“El chavismo ahora
come chavistas…”
■ La persecución de un chavista por denunciar la corrupción en Venezuela.
■ ¿Cuál ha sido el grave delito cometido por este venezolano? ¿Cuál su ofensa o, tal vez, la amenaza que representa?.
■ Pablo Jiménez teme por su vida. Ha recibido varias amenazas, algunas verbales y sugestivas por parte de altos funcionarios; otras directas, físicas y agresivas por desconocidos, en plena calle a la luz del día.
Caracas.- El pasado mes de julio la entonces directora del Servicio Autónomo de Registros y Notarías de Venezuela —Saren—, Violeta Clavaud de Vegas, gestionó un procedimiento disciplinario contra Jiménez, alegando faltas graves en el desempeño de sus funciones, y falta de rectitud en el obrar por difundir mensajes ofensivos “que lesionan y perjudican el buen nombre e imagen de la institución y de mi persona”, a través de una cuenta de la red social Twitter identificada como @trabajasaren.
Dicho procedimiento condujo a la destitución de Pablo Jiménez de su trabajo como Escribiente III del Saren sin una sola prueba de que dicha cuenta le perteneciera o que él hubiera sido el autor de los tuits; sólo bastó la palabra de la hoy exdirectora y la captura de pantalla de mensajes de denuncia de corrupción, fallas en el servicio, e incumplimiento de obligaciones para con los trabajadores.
Pero esto, que es lo que se conoce de manera pública y notoria, es sólo una fracción de los hechos que componen este caso y que obligan a suponer que detrás del mismo hay algo más. DIARIO LAS AMÉRICAS conversó en exclusiva con Pablo Jiménez para conocer su historia y los hechos que lo han llevado a temer por su vida.
Un camino de servicio y lucha:
Desde hace trece años Pablo Jiménez ha prestado servicio público, primero como agente de la extinta Policía Metropolitana de Caracas y, tras su disolución, como funcionario en el Saren.
La transición del servicio policial al de escribiente no estuvo exenta de reclamos. Tras el cese en sus funciones, un grupo de exagentes debió luchar, en 2011, para que se respetara su derecho al trabajo y fueran reubicados en el servicio público.
“Mi formación como policía metropolitano, apegado al lema de Integridad, me motivó a hacer todo lo posible para organizarnos y comencé a encabezar varias protestas para lograr que varios grupos de expolicías fueran reenganchados”.
A finales de ese año un grupo de oficiales es ubicado en el Saren. “Esto lo vi como la oportunidad de comenzar de nuevo. Pero nos encontramos con una institución totalmente desvalijada, en condiciones miserables; no había ni sillas para sentarse a trabajar. También nos enteramos que los empleados tenían cinco años sin aumento de sueldo”.
“Entonces yo dije: vamos a empezar. Vamos a lograr aglutinar a los compañeros para organizarnos, para debatir y ordenar las ideas, partiendo del sentido de pertenencia”.
Pablo Jiménez está inscrito en el Partido Socialista Unido de Venezuela, y cree en el discurso del fallecido presidente Hugo Chávez de una democracia participativa y protagónica, de una contraloría obrera. “Entonces me planteé hacer esas herramientas nuestras, para lograr mejorar la condiciones en nuestro trabajo”.
Ocúpense de trabajar:
En mayo de 2013, ingresa como directora del Saren Violeta Clavaud, bajo la promesa de mejorar sustancialmente el servicio y el estado de la institución.
Tras muchas expectativas e intentos por reunirse con la flamante directora, finalmente logran presentarle algunas de su propuestas, en su mayoría orientadas hacia la mejora del Saren. “Era una propuesta integral, humana, no pesetera pues de último planteábamos el tema salarial”, narra Jiménez. Dicha propuesta incluía, por ejemplo, la creación de una escuela de formación del personal, en la que se fomentara el sentido de pertenencia y la meritocracia
Como respuesta, Clavaud les indicó que todo eso ya estaba contemplado en su visión y que mejor se ocuparan de trabajar.
Pero la idea de los trabajadores era la de conformar un consejo que fuera más allá de un sindicato, que les permitiera ser partícipes del cambio que debía generarse en la institución y que su gestión fuera auditable. En resumen, querían ser parte de la solución.
Todo ello, bajo la argumentación de la directora de que su trabajo era técnico, fue categóricamente rechazado.
Comienzan las protestas:
Al ver objetados sus planteamientos, ideas y deseos de participar activamente en la mejora del Saren, los trabajadores inician una serie de protestas pacíficas a la puertas del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz (Mpprij).
Tras varias jornadas de protesta hacia finales de 2013, a las cuales cada día asistían más trabajadores, finalmente el entonces ministro Miguel Rodríguez Torres acuerda conformar una mesa de trabajo, pero con peculiares condiciones: no aceptaban participación de la Defensoría del Pueblo ni del Ministerio del Trabajo, ni se permitía realizar minutas.
Todos los planteamientos presentados en esa mesa de trabajo fueron negados como utópicos o inviables. Como mucho, el Mpprij pretendió resolver todo con un aumento de sueldo del 14,5% tras cinco años sin revisión de salarios en el Saren.
Empeñados como estaban por lograr mejoras integrales en la institución, a principios de 2014 comienzan a recibir presiones. Por ejemplo, cuenta Pablo Jiménez que había sufrido un accidente laboral que le ocasionó una fractura en la mano derecha; en su caso el percance no sólo fue desconocido sino que recibió toda suerte de trabas para la cobertura del seguro y la recepción de reposos.
En una oportunidad, Jiménez logró confrontar a la directora Clavaud. “Le dije que los trabajadores creíamos que su gestión confundía la autoridad con la arbitrariedad, que buscaba humillar. Ella respondió que tomaría acciones contra nosotros. Y nosotros le contestamos, bienvenidas. Quizás no las aguantemos, pero les vamos a hacer frente”.
Mientras los trabajadores del Saren seguían con su lucha, y se mantenían fuertes presiones con la finalidad de crear en ellos miedo y desmovilizarlos, recibieron un memorando en el cual se les prohibía hablar con los medios de comunicación. Éste se lo entregan a la periodista del diario venezolano Últimas Noticias, Blanca González, y el mismo sale publicado a página completa.
“Esto desató mil contrariedades contra nosotros”, entre otras la apertura del proceso de destitución en contra de Jiménez, en el cual se le acusa de escribir en Twitter.
Los famosos tuits:
De la cuenta @trabajasaren —actualmente inexistente en Twitter— se emiten unos mensajes que exigían el cumplimiento del Saren en todas sus obligaciones para con sus trabajadores, denunciando la fallida gestión de Violeta Clavaud; también se hacían solicitudes de apoyo al presidente, al diputado Robert Serra (asesinado el pasado 1 de octubre), y a la mayoría de los diputados de la Asamblea Nacional.
A Jiménez se le acusa de ser el creador de esa cuenta y de dichos mensajes. Sin embargo, no existe ningún vínculo comprobable en el expediente ni una experticia técnica que lo demuestre, “ni siquiera un testimonio de alguien que pueda decir que me vio escribiéndolos”.
Pero, aún más, en el acta que realiza la directora Clavaud dichos tuits aparecen editados de manera que no se interprete que los mismos son una acusación hacia su gestión, sino que pretende hacerlos ver como denuncias hacia el presidente Maduro.
Señalamientos de corrupción:
Los trabajadores del Saren demandan mejoras en sus condiciones laborales, apegadas a la Lopcymat (Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo), al igual que contractuales y salariales. También aspiran ejercer la contraloría obrera, para velar por el buen funcionamiento y servicio de la institución.
Pero cuando denuncian corrupción, ¿a qué se refieren en específico?
Jiménez habla de irregularidades en los procesos de contratación. Pero también lo que él califica como un rumor a voces, de que para obtener el cargo de notario o registrador “había que pagar 400.000 bolívares y luego una renta mensual. No teníamos las pruebas para demostrarlo, pero todo el mundo lo dice. Sin embargo, sí tenemos indicios de que había registradores y notarios haciendo recolectas de dinero los fines de semana en las oficinas, a las cuales entraba también gente ajena al Saren”.
“Eso lo presentamos, con pruebas y grabaciones, a quien en ese entonces era el jefe de Asuntos Internos, Rafael Albino. Él nos señaló que no era conveniente que tocáramos el tema y que no guardáramos pruebas porque era peligroso para nuestra seguridad. Luego a ese señor lo asesinaron en mayo de 2014, en Maracay, y no sabemos si ese crimen está siendo investigado. Lógicamente, sentimos miedo y decidimos no tocar más el tema de corrupción sino dedicarnos sólo a la parte laboral”.
Destituido y procesado:
Pocos días después de su destitución, el pasado noviembre, se activa un proceso judicial en contra de Jiménez. No sólo se le hostiga personalmente sino que se aplican presiones a sus compañeros de trabajo para que acudan ante el CICPC (Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas de Venezuela) para declarar en su contra.
Para darle curso a este proceso, se alega que Pablo Jiménez no negó ser el autor de los tuits de los que se le acusa, haciendo caso omiso de que, en todo momento, el defensor público que lleva su caso no sólo niega dicha autoría sino que reitera que no existe ninguna prueba válida que demuestre lo contrario.
En este punto la gran pregunta es, ¿qué motivó a Violeta Clavaud y a Miguel Rodríguez Torres a empeñarse en este proceso contra Jiménez?
“Yo creo que todos estos reclamos y protestas iban a destapar una olla de corrupción. Llama la atención que Clavaud, mientras debía enfrentar muchos otros problemas y su propia destitución, y el ministro Rodríguez Torres con tantos frentes abiertos, involucrado incluso en el caso de una masacre [la de los miembros del Colectivo 5 de Marzo, en Quinta Crespo] que lo podría llevar a un tribunal internacional, se ocuparan de un procedimiento por un trabajador del último escalafón como soy yo”.
Las amenazas:
Han sido varias. Todas preocupantes. Una de ellas hecha por el propio exministro Rodríguez Torres, quien le dijo: “Cuida tu trabajo. Acuérdate que tienes familia”.
En otra oportunidad, en ruta con varios compañeros a un congreso obrero celebrado a finales de agosto, un grupo de motorizados interceptó el vehículo en el que se desplazaban; a Jiménez lo hacen bajar del auto, lo acuestan en el piso, lo apuntan con pistolas y le dicen que le van a cortar las manos si continúa escribiendo. Al principio no se atrevió a ir a denunciar este atropello, y cuando lo hizo en la Fiscalía General de Venezuela “no aceptan mi denuncia porque no podía identificar quiénes fueron los agresores”.
Agrega que más recientemente, en una calle de Caracas, se le acercaron unos motorizados increpándolo a que deje de denunciar, a que deje de escribir.
Nadie los apoya:
Asegura Pablo Jiménez que ha solicitado ayuda en todas las instancias a su alcance. A funcionarios del Gobierno, como Ernesto Villegas, Earle Herrera, Reinaldo Iturriza, y a miembros de la oposición como Biagio Pilieri y Richard Blanco. La respuesta, nula.
Por supuesto, también acudió en reiteradas oportunidades a la Defensoría del Pueblo, “pero nunca han hecho una acción para salvaguardar nuestros derechos. Se limitaron a levantar actas, pero jamás actuaron”. Y lo mismo puede decirse del ministerio de Trabajo.
¿Y ahora qué?:
Dante Rivas asume, por orden de Nicolás Maduro, la dirección del Sarén inmediatamente después de que Violeta Clavaud fuera destituida. Asimismo, apenas destituido Rodríguez Torres una nueva ministra de Interior y Justicia, la exministra de defensa Carmen Meléndez, asume su cargo.
Con una nueva directiva al frente de la institución, Pablo Jiménez comienza a solicitar la restitución de su derecho al trabajo. Se dirige en reiteradas oportunidades y por diversas vías a Rivas, y tanto a él como a la ministra Meléndez hace llegar copias de toda la documentación relacionada con su caso.
No obtiene respuesta sino luego de subir a la red Youtube un video en el cual expone y denuncia todo lo que le ha ocurrido, para que quede de testimonio en caso de que algo le ocurra. Finalmente, el director Rivas le hace comunicar que su caso será revisado por el nuevo talento humano que labora en el Sarén.
Me siento traicionado:
Como alguien que creyó en el Gobierno y el proceso revolucionario, Pablo Jiménez se siente defraudado por quienes le piden lealtad.
“Me siento traicionado por toda esa gente que te dice que creas. Gente que usa el lema Unidad, Batalla y Victoria como mampara, como un manto de impunidad; porque hablan de unidad, pero la unidad entre ellos, para taparse entre ellos. Y la victoria será para conseguir cosas personales. Porque yo, como pueblo, no siento ninguna victoria; yo siento es traición”.
“Mis amigos, mi familia me dicen vete. Pero, ¿irme a qué? ¿Cómo voy a huir si soy inocente? Aquí los que demostraron su miseria, su acto delincuencial, los que violaron la Constitución firmando mi destitución, fueron ellos. A mí me dijeron renuncia y te salvas, y vas a poder trabajar en cualquier lado. Pero yo dije no, porque si renuncio estoy reconociendo algo que yo no hice”.
“El día que inicié esta lucha, me metí en la cabeza que yo estoy trabajando. Porque si a mí me inventan que escribí en Twitter, le pueden inventar cualquier cosa a cualquiera. ¿Cómo no le voy a creer ahora a María Corina Machado que le inventaron los correos electrónicos [con los que se le busca imputar por conspirar contra Nicolás Maduro] si a mí me están inventando un Twitter; a mí, que soy un trabajador del último escalafón, que no soy ningún tipo de riesgo. Me ponen a dudar de todo lo que yo creí. Me siento traicionado y así como me siento yo, se siente la mayoría”.
Vengan y denuncien:
Debido a las amenazas en contra de su integridad física y la falta absoluta de apoyo recibido por organismos y personeros de la vida pública nacional, Pablo Jiménez grabó y subió a la red Youtube un video en el cual expone sus puntos y denuncias.
“Hice el video pensando en Diosdado Cabello –actual presidente de la Asamblea Nacional y vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV– porque él siempre dice: “Vengan y denuncien aquí a los corruptos”. Sin embargo, nosotros tenemos más de un año tratando de hacer precisamente lo que ellos nos mandan a hacer, pasando trabajo, luchando contra la corrupción, buscando mejoras, calladitos, de forma ética, sin mucho alarde… y estas son las consecuencias”.
Si el lector desea conocer las denuncias y opiniones que ha publicado Jiménez en redes sociales y en el foro Aporrea.org, le invitamos a visitar su verdadera cuenta en Twitter @TtrabajadorLeal, y los siguientes enlaces:
www.aporrea.org/actualidad/a198894.html
www.aporrea.org/ideologia/a199158.html
¿Quién es Violeta Clavaud?
Violeta Clavaud de Vegas ocupó el cargo de directora del Saren desde mayo de 2013 hasta el 28 de octubre de 2014, y fue destituida del mismo por Nicolás Maduro en una alocución pública “para que nuestro pueblo deje de padecer el burocratismo de funcionarios que lo que están es tratando de ver dónde ponen un obstáculo para ver dónde roban al pueblo”.
Clavaud es esposa de Fernando Vegas, primer vicepresidente del Tribunal Supremo de Justicia, y madre de Melanie Vegas, asistente personal del exministro de Interior y Justicia (despacho al cual está adscrito el Saren), Miguel Rodríguez Torres, quien fuera destituido de su cargo el 25 de octubre de este año.
También es citada entre los más famosos tarotistas venezolanos por el portal esotérico www.universo.com.ve, y es autora del libro Manual Práctico del Tarot.
Por: Marta Sedes von Dehn
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Caracas, jueves 01 de enero de 2015
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