuela en agonía:

    La incapacidad de Maduro para impulsar el aparato económico de su país y el deterioro de las condiciones de vida de la mayoría de venezolanos son otros dos ingredientes que complican aún más el agitado escenario político en ese país latinoamericano al cierre del 2014. Para muchos exiliados venezolanos, radicados en Tampa y Miami, los ‘vacíos’ que aquejan al gobierno de Maduro para solucionar los problemas más graves del país se traducen a una crisis de mando que derivará, más temprano que tarde, en una ruptura del grupo de poder, de acuerdo con expertos familiarizados con el tema.

    “Se espera que la situación continúe agravándose porque no es una administración de gobierno en la que se pueda descifrar algún tipo de mejoría; todo lo contrario, hay una caída en picada, especialmente en el manejo económico”, dijo Carlos Escalante, director del Centro Interamericano de Gerencia Política, un grupo de análisis radicado en Miami.

    En materia de gestión de gobierno, Escalante añadió que Maduro no ha sido capaz de poner sobre el terreno una fórmula que acabe con el desabastecimiento de productos básicos o al menos frene el avance de los índices inflacionarios. Una gestión gubernamental que apunte a ser exitosa debe necesariamente ordenar un proceso de transparencia sobre el estado de la economía, puntualizó Escalante.

    La inflación venezolana no solo ha pulverizado el presupuesto de las familias sino ha hecho más dependiente a su economía.

    Venezuela tiene que importar más del 80% de lo que consume al tiempo que debe lidiar con una moneda nacional sin respaldo, el bolívar. La tasa de cambio en el mercado paralelo podría alcanzar en las próximas tres semanas 200 bolívares por dólar.

    Los precios internacionales del petróleo han pasado a ser otro dolor de cabeza para el gobierno de Maduro. Las cotizaciones cayeron estrepitosamente desde junio, aproximadamente un 35%. Venezuela tiene una de las mayores reservas petroleras del mundo y obtiene de la venta del crudo 96% de sus ingresos. La caída de los precios llega en un momento particularmente sensible para las arcas venezolanas y a la sombra de una hiperinflación.

    En noviembre, el presidente del principal gremio venezolano de comerciantes (Fedecámaras), Jorge Roig, aseguró que ve posible que la inflación en 2015 alcance el 120%.

    “Una devaluación masiva sería quizás la única solución pero ellos (el gobierno venezolano) están en contra de eso. No lo van a hacer así que continuará el desabastecimiento. Es un manejo de la economía de kindergarten”, dijo Jorge Salazar Carrillo, profesor de Economía de la Universidad Internacional de la Florida.

    Salazar indicó que el gobierno de Maduro se encuentra en una parálisis económica y política que lo enfrenta a la posibilidad de hacer ajustes a sus programas de inclusión social, uno de los escudos del chavismo.

    “No le veo ninguna salida a la crisis de Maduro. Por eso se entiende que su nivel de popularidad esté por debajo del 30%”, dijo Salazar. “Cuando explote el sistema venezolano se irán con él otros sistemas de gobierno que se alimentan del petróleo barato, como Bolivia y Cuba”.

    La crisis económica y la falta de empuje del gobierno para mejorar la situación ha agudizado en meses recientes el desabastecimiento de productos de la canasta básica y otros problemas que tocan fondo al ciudadano de a pie, como la delincuencia callejera, el deterioro de espacios públicos y la corrupción.

    La inseguridad es percibida por los venezolanos como uno de los grandes problemas que afectan al país. Venezuela registra una de las tasas más altas de homicidios. Un documento analítico de la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito, en base a datos del 2012, puso a Venezuela como el segundo país con la mayor tasa de homicios (detrás de Honduras), con 53.7 asesinatos intencionales por cada 100,000 habitantes.

    El deterioro de la situación interna con Maduro ha hecho revivir el liderazgo estudiantil y reconfigurar a la oposición interna venezolana, los partidos políticos y sus abanderados. La respuesta del gobierno: cero tolerancia contra las voces disidentes.

    El caso más reciente de represión política tocó a la diputada opositora María Corina Machado. Su escaño en la Asamblea Nacional fue suspendido arbitrariamente y sin ningún tipo de base legal por el presidente de esa entidad, Diosdado Cabello.

    Machado fue despojada de su investidura como diputada después de que intentó participar en una sesión de la Organización de Estados Americanos (OEA) como parte de la representación de Panamá para denunciar la situación de vulneración de los derechos humanos que, asegura, vive el país suramericano.

    La ex diputada opositora fue citada recientemente en calidad de imputada por la Fiscalía venezolana por su supuesta implicación en un “plan magnicida” para acabar con la vida del presidente Maduro, alegadamente descubierto a finales de mayo pasado.

    El juicio ha sido calificado de ‘farsa’ por grupos que velan por los derechos humanos y organismos internacionales, como Human Rights Watch.

    El agotamiento en la cúpula del poder también está minando la confianza de sectores militares que se sumaron a las Fuerzas Armadas junto con la llegada de Hugo Chávez al gobierno, según militares exiliados en Estados Unidos.

    Chávez, líder de la llamada revolución bolivariana, falleció el 5 de marzo de 2013 en Caracas después de batallar durante 20 meses contra un cáncer en la zona abdominal del que nunca se conocieron mayores detalles.

    Uno de estos ex militares y férreos críticos del gobierno venezolano es el coronel Julio Rodríguez. En entrevista con BBC, Rodríguez dijo que el resentimiento en diferentes niveles de las Fuerzas Armadas está aumentando con la misma intensidad que ha hecho avivar el descontento general en las calles venezolanas.

    “Están liquidando a estos estratos en las Fuerzas Armadas desde el punto de vista moral. Hablamos de oficiales y graduados que se formaron dentro de este sistema de gobierno chavista”, precisó Rodríguez, quien fue magistrado en la Corte Marcial venezolana de 1989 a 1993. “Este agotamiento e incomodidad nos sorprende porque cualquiera pensaría que esos militares son los más fieles a la causa de la revolución bolivariana”.

    Según Rodríguez, asuntos de interés público como la corrupción en las instituciones militares y de gobierno, la violación de derechos humanos y el hostigamiento contra las fuerzas opositoras no han hecho sino multiplicar las críticas y la incomodidad al interior de las filas militares de rango medio y bajo. “Nosotros, desde el exilio, estamos diciéndole a esas personas que no den muestras de descontento hasta que no sea el momento oportuno, el momento propicio”, dijo Rodríguez. “Tienen que ser muy cuidadosos porque el gobierno venezolano quiere que la clase media y los militares incómodos abandonen el país. A la clase popular la manejan a su antojo con beneficios y dádivas”.

    La mano dura contra la oposición y los llamados de la comunidad internacional debido a la falta de espacios para la oposición no han pasado por alto.

    En Tampa, el Movimiento Organizado de Venezolanos en el Exterior (MOVE) ha denunciado consistemente la falta de libertades individuales en Venezuela. Su presidenta, Norma Camero, dijo que el llamado por una democracia participativa no cesará. En ese marco de esfuerzos destacó el envío de ayuda humanitaria y denuncias al más alto nivel.

    “Hemos ido a Washington a elevar nuestras voces ante los congresistas y ahora finalmente está pasando una ley que sanciona a muchos del gobierno (venezolano)”, indicó Camero.

    El Senado de Estados Unidos aprobó hace unos días un proyecto de ley que que busca suspender visas y congelar activos de funcionarios y militares venezolanos acusados de violación de derechos humanos.

    El proyecto debe ser aprobado por el Congreso y luego sometido a la firma del presidente Barack Obama.

    El senador republicano por Florida, Marco Rubio, coautor de la ley junto con el demócrata por Nueva Jersey, Bob Menéndez, dijo que las sanciones se inscriben en el marco del respeto a las leyes y libertades individuales de los venezolanos que aspiran a vivir en un país en democracia.

    “Estas sanciones irán contra los funcionarios del régimen de Maduro y los matones que han pasado todo el 2014 autorizando y cometiendo asesinatos, palizas, encarcelamientos injustificados, juicios sin garantías y acusaciones absurdas de sus opositores políticos y los venezolanos inocentes que exigen un mejor futuro”, dijo Rubio en un correo electrónico enviado a CENTRO Tampa.

    “Antes de que este Congreso finalice sus sesiones, tengo la esperanza de que, frente a todos los desafíos que el pueblo venezolano ha enfrentado, pueda al menos terminar este año con una nota positiva, transformando estas sanciones en una ley firmada por el presidente Obama y puesta en práctica por esta administración”.

    El Departamento de Estado suspendió en julio las visas a 24 funcionarios venezolanos acusados de violar derechos humanos durante una ola de protestas que dejaron 43 muertos. El Senado adoptó la iniciativa al día siguiente que Maduro anunció públicamente que estudiaba las relaciones con Washington.

    Maduro dijo que tomará medidas para combatir lo que catalogó como ‘intentos de desestabilizar su gobierno’ y la injerencia de la embajada estadounidense en asuntos venezolanos. La administración aseguró que su embajada en Caracas trabaja apegada a convenios internacionales. Los dos países no intercambian embajadores desde 2010.

    La activista venezolana Patricia Andrade dijo que la revolución chavista y la presidencia de Maduro están ahogándose en sus propios errores de manejo.

    “No hay gobierno o revolución que aguante mucho. Sobre todo cuando te duele el estómago por el hambre y no tienes condiciones mínimas para vivir”, sostuvo Andrade. “Porque ademas de la falta de libertades civiles, no hay medicinas, ni seguridad, ni futuro. No puedes hacer nada”.

    La ola de protestas venezolanas que comenzaron el 12 de febrero de 2014 fue impulsada por la entonces diputada Machado y el dirigente del partido Voluntad Popular, Leopoldo López. La movilización, denominada “La Salida”, invitaba a los venezolanos a debatir un nuevo marco constitucional para poner fin al gobierno de Maduro.

    Las protestas dieron lugar a represión e incidentes violentos, medio centenar de muertos, cientos de heridos y más de 2,000 arrestos en distintas ciudades. López fue acusado por el gobierno de Maduro como uno de los principales promotores de la violencia.

    El dirigente se entregó a las autoridades seis días después del inicio de las protestas rodeado de miles de manifestantes convocados por él mismo. López lleva ocho meses en prisión y seis audiencias de juicio sin mayores avances.

    En abril el gobierno de Maduro y la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) comenzaron un diálogo sin precedentes. El objetivo: frenar la crisis política del país. Pero ni los estudiantes ni los líderes de las protestas participaron en los encuentros. Las manifestaciones y el movimiento estudiantil se mantuvieron firmes.

    José Toledo, un abogado tampeño que viajó en febrero a Venezuela, dijo que el desencanto y las expectativas de cambio ocupan diariamente más espacios de acción en los venezolanos.

    “Vi estudiantes muy valientes que protestaban a pesar de los golpes”, comentó Toledo. “Hablé con diferentes tipos de persona y muchos de ellos estaban desencantados. Las voces de cambio son una

    *Los nombres con asterisco fueron cambiados para proteger su identidad.


    Por: Daniel Pardo
    Politica | Opinión
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    Expropiaciones | Economia
    BBC Mundo, Caracas
    Viernes, 12 de diciembre de 2014

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