Maduro prometió no devaluar y
mire usted al bolívar tísico
■ Se pensó que nadie podría superar al difunto Chávez; pero no, Maduro lo hizo.
En tiempos del comandante muerto el gobierno adquirió fama de loquetero. No solo por la errática conducta del máximo líder, quien perfectamente podía pasar de la alegría a la rabia, de la seriedad absoluta a bailar reguetón, del respeto al protocolo a besar a un transformista en Brasil. Así era el jefe. Pero, además, a la hora de hablar tampoco se quedaba atrás. De hecho, marcó la historia en eso de presidentes habladores de pistoladas. Se decía, por ejemplo, que Carlos Andrés Pérez sería inderrotable con sus frases ilógicas o redundantes. Pero no, el difunto Chávez se lo ganó por más de media cuadra.
Sobre esto se afirmaba que Chávez sería el rey de la loquetera por muchísimos años. No solo por sus frases más cercanas a la ignorancia que a la lógica formal, sino también por el tipo de promesas que hacía para acercarse al populacho, su votante natural. Pero, error. Chávez antes de dejar este mundo tuvo la ocurrencia de dejar a Maduro y con la confesión de que también era hijo de Chávez, quien al parecer dejó un equipo de fútbol entre hijos naturales, reconocidos y no reconocidos, dejó al mismo tiempo al mando al nuevo campeón de la frase loca, sin sentido y más bien ignorante. Y ni se diga de las promesas. Solo que en el caso de Maduro, ante la grave situación que le tocó heredar, sus dichos y obras pasan al campo de lo trágico. De la tragicomedia.
Maduro prometió no devaluar y mire usted al bolívar tísico. Maduro prometió derrotar al crimen y mire usted cómo el malandraje se está bailando al gobierno. Hasta Eliézer Otaiza, quien tenía fama de Rambo, cayó en las estadísticas del horror. Los números son un poco más bajos que el año pasado, pero igualmente son de guerra. Este año van más de 4 mil víctimas de la inseguridad. Maduro prometió resolver el problema económico y mire usted la clase de crisis que atraviesa Venezuela. La mamá de las crisis con el problema de que se agravará, pues el trío que está al frente es el mismo que causó la quiebra, además del propio Maduro y los viejitos criminales del Caribe, Fidel y Raúl Castro. Maduro prometió resolver el problema del desabastecimiento y mire usted las colas interminables que tiene que hacer la gente para medio comer. Maduro prometió convertir a Venezuela, de la mano de Andrés Izarra, y mire usted cómo las cifras ubican al país en una especie de cartón piedra del Caribe al que no visita nadie entre otras cosas porque no hay agua, no hay luz y la delincuencia manda. Maduro prometió generar empleos de calidad y mire usted a su alrededor y verá cómo la gente agachada en el piso se revienta vendiendo pantaletas para medio subsistir. Y nos quedamos cortos.
Una lamentable pérdida de tiempo para el país, para todos.
*ELIDES J. ROJAS L. | Periodista graduado en la UCAB en 1979 y abogado egresado de la UCAB en 1985. Caracas. Venezuela. Jefe de Redacción de El Universal.
Por: Elides J. Rojas L*.
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Caracas, miércoles 14 de mayo de 2014
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